Concierto toque de nostalgia: los egresados volvieron a casa

Concierto toque de nostalgia: los egresados volvieron a casa

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Concierto toque de nostalgia: los egresados volvieron a casa
Viernes, Noviembre 20, 2015
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Cerca de 1200 tadeístas unieron sus voces al dueto colombiano de Ana y Jaime, en un concierto cargado de nostalgia y reencuentro. Reviva el concierto y los testimonios de nuestros egresados.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Para algunos, el viernes 13 es signo de mal augurio, pero para otros, como los más de 1200 tadeístas que se congregaron en el Auditorio Fabio Lozano para escuchar el repertorio musical de Ana y Jaime era un momento memorable, cargado de emociones encontradas, entre la nostalgia y la alegría. La fría noche capitalina no fue impedimento para esta cita con el pasado, presente y futuro de Utadeo. Ese encuentro donde todos y cada uno de los asistentes los embargaba el orgullo de ser tadeístas.  

Y es que no era para menos, la impronta tadeísta estaba a flor de piel en las afueras del Auditorio, mientras cada uno de los asistentes se registraba. La antesala fue el momento propicio para recordar y reencontrase consigo mismo, con compañeros, profesores, e incluso, con distintas generaciones de egresados, cuya afinidad es el amor por lo que ellos mismos consideran “su segunda casa”.  Este es el caso de Fanny Prieto, egresada del programa de Administración de Sistemas en el año 1993; Josué Barrantes, economista egresado en el año de 1964; Fernando Ramírez y Ana María Bonilla, egresados del programa de Diseño Industrial en los años de 1983 y 1984, respectivamente. Tres generaciones que compartieron sus experiencias en Utadeo y entablaron una valiosa amistad mientras esperaban en la fila de ingreso al tan esperado Concierto Nostalgia.  Por su parte, otros asistentes coreaban los éxitos de este dúo colombiano, entre ellos “Café y Petróleo”, uno de los temas más recordados.

Por fin las puertas del Auditorio se abrieron. Para algunas generaciones de tadeístas sería la primera ocasión que pisaban este escenario, pero a su vez era una muestra de la evolución, modernidad y esfuerzo de su Universidad, tal cual como lo relata Edith Ibáñez, egresada de los programas de Mercadeo y Publicidad, quien con voz entrecortada, relató a su esposo Hernando Barrios cuando llegaba corriendo del trabajo a la Universidad y las ocasiones en las que se “despistó” y llegó tarde: “estoy emocionada y orgullosa por el trabajo que han hecho con este concierto. Me ha parecido espectacular, especialmente como nos han atendido. De verdad que se lucieron y esperamos que sigan haciendo este tipo de eventos”, resaltó Edith.

Ana y Jaime saltaron al escenario. En medio de las luces, que evocaban el tricolor patrio, la magia llegó a su apogeo. El tiempo por momentos se detuvo. Canciones como Los años inmensos, Guillermo Otell, Eco-lógico, Décimo grado y Para qué fusionaron las voces de los artistas con las del público, quienes en medio de aplausos, y risas volvieron al pasado, esos momentos en los que Josué Barrantes jugaba en las mesas de ping-pong o descansaba en la terraza de la Universidad, luego de una productiva jornada académica, o también, cuando Fernando Ramírez pasaba semanas enteras sin salir de los talleres de la Universidad, debido a que sus estudios como diseñador así lo requerían.

Pero lo que no podía faltar en este homenaje a nuestros egresados era el estilo cómico e irreverente de Jaime Valencia, quien recordó en el escenario algunas de las anécdotas cuando era estudiante del programa de Publicidad de Utadeo, a mediados de la década de los ochenta, época en la que creó algunos de sus más famosos Jingles para marcas como Gudiz o Davivienda. Luego, junto a su hermana Ana, deleitó a los asistentes con el cuento de “Caperucita Roja al revés” y el tema Mi País.   

Al finalizar las dos sesiones de conciertos, todo vestigio de frio había desaparecido. La copa de vino sería solo un pretexto para reencontrarse con los amigos del alma, los compañeros de trasnocho en cada uno de los trabajos, así como con los llamados profesores “cuchilla”.  Este es el caso de Olga Jazmín Valero, egresada del programa de Contaduría Pública en el año 2000, quien recuerda a los profesores Horacio, Carlos y a “Chocolate”, quienes además de ser guías en el proceso de aprendizaje se convirtieron en amigos y verdaderos maestros. 

 

Historias de amor con sello tadeísta

Pero también hubo tiempo para las historias de amor, como la de Fernando Ramírez y Ana María Bonilla, para quienes la pasión por el diseño industrial los llevó a pasar el resto de su vida juntos, en parte gracias a Utadeo y a la hermana de Fernando, quien para ese entonces era amiga de Ana. La estrategia de conquista nació a través de los libros y la asesoría que Ramírez le brindaba a su esposa, dado que él iba un año más adelantado en la carrera. Los resultados de tal perseverancia dieron sus frutos luego que Ana María terminara su práctica empresarial.

Un caso similar vivieron Patricia Alarcón y su esposo Josué Barrantes, a quien conoció cuando era aún estudiante de Utadeo. Él fue la persona que la apoyó para ingresar a la Institución. Sin embargo, uno de los episodios más significativos de su paso por la Tadeo fue cuando Barrantes tuvo que combinar su rol como esposo con el de profesor de Patricia, una labor que los puso a prueba como pareja: “era algo muy curioso, porque por ejemplo en un examen llegábamos los dos de la casa a la Universidad, y de inmediato todos los compañeros le preguntan a ella sobre las respuestas”, relató Josué. Pero para Patricia también era un reto: “nosotros teníamos un bebé de meses y yo trasnochaba dándole de comer al niño. Al otro día le pedía el favor que no hiciera examen y justo ese día lo hacía y ponía a que mis compañeros formularan las preguntas del examen”, recuerda Alarcón. Sin embargo, ambos pasaron el examen más importante de sus vidas. Ya en el año de 1985, Patricia obtendría su título de contadora pública.

