Destacadas
Ciencia en pro del agro, la apuesta del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli
Jueves, Enero 26, 2017
Compartir en
Un laboratorio que estudia los contaminantes químicos de los alimentos que consumimos a diario y otro que ofrece soluciones para el control de plagas, son algunos de los servicios que ofrece esta sede de Utadeo, contribuyendo al desarrollo económico de agricultores, floricultores y ganaderos colombianos.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Laura Vega

Ambientado por el paisaje de la sabana de Bogotá, en el municipio de Chía, se encuentra el Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli de Utadeo, un espacio de veinte mil metros cuadrados donde el conocimiento científico en las áreas de la Biología, las Ciencias Ambientales y la Ingeniería es aplicado en pro del desarrollo social y productivo de los sectores agrícola, floricultor, ganadero e industrial del país.  

El centro, que fue fundado en 1991 mediante un convenio de cooperación internacional entre nuestra Institución y la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), ofrece un completo portafolio de soluciones académicas, investigativas, de emprendimiento y servicios tecnológicos, gracias a sus cuatro laboratorios dotados con tecnología de punta y recurso humano altamente especializado, así como la incorporación de diferentes tipos de invernaderos en un solo lugar, aspecto que lo hace único en el país.

El Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli, que desde el año 2010 reemplazó al entonces Centro de Investigaciones y Asesorías Agroindustriales (CIAA), ha obtenido importantes reconocimientos y certificaciones por parte de organismos nacionales e internacionales, entre ellos el Instituto Nacional Agropecuario (ICA), el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (Icontec), y recientemente, el Organismos Nacional de Acreditación de Colombia (ONAC).

 

100% ciencia tadeísta aplicada

¿Sabía usted que los estudios sobre impacto en la gramilla del estadio El Campin o el análisis de contaminantes químicos de algunos de los productos alimenticios que consumimos a diario se realizan en el Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli de Utadeo? Las instalaciones de esta sede son un encuentro entre la naturaleza y la ciencia aplicada, una puerta que se abre con múltiples posibilidades de sostenibilidad ambiental, comenzando por el semillero de plántulas o plantas pequeñas, adscrito a la Fundación para el Desarrollo Universitario, donde se encuentran cientos de especies de hortalizas, hierbas aromáticas y plantas ornamentales que son adquiridas por algunos restaurantes tipo gourmet, así como por personas que desean crear su propia huerta en casa.

Así mismo, los visitantes pueden apreciar diferentes modelos de invernaderos, entre ellos el tradicional, de bajo costo y usado especialmente para cultivos de hortalizas; el holandés, empleado por los floricultores, caracterizado por su estructura en vidrio y con ventanas en el techo; el francés, que posee sensores de temperatura y humedad sincronizados con la apertura de ventanas y compuertas, y por último el belga, uno de los más complejos de su tipo, el cual fue financiado a Utadeo, Corpoica y la Universidad Nacional de Colombia, a través de un programa en conjunto entre el Sistema General de Regalías, la Gobernación de Cundinamarca y Asocolflores, cuyo modelo fue ajustado para parametrizar y evaluar los diseños de invernaderos en la producción de flores de corte y sistemas de control de clima, haciendo uso de herramientas de modelado y simulación, proyecto liderado por el profesor tadeísta Carlos Ricardo Bojacá.

Como parte del sendero que conecta a estos invernaderos se encuentra una huerta, proyecto de emprendimiento donde se cultivan de manera limpia y amigable con el medio ambiente algunos productos agrícolas como brócoli, perejil, acelga, lechugas, ajo, entre otras hortalizas. Según la directora del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli, Luz Stella Fuentes, la idea es tener a futuro un sector productivo de base agroecológica.   

Algunos de los recursos más importantes con los que cuenta este Centro son los laboratorios de Microbiología Agrícola y Ambiental, Entomología, Suelos e Inocuidad. El primero de ellos se encarga de analizar la presencia de hongos y bacterias, así como el diagnóstico de enfermedades producidas por estos organismos en plantas, material vegetal, suelo y agua, al tiempo que se efectúan pruebas de eficacia para su control tanto en campo como in vitro. Sin embargo, uno de los servicios estrella de este laboratorio es el seguimiento a la calidad de los bioinsumos a base de hongos benéficos, que actúan como controladores de plagas. Como dato curioso, en el cuarto de crecimiento de este lugar se lleva a cabo el desarrollo de especies vegetales in vitro, principalmente de uso ornamental o decorativo como las plantas carnívoras, pero también aquellas vitales para la humanidad como los frailejones, principales generadores de agua en los páramos. 

Por su parte, en el Laboratorio de Entomología se estudia la presencia de insectos en diferentes tipos de cultivos. El Laboratorio cuenta con certificación ante el ICA para realizar pruebas de control de calidad a bioinsumos donde se utilizan este tipo de artrópodos como controladores de plagas, así como la idoneidad de algunos extractos vegetales que operan como plaguicidas y que requieren autorización para su comercialización.  Adicionalmente, se desarrollan pruebas de eficacia con productos biológicos y químicos para la eliminación de  plagas, principalmente de la sabana de Bogotá, dado que muchas de estas especies se resisten a algunos de estos componentes , causando pérdidas económicas para los agricultores.

En tercer lugar, en el Laboratorio de Suelos, los agricultores, horticultores y empresarios de escenarios deportivos pueden conocer el nivel de impacto y fertilidad de sus cultivos y pastos, así como la calidad del agua de riego, los materiales orgánicos que conforman sus suelos y los componentes de los abonos que utilizan a diario. Esto permite por ejemplo saber si un terreno cuenta con los nutrientes necesarios para que un cultivo funcione y dé la producción adecuada, al tiempo que se pueden emitir una serie de recomendaciones sobre qué tipo de fertilizantes y nutrientes son los adecuados para cada caso, su periodicidad y cantidad de aplicación. En el campo de la ganadería, el laboratorio aporta análisis de contenidos de fibra que establecen cuánto pasto debe comer una res para producir determinados niveles de leche y carne, mientras que en el caso de las canchas de golf y futbol se puede calcular el daño ocasionado a la grama por la realización de eventos.

Finalmente, el Laboratorio de Inocuidad, se encuentra acreditado ante la ONAC, bajo la Norma ISO/IEC 17025:2005, Certificado de Acreditación 15-LAB-044, en tres metodologías de análisis de productos lácteos, vegetales y camarones, tiene como objetivo medir la presencia de contaminantes químicos en algunos de los productos alimenticios que consumimos a diario, entre ellos el agua, las frutas y las hortalizas, procedentes de residuos de plaguicidas utilizados en los cultivos o de medicamentos veterinarios (Lea mas: Y la inocuidad, ¿Con qué se come?).

Fotos