La información es poder. Más que un simple cliché o una frase de cajón, en una sociedad digital como la nuestra es toda una realidad. Estudios realizados a empresas de Estados Unidos y Canadá arrojaron que para el 70% de las compañías uno de los factores que influye para tener éxito es mantenerse actualizado constantemente.
Precisamente sobre este tema, Brenda Cabral, investigadora del Centro de Bibliotecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impartió la conferencia “Relevancia del desarrollo de competencias informacionales en estudiantes universitarios”, en el marco de la I Feria de Proveedores de Bases de Datos (Rumbo), que se llevó a cabo en Utadeo el pasado 27 y 28 de julio.
Para la investigadora mexicana, “la información es un bien con valor económico”, de gran importancia para la investigación y la generación de conocimiento. Sin embargo, en un mundo en el que abunda la información, y la mayoría de esta es basura, se hace necesario que los estudiantes aprendan a convertirse en unos curadores de contenidos, con capacidad de buscar, gestionar, evaluar y comunicar de manera responsable y efectiva.
Claudia Becerra, directora de la Biblioteca de Utadeo, en instalación de la I Feria de Rumbos.
“La información de hoy es el arma de mañana”: Brenda Cabral
A través de competencias como la alfabetización informacional y el desarrollo de habilidades informativas, los estudiantes pueden tratar la información como un arma a usar para su beneficio, pues esta es el insumo para producir nuevo conocimiento.
Hoy más que nunca abundan los soportes de información, que van desde los videos, pasando por las infografías, hasta llegar incluso a la realidad aumentada. Así, el estudiante debe valorar los recursos que tiene a su disposición y poseer habilidades para utilizarlos bajo un fin particular, sabiéndola emplear en el momento y lugar que lo necesite.
Pasos para convertirse en un curador de contenidos
Para Cabral la sociedad debe comprender que la alfabetización informacional no es solo un derecho sino también es un deber, cuya competencia no es solo de los bibliotecólogos sino de cada uno de los ciudadanos, sin importar su rol.
En ese sentido, un curador de contenidos es aquella persona conocedora y crítica de cualquier temática que encuentra, organiza, presenta y asesora los procesos informativos. Así, al ser un implicado en el proceso del conocimiento, genera y crea contenido propio, da vida a información antigua pero pertinente, al tiempo que genera confianza entre sus audiencias.
Es por ello que, lo primero en lo que debe pensarse es en la cultura del no plagio. Para ello Cabral sostiene que actualmente existen software que permite detectar el plagio y las fuentes de información de la que fueron extraídos los datos.
En segundo lugar, las universidades deben fomentar competencias de esta naturaleza en sus estudiantes y lograr establecer qué tan cercanos son los públicos a la información, en cuanto a la manera como asimilan los datos.
Según la experta, existen tres niveles de competencia informacional que deben adquirir los estudiantes, profesionales y profesores. La primera de ellas entendida como la alfabetización informativa, se busca que el usuario identifique fuentes confiables y viables para la extracción de la información. En un segundo momento, se pide que el usuario sea independiente en el aprendizaje, es decir, que pueda generar nuevos contenidos a partir de la información dada, y finalmente, sea consciente de la responsabilidad social que conlleva el uso de la información.
