Las reflexiones obtenidas en esta investigación desarrollada por la profesora Paula Acosta, giran en torno a las dinámicas que desde redes sociales son creadas respecto a la producción, difusión y almacenamiento de imágenes digitales centradas en la experiencia individual e inmediata del individuo contemporáneo, la instantaneidad y la fragmentación propias de los lenguajes y medios virtuales. De la misma manera, los procesos de digitalización de la imagen fotográfica y la virtualización de la experiencia social mediante la expansión y establecimiento de redes, han permitido cambiar la noción de curaduría y colección de imágenes, promoviendo nuevos sentidos y asociaciones narrativas y formales para los usuarios en red. Arte, diseño y comunicación se presentan entonces como membranas elásticas y permeables donde el usuario apropia, crea, organiza y categoriza universos monadológicos expandidos y en constante mutación.
Como contenedor de este fenómeno se encuentra el álbum, que presenta una resignificación no solo contextual y objetual mediada por lo virtual sino una ruptura directa con su antecesor, el álbum familiar. Constituido en objeto privado e íntimo, el álbum posee narrativas sentimentales que evocan la construcción de memoria desde la estructura de familia nuclear, reproduciendo claras normativas en torno al lugar de que ocupan los cuerpos no solo en el ámbito familiar, sino en su incorporación y representación social. Es precisamente esta última valoración la que trasciende y sobrevalora las colecciones digitales que existen por y para la difusión: se fotografía para ser visto, para existir en un presente inmediato y desprovisto de mayor reflexión.
La fotografía en redes sociales habla de la experiencia centralizada del yo, de las proyecciones, búsquedas y pérdidas sensibles en la sociedad y el individuo líquido contemporáneo. Evidentemente se están construyendo y exhibiendo nuevas formas de asumir la corporalidad, la sexualidad, la belleza e incluso la manera en que se asumen los géneros y lenguajes fotográficos. El escenario global es inmenso, pero indiscutiblemente fragmentario. Dentro de la aparente diversidad siempre se encuentran similitudes y patrones, mientras lo diferente, lo ambiguo y marginal termina convirtiéndose en tendencia, asimilado culturalmente.