El pasado jueves 19 de abril de 2012, en las instalaciones del Congreso de la República, se llevó a cabo el foro “Congreso del pueblo, la paz es el camino”, convocado por la Representante a la Cámara Alba Luz Pinilla. Este evento contó con la participación de personalidades como la ex Senadora Piedad Córdoba; el representante a la Cámara Iván Cepeda; Mauricio García, director del CINEP; José Luis Campos; Otty Patiño; Carlos Salgado, director de Planeta Paz; Alejandro Llinás; y Marina Gallego, representante de la Ruta Pacifica de Mujeres. Por su parte, el Observatorio de Construcción de Paz de la Universidad Jorge Tadeo Lozano tuvo la oportunidad de presentar una ponencia sobre las iniciativas ciudadanas de paz en Colombia.
El objetivo de este espacio fue analizar y difundir, desde diferentes perspectivas, cómo se está tratando el tema de la paz en Colombia; asimismo se buscó establecer propuestas para lograr procesos de paz desde diferentes actores como la academia, la sociedad civil organizada y el Estado.
En este sentido cabe resaltar la intervención de Iván Cepeda, quien opina que la búsqueda de la justicia es un trabajo esencial para alcanzar la paz. Además, se deben emprender agendas políticas y acciones concretas para poder establecer un diálogo directo y efectivo dentro del conflicto interno que tiene Colombia. Por otra parte, Mauricio García (director del CINEP) propuso unos factores para alcanzar un proceso de paz con base en las lecciones aprendidas desde la ruptura de los procesos de paz en San Vicente del Caguán hace 10 años:
- En primer lugar, una de las principales estrategias de paz es aprender de las experiencias del pasado.
- En segundo lugar, se debe establecer un modelo de negociación para llegar a un diálogo de paz en medio de un conflicto.
- En tercer lugar, no es viable una negociación si hay constantes violaciones e infracciones al DIH.
- Cuarto, se requiere una política integral de paz que suponga no solamente diálogos con la guerrilla, sino también con los diferentes actores de la sociedad, estableciendo así un modelo de construcción de paz que tenga en cuenta los distintos elementos del conflicto.
- En quinto lugar, ser conscientes de que un diálogo entre el gobierno y la guerrilla sí es posible.
- En sexto lugar, se requiere una sociedad civil proactiva.
- En séptimo lugar, es importante contar con todas las fuerzas de la sociedad, en especial con las mujeres.
- En octavo lugar, la paz en Colombia es un asunto de los colombianos y colombianas, pero también de la sociedad internacional.
- En noveno lugar, hay que abonar el terreno para un proceso de paz.
- En décimo y último lugar, tener en cuenta el reconocimiento a las víctimas del conflicto.
Otra intervención estuvo a cargo del ex militante del M-19, Otty Patiño, quien resaltó que la paz sí es posible, pero que para lograrla no basta con un diálogo sino que se deben crear nuevas expresiones políticas a través de las movilizaciones. Carlos Salgado, director de Planeta Paz, habló en su intervención acerca de las alternativas de solución de los conflictos territoriales, apuntando a la formulación de una agenda para la paz desde la perspectiva popular a través de cuatro ejes: 1. Caracterización del conflicto colombiano; 2. Definición de agendas de orden social y económico; 3. Sistema de análisis de carácter político; y 4. Criterios para la construcción de una política que conlleve a la verdad, a la justicia y a la reparación para la no repetición. La investigación arrojó que la paz es posible de alcanzar, siempre y cuando se erradique el Estado de guerra. Para el logro de este objetivo es ineludible que se garantice socialmente que los conflictos se puedan solucionar mediante mecanismos políticos y democráticos, además de evitar la militarización de la sociedad. Se resaltó el análisis que ha realizado esta iniciativa en relación con la dinámica de lo público y lo privado respecto a la forma como se promueve el desarrollo. Es así como indagaron las dinámicas de conflicto en diferentes regiones: en la Región Caribe se observa el narcotráfico y megaproyectos mineros; en la región Nororiental, conflictos por el agua, megaproyectos bioenergéticos, narcotráfico y paramilitarismo; en la región Suroccidental, narcotráfico, conflicto armado interno, paramilitarismo, megaproyectos agroindustriales, corrupción y politiquería; y en la región Centro, reordenamiento territorial y redistribución de los usos del suelo. Esta dinámica desestabiliza a la sociedad y por tal motivo debe existir un control territorial que permita la superación de los anteriores problemas, teniendo en cuenta la perspectiva popular sobre desarrollo.
Un tema para resaltar en este foro fue el expuesto por José Luis Campos acerca del reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como víctimas del conflicto, manifestando su preocupación por las atrocidades que están sufriendo los niños a causa de la guerra y la ausencia de medidas de diálogos potenciales entre los actores del conflicto. La participación de Alejandro Llinás fue el ejemplo de un colombiano que busca alcanzar el sueño de la paz por medio de la movilización civil. Exaltó la Constitución Política colombiana, donde se señala un derecho a la paz, pero argumentó que este ha sido violado por el Gobierno porque la paz no es interesante, debido al enfoque de negocio que representa la guerra. Por su parte, Ester María Gallego presentó la “Ruta Pacífica de Mujeres por la Paz”, iniciativa feminista y pacífica que busca la paz negociada al conflicto a través de modelos de negociación no excluyentes, que reconozcan el derecho de las víctimas y la vida y el papel de las mujeres en un contexto de guerra.
La intervención desde la perspectiva de la academia estuvo a cargo del Observatorio de Construcción de Paz de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Con base en los estudios adelantados por el Observatorio, Blanca Arteaga presentó una ponencia sobre el rol de las iniciativas ciudadanas en los procesos de construcción de paz en Colombia, concluyendo que las iniciativas y movilizaciones ciudadanas de construcción de paz son un fenómeno social con capacidad de incidencia política, que permiten posicionar a la población civil como un actor determinante en la búsqueda de una paz estable y duradera en el país. Su distribución geográfica marca no sólo tendencias, sino desafíos en el corto, mediano y largo plazo para ejecutar programas, rediseñar agendas, reevaluar temáticas y cuestionar o fortalecer acciones concretas en terreno. Se encuentran en una etapa de alta actividad y diversidad, capaz de responder satisfactoriamente a la necesidad de diseñar alternativas creativas para la resolución de conflictos y la búsqueda de una convivencia pacífica. No obstante, y reconociendo que tal reto no puede depender exclusivamente de ellas, es claro que tienen la tarea de autoevaluarse continuamente y reconocerse entre ellas misma, más aún si es posible empezar a plantear que estas experiencias, por su trayectoria y maduración, se encuentran en una fase de transición hacia la incidencia y la participación en una política pública de construcción de paz para el país. Finalmente, Paola Tinoco de la iniciativa “Mujer, Paz y Seguridad”, comentó acerca del trabajo adelantado por ellas, en el cual reúnen mujeres víctimas y victimarias para hablar de paz, aportando una gran labor de reconocimiento y reconciliación entre los actores del conflicto.