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Y la Inocuidad, ¿con qué se come?
Miércoles, Enero 18, 2017
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El Laboratorio de Inocuidad de Utadeo se encarga de analizar los residuos químicos y de metales pesados presentes en los alimentos. El ONAC lo acreditó en tres metodologías.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Laura Vega

Se ha preguntado alguna vez qué tipo de contaminantes químicos contienen las frutas, hortalizas o los productos lácteos que consume a diario en su hogar. Los residuos de plaguicidas utilizados en los cultivos o los antibióticos empleados para el tratamiento de las resesse transfieren a algunos de nuestros alimentos, causando a futuro, y en algunos casos, enfermedades tan graves como el cáncer, así como la resistencia a los medicamentos con los que se tratan ciertas bacterias en los humanos.

Para evitar que estas partículas contaminantes excedan los límites permitidos y causen daño a la salud, existen los laboratorios de inocuidad, de los cuales solo hay tres en el país; uno de ellos está ubicado en el Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli de Utadeo, espacio al que recientemente el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia (ONAC) acreditó en las metodologías de análisis de plaguicidas químicos en vegetales, residuos de medicamentos veterinarios en camarones y residuos de medicamentos veterinarios en leches. La medida cobija un total de 61 compuestos químicos o ingredientes activos para la primera metodología, mientras que para la segunda y tercera aplica a 27 medicamentos.

El Laboratorio de Inocuidad tadeísta, dirigido por la profesora Adriana Zamudio, es pionero en el país en analizar trazas de compuestos químicos en productos agrícolas y el único en Colombia que opera metodologías de análisis para detectar residuos de medicamentos veterinarios en leches y camarones: “Como tenemos la posibilidad de medir, empezamos a generar conciencia sobre cuál es la posible contaminación que presentan nuestros alimentos, que más adelante nos ayuden a formular proyectos de investigación o recomendaciones de manejo de estos productos para evitar que estos residuos sigan llegando a nosotros”,  destacó Zamudio.

La historia del laboratorio se remonta al año 2010, en el marco de un proyecto de investigación financiado por Colciencias, en el que se adquirió el cromatógrafo de líquidos y posteriormente el de gases, equipos especializados en la detección e identificación de cada compuesto con base en su masa molecular (cantidad de materia). Durante seis años, los investigadores tadeístas desarrollaron procedimientos propios basados en el uso del método internacional QuEChERS (rápido, fácil, económico, eficaz, robusto y seguro, por sus siglas en inglés), utilizado mundialmente para el análisis de residuos de plaguicidad, fármacos veterinarios y microtoxinas, entre otros. Como lo relata Zamudio, el planteamiento de cada metodología es complejo en la medida que se requiere un protocolo específico para cada tipo de alimento o componente químico.

Cabe resaltar que el Laboratorio se acreditó bajo la Norma ISO/IEC 17025, certificado de acreditación 15-LAB -044, que reúne una serie de requisitos técnicos y de gestión en los laboratorios de ensayo, aspecto que permitió la obtención del reconocimiento del ONAC, el cual garantiza que los resultados emitidos se encuentran bajo los estándares internacionales y puedan ser comparados en cualquier laboratorio de su tipo en el mundo: “Cada una de las etapas por las cuales una muestra pasa por el laboratorio debe ser precisa y bajo control. Cualquier persona puede venir, consultar si hay residuos de plaguicida o si ya no se encuentran en el producto, y así puede comercializarlos sin causar daño por este tipo de contaminantes. También quienes tienen cultivos orgánicos para obtener su certificación libre de plaguicidas”, destaca la docente.

El proceso de acreditación fue realizado de manera conjunta con la Oficina de Desarrollo Organizacional, que orientó y acompañó a los investigadores en cuanto a la normatividad del Organismo, así como los requisitos de gestión de la calidad e infraestructura. Adicionalmente, el Laboratorio de Inocuidad Química se ha constituido como un espacio diferencial en la experiencia académica de los estudiantes, dado que allí realizan prácticas especializadas con los equipos: “Ellos traen sus alimentos y realizan el análisis de plaguicidas o medicamentos veterinarios, aspecto que ninguna otra universidad lo tiene”, enfatizó Zamudio.

Según la directora del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli, Luz Stella Fuentes, se espera a futuro ampliar la acreditación a otros ingredientes activos, aumentar el número de productos a los que se pueden aplicar las metodologías, y posteriormente, implementar nuevos métodos.

Pero en qué consisten los análisis químicos de inocuidad, tan importantes en la regulación alimentaria en los países europeos y Estados Unidos. Aquí se lo contamos.

 

Generando conciencia sobre la calidad de alimentos que consumimos 

Los agricultores, ganaderos y pescadores que exportan sus productos se ven obligados a presentar los resultados de inocuidad de los alimentos, con el propósito de descartar la presencia de residuos químicos al momento de ingresar al país de destino, así como cuando se realizan las negociaciones con cadenas de distribución o supermercados.

Este control de calidad es tan minucioso en algunos países, a tal punto que el incumplimiento de los estándares puede terminar en la destrucción de los productos, así como sanciones económicas y penales, o en el mejor de los casos, la devolución de la mercancía al país de origen: “Nosotros hacemos el análisis y monitoreamos uno a uno los compuestos químicos que pueden estar presentes, y miramos si está por debajo o por encima del límite permitido por la normatividad de cada país. Los exportadores anteriormente enviaban sus muestras para realizar los estudios en el exterior. Ahora en la Universidad Jorge Tadeo Lozano ya estamos al día para poder hacer estos análisis”.

Pese a que en el 2005 el Gobierno Nacional, a través del Conpes 3375, generó políticas públicas para la sanidad agropecuaria y la inocuidad de alimentos, evidenciando en ese entonces que existía una carencia de laboratorios que diagnosticaran este tipo de contaminantes, actualmente las empresas que intervienen en la distribución y comercialización de alimentos lácteos, frutas y vegetales no realizan este tipo de análisis para el consumo nacional.

De este modo, la acreditación no solo se convierte en un logro para Utadeo sino también en un fortalecimiento tecnológico colombiano, para brindar herramientas de seguimiento y control de la calidad de los alimentos que permitan crear conciencia sobre qué tan sanos son los productos que están saliendo al mercado en el país, tal cual como lo han hecho países de la región como Chile y Brasil.

Consulte la Resolución de acreditación por parte del ONAC

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