 

El espíritu tadeísta es una pasión que se hereda

Fanny Prieto afirma que nunca se ha ido de Utadeo, a pesar de haber egresado hace 22 años. Además de ella, su hija y sus tíos han estudiado en la Universidad, en los programas de Publicidad, Economía, Comunicación Social – Periodismo y Mercadeo. Para Fanny ser tadeísta es una herencia de orgullo que se transmite a las nuevas generaciones. Sus recuerdos más gratos provienen de las olimpiadas tadeístas y la época en la que el estudiante de Publicidad Carlos Vives, otro de nuestros egresados destacados, hacía conciertos en la llamada “Cafetería con Universidad”, bautizada así por algunos vecinos del sector, dada la elegancia, amplitud del lugar y el servicio con meseros, tal como lo recuerda Barrantes, quien también vivió el periodo de ampliación de la Universidad: “cuando yo ingresé solo existía un edificio y el Aula Máxima. Luego hicieron la segunda parte, que incluso les quedó un par de centímetros desnivelado en el pasillo”, narra jocosamente este egresado de Economía.

Pese a que la tecnología y la infraestructura se han modernizado, Josué considera que la visión cálida y humanista de la Universidad permanece intacta: “La Tadeo es una Universidad abierta al conocimiento”.  En concordancia con ello, Amparo Patiño, quien estudió Publicidad en la misma época que Jaime Valencia, recuerda que la parte social de la Institución era increíble, al tiempo que los profesores eran muy accesibles, a tal punto que realizaban actividades de esparcimiento con los estudiantes: “para esa época le estaban colocando rejas al edificio principal. Pienso que viví en una época inolvidable, que muy difícilmente se volverá a repetir. Hoy más que nunca siento una gratitud impresionante”, destacó Amparo.

 

Un regalo de navidad adelantado

Uno de los momentos más emotivos del concierto ocurrió cuando Jaime Valencia dedicó una canción a una de sus más jóvenes seguidoras. Se trataba de Ivonne Alejandra, quien a sus once años se declara una fiel admiradora del dueto colombiano, especialmente de sus liricas y su talento vocal. Pese a que muchas niñas de su edad gustan de otros géneros musicales, la música de Ana y Jaime corre por sus venas como una herencia de su abuela Myriam Moreno, con quien viajó durante diez horas desde la ciudad de Yopal, con el animo de ver una de las presentaciones en vivo de estos artistas.  

Pero esta historia se remonta 31 años atrás, cuando Moreno conoció a Jaime Valencia en un estudio de grabación del socio del artista. Allí, Valencia le realizó una entrevista  para el cargo de asistente. Lo que ella no sabía es que serían 16 años de continuo aprendizaje al lado de nuestro tadeísta, donde además de ser su jefe se convertiría en su amigo, confidente y familia: “todo lo que sé y lo que soy se lo debo a Jaime Valencia. Él ha sido como mi estandarte y es una persona como muy pocos seres humanos. Fue un apoyo para la realización de mis estudios y el de mis hijos”. 

Pero Jaime no sólo era jovial y divertido, también era exigente en el trabajo y en algunas ocasiones de mal genio: “nos reíamos mucho porque él me decía que quería que yo fuera su manager, pero al final terminábamos haciendo unos contratos muy malos, pero la pasábamos muy bien. Una vez lo llevamos a la Universidad Nacional. Era impresionante ver a los estudiantes encima de los arboles y en los techos”, relató Myriam, quien también recuerda aquel concierto en la Universidad Católica, donde tuvieron que evacuar a los artistas en una ambulancia, debido a la multitud de personas.

Quince años después, pese a las distancias, el concierto fue la mejor excusa para el reencuentro: “cuando lo vi, casi nos desmayamos los dos. Es muy emocionante volver a ver a la persona que yo quiero tanto, respeto, admiro y agradezco. No hay palabras para describir ese sentimiento. Este es el regalo de navidad para mi nieta. Se sabe las canciones y los busca en todos lados”.  Al finalizar este encuentro mágico, Ivonne asegura que valió la pena el viaje y la espera. Su cantante favorito había firmado uno de los LP que su abuela había atesorado en casa. Un recuerdo que seguramente seguirá transmitiéndose de generación en generación, demostrando en este concierto, que la música no tiene edad ni fecha en el calendario

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Muchas gracias por la invitación al concierto y por la magnífica organización, fue un rato inolvidable con hermosas canciones y el humor genial de Jaime que estuvo de una jocosidad que no le conocía, lindo el auditorio y delicioso el vino. Muy amables y espero que nos vuelvan a invitar. Amo a mi Universidad

Fue un evento espectacular, donde evocamos tiempos maravillosos y pudimos saludar y reencontrarnos con compañeros que hace rato no veíamos. gracias por permitirnos actualizar nuestras agendas y por incentivar el gran amor por nuestra querida universidad

Como puedo acceder a mi carnet como egresada de la Universidad Jorge Tadeo Lozano?, yo estudiè Tecnologìa en Administraciòn de Empresas Turistica y Hotelera, y terminè academicamente en el año 1982, y obtuve mi titulo en 1983.

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