Andrés Martínez hace realidad sus sueños con la ayuda de estudiantes tadeístas

Andrés Martínez tiene 22 años de edad y su mayor sueño es tener una empresa de helados caseros. Su discapacidad no ha sido impedimento para hacer un proyecto de vida y crear una idea de negocio que lo ayudará a desarrollarse como persona y a contribuir con el sustento de su familia. 

“Andrés siempre ha soñado con ser independiente y sentirse útil. Su anhelo es hacer un helado casero que todos lo puedan comer, saludable, lo más natural posible, que pueda llegar a los colegios y a las Universidades”, explica Lucy Cortés, la mamá de Andrés.

Es por esto que las asignaturas 'Desarrollo de productos' y 'Gráfica para empaques' de los programas de Ingeniería de Alimentos y Diseño Gráfico, respectivamente, se unieron para que los estudiantes realizaran como trabajo final un proyecto muy especial: hacer la formulación y el empaque de los helados de Andrés.

En grupos de ocho estudiantes, los futuros ingenieros y diseñadores presentaron diversas propuestas, las cuales compartieron con Andrés y Lucy el pasado viernes 19 de mayo, día de la entrega.

“Lo que nosotros realizamos desde la parte de ingeniería fue realizar todas las formulaciones de helado casero con diferentes sabores y materias primas. Como ingenieros tenemos mucho que aportar a la sociedad y este trabajo se enfoca en otro segmento de la población que muchas veces no miramos”, afirma Martha Tarazona, docente de Ingeniería de Alimentos y quien estableció el contacto con Andrés para hacer del proyecto una realidad.

Ligia Rodríguez, de Ingeniería de Alimentos, y Germán Gómez, de Diseño Gráfico, son los otros dos docentes vinculados al proyecto. Los tres coinciden en que esta iniciativa motivó mucho a los estudiantes, pues sentir que pueden poner su profesión al servicio de los demás los llenó de empeño y emoción.

“El componente social del proyecto -afirma la profesora Rodríguez- fortalece en los estudiantes un sentido de sensibilidad social, pues nada hiciéramos nosotros formado profesionales si no tienen una gota de humanidad. Si no juntamos esto con la formación técnica y científica, no estamos haciendo nada. Tener una conciencia del otro es supremamente importante”.

Así mismo, este trabajo interdisciplinar les permitió a los estudiantes valorar otra área de conocimiento distinta a la propia.

“Una de las cosas que hemos tratado desde la materia 'Gráfica para empaques' es poder hacer una fusión, una interdisciplinariedad que permita que los estudiantes, tanto de ingeniería como de diseño, comprendan la envergadura de un proyecto como este y los impactos que puede llegar a tener”, explica Germán Gómez.

Además de diseñar la etiqueta de los helados, los estudiantes de diseño gráfico pensaron en toda la cadena, desde la producción del objeto, hasta el sistema de promoción del producto.

Andrés vio en las noticias a unos niños con discapacidad trabajando en un proyecto similar y eso lo hizo pensar en esta idea de negocio. “Yo quiero trabajar con estos helados. Fue mi decisión trabajar con esto”, afirmó.

Andrés dice que siente feliz por las ideas que le dieron los estudiantes y a futuro se proyecta como un empresario y un ser humano “fuerte y valiente”.

“Me conmovió mucho que el sueño de mi hijo haya inspirado a tantos jóvenes tan lindos y con un talento maravilloso. Verlos a ellos con ese amor con que lo han hecho, con ese esfuerzo de agradar y pensar en lo que como niños y adultos quieren probar, fue como si ellos hubieran sentido lo que nosotros anhelábamos para el producto”, afirma Lucy.

Según Alejandra Estupiñán, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Química e Ingeniería de Alimentos de Utadeo, esta actividad “fue un gran reto debido a que no solo estábamos haciendo un proyecto de universidad sino que estábamos ayudando a una persona a construir su proyecto de vida”.

“La motivación de todos, especialmente en el ámbito educativo, debería estar enfocada a ayudar a las personas que no tienen los recursos. De las cosas que más se recuerdan, que son más educativas y pedagógicas en una academia, es hacer un proyecto de este tamaño”, explica la estudiante.

La actividad contó con la participación de Fundación Ideas Día a Día, entidad que apoya a niños y jóvenes en condición de discapacidad y de la cual Andrés hace parte.