Estudiantes colombianos cuentan su experiencia en una población de China.
Cuando despertaron, una nube de smog cubría la ventana. Así era amanecer en Tianjin, China. Tomaron los abrigos y los tapabocas para protegerse de los vientos helados que arrastraban la polución y salieron a la calle donde no escucharon ni una sola palabra en español.
"Ese fue el momento en que me sentí más lejos de Colombia. Estábamos al otro lado del mundo", asegura Daniela Vélez, estudiante de octavo semestre de comercio internacional, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Daniela hace parte del grupo de estudiantes del Instituto Confucio, que fueron becados para tomar un campamento de invierno en la Universidad de Estudios Extranjeros de Tianjin, que duró veinte días.
Este viernes, durante el Festival de Faroles (una típica celebración china) organizado por el Instituto, los jóvenes compartieron sus experiencias con otros estudiantes y prepararon algunas recetas de comida oriental, aprendidas en ese país.