Estas obras no hablan de fantasmas, sino que utilizan la espectralidad para desestabilizar la realidad, lo que implica desafiar la autoridad de la visión y la cronología histórica de la modernidad, al tiempo que desmercantilizan los modos de representar la violencia.

"Simplemente les invito a que recorran estas historias, se acerquen a su librería más cercana, pierdan el miedo a entrar y se arriesguen a descubrir a esos nuevos amigos que, seguro, tendrán una sorpresa esperando por ustedes en sus estantes".

Los estudios sobre la relación entre los lectores, sus libros y sus lecturas se concentran por lo general en el pasado remoto o en aquellos lectores sobresalientes en su medio intelectual.

Esta obra abre paso a una nueva perspectiva de la publicidad y su oficio, enlazándola con la cultura de la cotidianidad y las ciudades.

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