A medida que la economía de China se desarrolla, se amplían y estrechan sus relaciones internacionales generando, en consecuencia, un incremento en la demanda del aprendizaje del idioma chino en los demás países del mundo. Desde 2004, tomando como referencia las experiencias de Inglaterra, Francia, Alemania y España en la divulgación de sus propios idiomas, China empezó a establecer entidades no lucrativas y de carácter público para la enseñanza del idioma chino y la difusión de la cultura china. A estas entidades se les denominó “Institutos Confucio”.