El Tecnológico de Monterrey: ejemplo de investigación con trascendencia social

El Tecnológico de Monterrey: ejemplo de investigación con trascendencia social

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El Tecnológico de Monterrey: ejemplo de investigación con trascendencia social
Miércoles, Julio 29, 2015
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Para Nathalie Galeano, las universidades deben fortalecer el emprendimiento de base tecnológica para poner en diálogo la investigación con la solución a los problemas de las comunidades.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

El desarrollo de una cultura emprendedora de base tecnológica es quizá una de las mayores apuestas educativas de las universidades en torno al diálogo que debe existir entre la investigación científica y el impacto social. Uno de los pioneros en el tema ha sido el Tecnológico de Monterrey, Institución que desde su creación en el año de 1943 se encuentra en constante evolución frente al tema del emprendimiento en México. De esta manera, durante más de setenta años de historia, el “Tec” ha sido la escuela de los empresarios más prestigiosos del país centroamericano, así como la cuna de las ideas innovadoras que han marcado la historia de ese país.

Estas experiencias exitosas fueron compartidas por Nathalie Galeano, directora del Centro de Innovación y Transferencia de Tecnología (CIT2) del Tecnológico de Monterrey, en la conferencia “La estrategia del Tecnológico de Monterrey y su ecosistema de investigación, innovación y emprendimiento”, organizada por la Dirección de Innovación, Creatividad y Emprendimiento (DICE) de Utadeo el pasado 28 de julio en el Hemiciclo de la Universidad.

Al respecto, Leonardo Pineda, director de la DICE, señaló que este evento es de vital importancia para comprender la evolución y el estado actual de los procesos de investigación y emprendimiento en América Latina, debido a que Utadeo se encuentra en el camino de consolidar este ecosistema: “es necesario conocer el camino que han seguido otras universidades del mundo para generar esa cadena de valor de manera satisfactoria”, puntualizó el directivo. De igual forma, Pineda invitó a los profesores e investigadores tadeístas a fortalecer en los estudiantes el deseo por crear empresa y que sus ideas de negocio beneficien a la sociedad.

El “Tec”: emprendimiento tecnológico con sentido social

Para Galeano, el Tecnológico de Monterrey es una Universidad que fomenta el emprendimiento, gracias al contexto en el que fue creada, siendo esa región del país reconocida por sus altos niveles de industrialización. Actualmente, el claustro cuenta con cerca de 23 sedes distribuidas por todo el territorio mexicano, así como siete sedes en diferentes países de América Latina, cerca de 98.500 estudiantes y más de 9.000 profesores e investigadores, comunidad académica que en un 51% se encuentra enfocada en el tema de las incubadoras empresariales y la mentoría a empresarios.

La académica sostuvo que en el Tecnológico de Monterrey son conscientes de los cambios continuos que supone un mundo globalizado, razón por la cual la Universidad viene reinventándose constantemente en este tema. Una de las últimas modificaciones implementadas se llevó a cabo en 2013 cuando se rediseñó el sistema de investigación, asignándoselo a la Vicepresidencia de Investigación, Posgrados y Educación Continuada como una estrategia para fusionar los temas científicos y el hacer empresarial.

Frente a dicha evolución, Galeano aseguró que “el Tecnológico de Monterrey se ha puesto en la tarea de revisar cuáles son las competencias más importantes que un emprendedor puede tener y se dio cuenta que muchas ya las tenía en el modelo educativo y que otras había que reforzarlas. Por lo tanto, hay que estar trabajando constantemente en el modelo de competencias para cuando los estudiantes salgan al mercado a hacer su empresa sigan adelante sin importar que quiebren, pues en el siguiente proceso van a tener éxito”. De igual forma, otra de las estrategias que se planteó la Universidad mexicana fue la integración de los grupos de investigación de las diferentes sedes, con el ánimo de generar sinergias entre los campus y las diversas disciplinas.

