"Es tiempo de pensar en grande por nuestros mares": Laffoley

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"Es tiempo de pensar en grande por nuestros mares": Laffoley
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Miércoles, Octubre 28, 2015
En las charlas magistrales de Colacmar - Senalmar se debatieron temas como los efectos del cambio climático, las zonas de protección marítima y las representaciones geohistóricas de los mares.
Fotografías: Emanuel Enciso - Oficina de Comunicación

Como parte de las actividades desarrolladas en el XVI Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar (Colacmar), se llevaron a cabo cuatro charlas magistrales por parte de lideres y especialistas en temas como la conservación de los ecosistemas marinos, así como políticas públicas, cartografía histórica y tecnologías de monitoreo en los océanos.

La primer charla estuvo a cargo de Dan Laffoley, quien abordó el tema de las “Áreas Marinas Protegidas (AMP): conocimiento, innovación y liderazgo en la consolidación de acciones para el océano y la costa”.  Durante una hora, el experto inglés en conservación de los océanos habló acerca de las políticas públicas que algunos Estados del primer mundo han realizado para conservar el ecosistema marino.  De acuerdo con el científico, tan solo el 3,5% de los océanos en el mundo son objeto de protección a través de los MPA. Países como Chile se han convertido en referentes para la región, en cuanto a la salvaguarda de los mares se refiere.

Sin embargo, acciones negativas como la explotación minera han afectado el ecosistema marino, generando que en ocasiones las medidas de protección brindadas a través de las AMP sean insuficientes, y que por lo tanto, hacen que cada día se esté más cerca de una catástrofe marítima.  Pese a ello, como lo resalta Laffoley, siempre habrá una luz al final del túnel. En los últimos cinco años, organizaciones no gubernamentales,  entidades estatales y gobiernos en América y Europa han aunado esfuerzos para dar una mayor cobertura a las Áreas Marítimas de Protección.

De igual forma, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación buscan concientizar a la población mundial sobre las consecuencias de problemáticas como el cambio climático en los mares y océanos, así como la incalculable riqueza que se esconde bajo sus aguas. De esta manera, plataformas como Google Earth han contribuido al conocimiento de la diversidad marina, gracias a la gestión de mapas 3D e inmersión virtual en tiempo real. En este mismo tipo de iniciativas se encuentra Mission Blue, un proyecto audiovisual de “Sylvia Earle Alliance”, el cual tiene como fin generar conciencia en la sociedad acerca de la protección de los océanos, a través de la creación de una red global de áreas marinas protegidas. La Organización espera que para el 2020, cerca del 20% de la superficie marítima tenga la protección legal de las AMP. De acuerdo con el científico británico, este proyecto es el primer documental sobre el océano que emitirá la plataforma de video por demanda, Netflix.

La segunda intervención magistral, realizada el 20 de octubre, estuvo a cargo de Iñigo Losada Rodríguez, quien trató el tema de “Desafíos e incertidumbre en la evaluación de los efectos del cambio climático en la costa”. El científico español expuso acerca de las nuevas metodologías de proyección para la gestión de riesgos en zonas costeras. Dentro de las variables a analizar se encuentra el impacto al ecosistema marino, entendido este como la peligrosidad ante el cambio climático, la exposición o vulnerabilidad del ecosistema, aspecto condicionado por los procesos socioeconómicos y la gobernanza, los cuales a su vez generan cambios en el uso de los suelos, y por ende, consecuencias de tipo ambiental y económico.

De esta manera, la amenaza se convierte en un conjunto de dinámicas que se deben concebir y calcular localmente. En el caso de los mares, se debe evaluar la cota de inundación, teniendo en cuenta el nivel de referencia, es decir, un promedio de la elevación de las aguas en su estado normal, frente al nivel de la marea. Otros elementos como la marea meteorológica, factor causado por la presión atmosférica y el viento, es un factor que debe ser analizado de manera conjunta.

