La ciencia se acerca a los más jóvenes gracias al CIPI de Utadeo

La ciencia se acerca a los más jóvenes gracias al CIPI de Utadeo

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La ciencia se acerca a los más jóvenes gracias al CIPI de Utadeo
Viernes, Octubre 9, 2015
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¿Sabía usted que Colombia ocupa el tercer lugar en producción de Biodiesel en Latinoamérica? Veinte jóvenes conocieron las fuentes de energía renovables, entre ellos los paneles solares.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

¿Sabía usted que el 90% de los recursos energéticos que utilizamos provienen de combustibles fósiles, generando con ello problemas ambientales como el efecto invernadero? En cincuenta años podrían agotarse las reservas de petróleo y gas natural, razón por la cual deben buscarse nuevas fuentes de energía, especialmente de naturaleza renovable. Este fue uno de los temas tratados en la visita de veinte estudiantes del Club de Ciencia en Celdas Solares, quienes el pasado 7 de octubre visitaron el CIPI (Centro de Investigaciones en Procesos Industriales) de Utadeo, considerado pionero en el país en el ámbito de la energía fotovoltaica.

Durante dos horas, los estudiantes del Tecnoparque del SENA, ubicado en Soacha, pudieron compartir experiencias académicas y científicas referentes a la energía solar y eólica, así como conocer de primera mano los 24 paneles solares instalados en este edificio inteligente de la Universidad. Andrés Julián Aristizábal, director de la Maestría en Ingeniería – Gestión Sostenible de la Energía, junto con Edgar Vargas, director del programa de Ingeniería Química, fueron los guías de esta expedición por el mundo de la energía sostenible. De acuerdo con Martínez, un estudiante de esta maestría realizó un software que permite medir la energía fotovoltaica. Los datos arrojados permitirán evidenciar el impacto en las redes eléctricas.  

Estos jóvenes apasionados por la ciencia demostraron que la investigación no tiene porque ser aburrida o lejana a sus estilos de vida, sino más bien un proceso divertido y lúdico que los enseña a generar impacto social para sus comunidades: “la ciencia es la respuesta a muchas de las preguntas que a diario nos hacemos, brindándonos el cómo hacer las cosas para que algo funcione. Por ejemplo, en mi proyecto, si yo no desecho las cascaras de banano o papaya eso me puede servir para sacar etanol” señala Laura Cortés, aprendiz de la tecnología en Química Aplicada a la Industria del SENA.

Posteriormente, Vargas introdujo a los estudiantes en el tema de los biocombustibles de segunda generación, es decir aquellos que no afectan las fuentes alimenticias. Allí la energía se produce gracias a la materia prima que no es apta para el consumo humano, entre ellas los tallos, las hojas y los aceites de cocina usados. Como lo indicó el director de Ingeniería Química, Colombia tiene gran riqueza en energía eólica y biomasa.

 

Utadeo, comprometida con la apropiación social del conocimiento

Fabián Méndez, a sus quince años de edad, se considera un enamorado de la ciencia. Este estudiante de Diseño de Software destacó que lo más enriquecedor de esta visita a Utadeo fue comprender que “existen formas de obtener energía más allá de las que nosotros conocemos y así no le hacemos daño al planeta”. Por su parte, para Laura esta experiencia le permitió abrir su mente: “nuestra sociedad está reducida a un pensamiento básico y no comprende que a través de la ciencia tenemos múltiples posibilidades.  No es simplemente leer un libro sino también hacer experimentos y análisis que lo nutran a uno de mucho conocimiento”.

Para Vargas, este tipo de visitas refleja la visibilidad de Utadeo como un centro para la investigación científica al alcance de todos: “la Universidad genera impacto en la sociedad a través de dos vías. La primera, formando profesionales de altas cualidades, que sean capaces de transmitir sus conocimientos, que sean gente de bien y ciudadanos del mundo. En segundo lugar, estamos mostrándole a las nuevas generaciones o pequeños científicos lo que se hace para que se contagien por aprender y poderlo transferir a las carreras técnicas, las cuales permiten el desarrollo de un país”. 

De esta manera, uno de los compromisos de la Universidad es generar espacios para la apropiación del conocimiento por parte de las comunidades que lo necesitan, al tiempo que genere experiencias profundas en los jóvenes, y con ello, mayores inquietudes que los motiven a seguir investigando con alegría y felicidad: “no hay nada más significativo que uno encuentre en el conocimiento algo que se puede hacer y llevarlo a la práctica, y con ello facilitárselo a la sociedad y hasta generar una propuesta de emprendimiento”, puntualizó Vargas.

 

La ciencia, un mundo diferente para los jóvenes

Clubes de Ciencia es una iniciativa que nació en México en el año 2012, debido a la preocupación de algunos estudiantes de doctorado de la Universidad de Harvard y el IMT por la calidad de la educación en sus países de origen. Dicha organización tiene como propósito incentivar y sembrar la semilla de la ciencia en las futuras generaciones. Como lo indica Daniel Cruz, líder del Club de Ciencia y estudiante del doctorado en Materiales para Energía Solar de la Universidad Libre de Berlín (Alemania), “tenemos el reto de quitarle la cara fea a la ciencia, mostrarles que es posible contextualizarla, que puede resolver problemas sociales y causar una revolución, pero ante todo, que comprendan que la ciencia también puede ser lúdica y que se puede aprender a partir del juego, ya no sólo a través del salón de clase, sino también a través de discusiones, talleres y experimentos”. 

Actualmente, muchos de los jóvenes que viven esta experiencia son estudiantes de posgrado de las universidades más prestigiosas del mundo, lo cual demuestra que la ciencia tiene un gran impacto en los más pequeños. El grupo que visitó las instalaciones del CIPI hace parte de un semillero de investigación que tiene el SENA, quienes gracias al apoyo de Colciencias y la Universidad de Harvard pueden acercarse a los procesos científicos de talla mundial. 

Fotos

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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