Así nació “TEC 21”, un rediseño de la visión universitaria desde el humanismo y el emprendimiento, el cual ha arrojado resultados positivos en los últimos cinco años, entre ellos la posibilidad que 1.435 profesores se dediquen de tiempo completo a la investigación, que 1.889 investigaciones científicas estén indexadas, se hayan hecho 6.030 citas en trabajos académicos y se le hayan concedido 201 patentes. Sin embargo, para Galeano las cifras por sí solas no son significativas si estas mismas no contribuyen a responder a las problemáticas sociales, razón por la cual se han creado iniciativas como el Instituto de Emprendimiento “José Eugenio Garza Lagüera”, los parques tecnológicos, las incubadoras y aceleradoras de empresa, así como la carrera en creación y gestión de emprendimientos en el año 2005.

Con estos espacios se busca generar habilidades de emprendimiento tradicional, artístico y social, a través de una educación e investigación de calidad que pueda ser apoyada por inversionistas. De igual forma, se busca que el Tecnológico de Monterrey se posicione en el top 10 de las universidades emprendedoras a nivel mundial, así como que el 50% de los egresados puedan conformar su propia empresa, dado que actualmente cerca de 29.000 estudiantes se encuentran cursando estudios del énfasis en emprendimiento.

Finalmente, Galeano aseguró que el Tecnológico de Monterrey ha sido pionero en la creación de centros de familias emprendedoras, redes de empresarios mentores y en creación de políticas institucionales para la protección de la propiedad intelectual a estudiantes, egresados y profesores. De igual manera, la Universidad ha logrado convenios con prestigiosas universidades a nivel mundial que trabajan el tema del emprendimiento, entre ellas el MIT (Massachusetts Institute of Technology), así como empresas del sector real mexicano como Navistar y Prolect, las cuales no sólo financian algunos de sus proyectos de investigación sino que además han implementado parte de la tecnología realizada en el claustro.

Patentar no es suficiente, es necesario generar impacto social

El Tecnológico de Monterrey se ha convertido en un centro para el desarrollo de las ideas innovadoras. De esta manera, de acuerdo con el ranking QS, la universidad se encuentra en el primer puesto a nivel nacional en reputación por parte de los empleadores. En ese sentido, en la Universidad los alumnos de pregrado tienen la posibilidad de realizar un énfasis en investigación. Del mismo modo, el Congreso de emprendimiento organizado anualmente por la Universidad se ha convertido en uno de los eventos más importantes de su tipo en América Latina, en el cual se realizan sesiones de mentoría, retos de emprendimiento, y ante todo, sirve como vitrina para que los estudiantes oferten sus ideas de negocio a los inversionistas.

Uno de los últimos emprendimientos exitosos desarrollados en el “TEC” fue Onko Solutions, un dispositivo para el autodiagnóstico del cáncer cérvico uterino. Esta tecnología da respuesta a una problemática social que viven las mujeres en algunos lugares del país, dado que sus compañeros sentimentales, la cultura o las circunstancias económicas de la región no les permiten tener acceso a un profesional de la ginecología.

En ese sentido, para Galeano la investigación con impacto social debe primero responder a un problema de la comunidad, posteriormente realizar la investigación, generar un producto intelectual y finalmente transferir ese conocimiento: “identificas un problema que presenta una comunidad y sobre eso vas desarrollando soluciones, seguramente encontrarás muchas cosas nuevas.  Si se piensa en cosas que no son aplicadas pueden terminar siendo muy buenas investigaciones pero no aplicadas a un problema real”, sostiene Galeano.

Además de ello, la especialista brinda una serie de consejos para generar una cultura de emprendimiento exitosa. En primera medida, las universidades deben desarrollar competencias en temas como liderazgo y capacidad de respuesta ante las derrotas. En segundo lugar, los emprendedores deben estar dispuestos a soportar el fracaso y seguir intentándolo, dado que hay estudios que demuestran que las empresas creadas en los primeros dos a tres años no siempre generan ganancias. En tercer lugar, los empresarios deben responder hábilmente ante los cambios que proponen los mercados y los clientes. De este modo, con el pasar del tiempo los modelos de negocios tienden a cambiar completamente, respecto a la idea inicial. Finalmente, se deben construir políticas claras entre las universidades y la comunidad de investigación con el ánimo de proteger los derechos patrimoniales y morales de cada una de las partes, siempre desde el consenso.

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