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¿Existe una interpretación válida acerca de la obra de arte?
Miércoles, Mayo 3, 2017
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El profesor tadeísta Sergio Rodríguez indica que la forma como interpretamos se debe a nuestra historia evolutiva como especie, las experiencias de vida que tenemos como individuos y las relaciones sociales que establecemos.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Laura Vega y Laura Ardila - Oficina de Comunicación

Imagine por unos instantes que se encuentra en el Museo de Louvre, en París. Allí contempla la icónica obra de Leonardo da Vinci: La Gioconda, mejor conocida como la Mona Lisa. Y aunque ha oído hablar de ella, realmente no conoce su propósito ni su historia. Para muchos es simplemente la representación de una mujer, pero para otros esconde un sinnúmero de misterios e incluso conspiraciones. ¿Cómo es posible que existan múltiples interpretaciones sobre un mismo objeto?, ¿No es acaso el objeto el que porta el propósito comunicativo?

Para el profesor del Departamento de Humanidades y egresado de la Maestría en Semiótica de Utadeo, Sergio Leonardo Rodríguez, los estudios en Semiótica Agentiva demuestran que el propósito no está en la obra de arte sino en quien los interpreta, pues dependen de las intenciones que tienen las personas o agentes que actúan en el proceso.

Precisamente, una de sus inquietudes de Sergio como artista plástico era conocer bajo qué criterios las diferentes audiencias de una obra de arte la conocen e interpretan. Su trabajo de grado combinó las teorías de la Semiótica Agentiva con ciertos principios de la Biología como la enacción, que consiste básicamente en entender los procesos cognitivos no solo desde el cerebro sino desde las acciones que cada una de las personas realizan en su cotidianidad, y cómo de esa manera conocen el mundo, procesan la información y hallan significado a las cosas. Es así como se encuentra con la Bio-Semiótica, rama que se encarga de estudiar las formas como todos los seres vivos interpretan su mundo o realidad, de acuerdo a sus capacidades biológicas y sociales.

Un modelo pensado para la accesibilidad al arte

Y es que aunque parezca obvio, en el arte, al igual que en otras formas de comunicación, hay ciertos tipos de experiencia que posee el individuo, los cuales determinan la manera como este interpreta lo que está a su alrededor. A ello Rodríguez denominó las recurrencias, encontrando que la forma como los seres vivos significan se debe en primera instancia a la historia evolutiva de la especie (lo biológico), relatos que se combinan con la historia de vida del individuo y las relaciones sociales que este establece en su comunidad: “Pensamos que lo subjetivo es un juicio sumamente interno que no se puede discutir, pero la subjetividad y la interpretación si se pueden estudiar a través de la historia de los agentes y cómo su cuerpo constituye su experiencia y su socialidad”, señala el académico.

Teniendo en cuenta el modelo planteado por Rodríguez, puede inferirse que las personas tienen experiencias estéticas diferentes en torno a la obra de arte. Así, es diferente quien es conocedor o crítico de arte a quien no lo es, a partir de la forma como se aproximan a la obra: “Los ojos de las personas y su constitución biológica similar implica que tengamos unas capacidades parecidas para interpretarlas en ese nivel; pero en lo individual, cuando se aplican conocimientos especializados no es lo mismo, así como en las relaciones sociales también hay diferencias”.

La investigación del tadeísta podría ayudar a entender los distintos niveles de conocimiento que tienen los públicos que asisten a una actividad artística, y que de esta manera los curadores y artistas puedan generar estrategias para que cada uno de estos grupos se aproximen al arte y lo disfruten.

Este proceso de investigación que duró aproximadamente dos años y fue orientado por el director del Departamento de Humanidades, Douglas Niño, quien además fue su asesor de su tesis de maestría, fue publicado recientemente por la Revista Biosemiotics de Holanda (Editorial Springer), bajo el título de Recurrences and Human Agential Meaning Grounding: Laying a Path in Walking, financiado por la convocatoria de Jóvenes Investigadores e Innovadores de Colciencias en la que participó. Para Rodríguez uno de sus principales retos fue aprender acerca de las teorías biológicas que se abordan en el área. Sin embargo, Niño le ayudó en este proceso, gracias a su formación interdisciplinar como médico y filósofo, así como su contribución a la Semiótica Agentiva y Cognitiva.

pero los reconocimientos no paran allí. En el mes de abril, la Asociación Internacional de Biosemiótica le confirió a Sergio el reconocimiento a mejor artículo del 2016, dada su pertinencia en la ampliación teórica de esta disciplina y su encuentro con otras áreas del conocimiento, al tiempo que resalta el trabajo hecho por un joven investigador, pues Rodríguez cuenta con tan solo 26 años.

En el marco del Congreso Internacional de Biosemiótica, que se celebrará del 6 al 10 de junio, se hará el anuncio oficial: “Investigar es difícil, y a veces se siente que la aproximación desde las humanidades no hace aportes valiosos, pero lo que muestra este reconocimiento es que las humanidades si tienen cosas que aportar a la ciencia”, comenta el investigador.

Aunque sus intereses académicos se centran en el arte, especialmente en su accesibilidad y crítica de las interpretaciones, Rodríguez afirma que su modelo puede aplicarse a otro tipo de comunicaciones como el lenguaje hablado en la cotidianidad.

Lea el artículo publicado en Biosemiotics, haciendo clic aquí.