Sin embargo, no basta con prever los riesgos de hoy, sino también los del futuro. Para ello se proyecta el riesgo en dos subsistemas, bajo el entendido que estos están interrelacionados. Por un lado se encuentran los sistemas humanos, entendidos como los asentamientos urbanos, infraestructura, turismo y demás actividades que afectan el mar, y por el otro, los sistemas naturales, entre ellos las costas rocosas, las playas, los humedales, entre otros.

Finalmente, el catedrático en ingeniería hidráulica de la Universidad de Cantabria sostuvo que las soluciones hibridas, como la protección de manglares, son medidas sostenibles que ayudan a la mitigación de dichos riesgos.  

La tercer jornada de charlas magistrales fue dirigida por la cartógrafa histórica Nara Victoria Fuentes Crispín, quien socializó el tema de “Representaciones geohistóricas de los mares y las costas colombianas”.  Según lo destaca la investigadora, los mapas son instrumentos que deben ser leídos. Fuentes, siguiendo los postulados de Bruno Latour  sobre las ciudades invisibles, propone una mirada sociológica de la cartografía de los siglos XVI al XIX. A la fecha, la investigadora ha compilado 122 cartas marinas, las cuales según la expositora, no sólo revelan el estado geográfico de una época, sino también las posturas ideológicas, las transiciones políticas y la concepción de la espacialidad en ese momento.

Así pues, planos como el de Tenochtitlan en México llevan a comprender las dinámicas de organización de la población, así como las forma de apropiación de las costas. En ese caso, lo que se observa en el mapa es el carácter monumental y geométrico de la zona, rodeada por espacios amplios y ordenados, donde dos vías se interceptan en el centro y se cruzan en el lago. Esta carta, conocida como el mapa de Hernán Cortés, evidencia un espacio idealizado frente al lugar real que está concentrando en su interior las instituciones gubernamentales.

Según la expositora, existen tres categorías importantes para entender la evolución en la organización de los espacios. El primero de ellos es el disputaceo, en el cual todo mapa se produce gracias a la acumulación de conocimiento libresco o de formación. La segunda es la posibilidad de apreciar los mapas desde abajo, es decir, las historias que se desean contar desde estos mapas, y en tercer lugar, entender el mapa desde arriba como un informe, el cual puede contar información variada. De este modo, antes del siglo XVI, se llevaban a cabo representaciones ideológicas de los accidentes geográficos, unos imaginarios o proyecciones metafísicas y teológicas, que con la llegada de la cartografía comienzan a desvirtuarse.

Según lo acota la investigadora, “a finales del Siglo XVIII se incrementó el anhelo europeo por conocer las costas americanas, y esa constante perduraría hasta el Siglo XIX.  Para el caso colombiano, ese siglo se considera como la época de viajeros por excelencia, traducidos en un considerable consolidado de manuscritos marítimos e informes”, preocupaciones que en su momento revelaban las lógicas del imperialismo.

Al finalizar, Fuentes recordó a los asistentes que el mapa es un documento más que un instrumento y que la riqueza cartográfica de los siglos XVI al XIX amerita una propuesta historiográfica encaminada a generar conciencia geográfica nacional.

La charla magistral de cierre estuvo a cargo de Patricia Miloslavich, quien presentó el tema de “El Sistema de Observación Global de los Océanos (GOOS): una plataforma para el monitoreo de variables biológicas y ecológicas en los Océanos”.  La bióloga marina venezolana socializó los alcances de este sistema cuyas variables oceanográficas de orden climático, físico y de biodiversidad permite el establecimiento de acciones ecológicas esenciales para el océano y sus ecosistemas, que al ser implementados a escala global beneficiaría los requerimiento sociales. En estos momentos, el grupo de investigación se encuentra dividido en tres paneles de monitoreo: física y clima,  bioquímica y carbono y biologías y ecosistemas, quienes trabajan en torno al estado en el que se encuentran los océanos y su impacto, y en ese sentido, evaluar cuáles son las consecuencias de los cambios para poder dar una respuesta a la sociedad

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