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"Fue el día más difícil de toda la Expedición": Andrés Franco
Lunes, Enero 23, 2017
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El biólogo marino tadeísta relata la experiencia del último fin de semana de la Expedición, caracterizado por fuertes ráfagas de vientos y una nevada extrema.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Andrés Franco.

Desde el Estrecho de Gerlache, Andrés Franco, director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo y uno de los integrantes del equipo científico de la Tercera Expedición de Colombia en la Antártida, relata lo que han sido los momentos más difíciles a bordo del ARC 20 de julio, debido a las fuertes ráfagas de viento y nevadas que se registraron en la zona durante el último fin de semana. A pesar de ello, el calor humano y el profesionalismo de la tripulación hacen que los días en el “Continente Blanco” sean sobrellevables, y ante todo, la moral se mantenga en alto. Reviva un nuevo episodio de esta travesía por el Polo Sur geográfico, a través del siguiente relato.      

 

Estrecho de Gerlache, Antártica, Enero 22 de 2017.

Después de un fin de semana de labores continuas, desde las 8:30 a.m. hasta las 9:30 p.m., el sábado 21 de enero puedo decir con toda certeza fue el día más difícil de toda la Expedición, hasta donde vamos.

Nos levantamos a las 5:30 a.m., porque empezábamos estación de muestreo a las 7:00 a.m., pero amaneció muy nublado y nevando, producto del frente frío que viene cruzando la región. El mar se encontraba en estado 3, con ráfagas de vientos hasta de 60 kilómetros por hora. Eso llevó a que todo el día tuviéramos temperaturas de 1° centígrado, llegando a sensaciones térmicas hasta de -10° centígrados. Pese a ello, logramos hacer dos estaciones de muestreo, gracias al equipo humano de la Dirección General Marítima (Dimar) como de la Armada Nacional de Colombia.

Muchas veces le indican a uno que en la Antártica el clima cambia de forma drástica y brutal, pero hasta no verlo y vivirlo no se comprende la dimensión de eso. Si bien la ropa polar se porta bien bajo esta condición tan extrema, el frio penetra las manos y la cara. Por fortuna, y gracias a Dios, las jornadas han terminado bien con todos completos y las extremidades en su lugar, que es lo más importante.

Hay que destacar que todas estas novedades climáticas han llevado a fortalecer aún más el apoyo y el trabajo en equipo de todos los que diariamente estamos en cubierta. La solidaridad es indescriptible. En medio de la jornada, el Sargento García nos trajo una taza de chocolate; el jefe científico de la Expedición, Capitán de Navío Jorge Torres, compartió un tinto bien caliente; nuestra enfermera Marly llegó con bolsas de suero calientes para nuestros dedos, mientras el equipo de comunicaciones, al mando del Teniente Hernández y el Suboficial Suárez, nos llevó una palabra de ánimo y una buena anécdota.

En fin, más allá de los logros científicos que una Expedición de esta magnitud pueda tener, están los lazos de amistad, y lo más notable, la calidad humana de las personas que nos apoyamos mutuamente para alcanzar los objetivos.

Fotos