"Además de ser una expedición científica, es una experiencia de vida"

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"Además de ser una expedición científica, es una experiencia de vida"
Martes, Marzo 7, 2017
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Así lo manifestó Andrés Franco, en la conferencia “La Antártida, la biblioteca oceánica del mundo”, espacio en el que compartió con la comunidad académica sus experiencias en el Continente Blanco.
Fotografías: Deyanira Lozano y Alexi Raquel Torres - Utadeo Santa Marta

Un espacio para compartir con la comunidad académica los principales hallazgos y experiencias que como investigador presenció Andrés Franco en las frías aguas antárticas, durante 21 días en el Estrecho de Gerlache y treinta más de crucero por el Pacífico sudamericano, fue el tema central de la conferencia “La Antártida, la biblioteca oceánica del mundo”, que se llevó a cabo el pasado 6 de marzo en las instalaciones de Utadeo Santa Marta. El evento contó con cerca de 100 asistentes, entre ellos profesores, estudiantes y egresados del programa de Biología Marina, la maestría y el doctorado en Ciencias Marinas, así como representantes de otros sectores de la academia de la capital del Magdalena. 

Franco, quien fue seleccionado junto con otros 32 investigadores para conformar el equipo científico de la tercera Expedición de Colombia a la Antártida, narró el proceso previo para postular a la convocatoria su proyecto de investigación enfocado en las comunidades planctónicas, así como las pruebas psicotécnicas, físicas y de polígrafo a la que fue sometida la tripulación antes de embarcarse en el ARC 20 de julio el pasado 16 de diciembre: “Además de haber sido una expedición científica es realmente una experiencia de vida (…)Pasaría las veces que quieran al Drake por volver a la Antártica porque es una experiencia fenomenal”,  sostuvo el tadeísta.

La pasión por estudiar el fitoplancton (especies vegetales), zooplancton (especies animales) y el ictioplancton (huevos y larvas de peces), es para Franco de vieja data. Al igual que en tierra hay pasto, los océanos también tienen unos cultivos naturales llamados fitoplancton. Pero este alimento es difícil de asimilar para las diferentes especies que habitan el mar, razón por la cual existen unos animales llamados copépodas, crustáceos que convierten la energía lumínica del sol en alimento y capturan CO2 disminuyendo los gases de invernadero, zooplancton que a su vez es consumido por otros animales vertebrados e invertebrados, generando un ciclo vital en el océano.

Desde hace diez años algunos estudios adelantados por Utadeo han demostrado que en el trópico hay cambios considerables en estas poblaciones, similares a los que suceden en climas templados, lo cual lleva a pensar que todos los océanos, más allá de su temperatura, presentan unos funcionamientos prácticamente iguales: “Lo que queremos demostrar con esta investigación es que la diferenciación latitudinal no es tan marcada entre zonas tropicales y zonas polares cuando se trata de aguas en profundidad”, destaca Franco en su conferencia.

De esta manera, la investigación interinstitucional desarrollada por nuestra Universidad, Aquabiosfera, Invemar y la Universidad de Antioquia, busca probar si hay cambios significativos entre la biodiversidad de los sistemas tropicales, como el nuestro, los templados y polares, y así ver si la comunidad planctónica puede ser un bioconector entre Colombia y la Antártica.

En la conferencia, Franco mostró algunas de las metodologías implementadas para la toma de muestras, entre ellas un sistema de apertura y cierre que permite captar las especies en las profundidades que se requieren. De igual manera, una red bongo para fitoplancton permitía tomar muestras a profundidades de hasta 200 metros, en operaciones que tardaban cerca de 20 minutos. Por su parte, las redes de zooplancton e ictioplancton posibilitaban arrastres de ejemplares ubicados entre los 200 a 800 metros de la superficie.

Dichas muestras, que fueron conservadas utilizando formol, comenzarán a procesarse en Colombia a través de una convocatoria para tesis de pregrado, maestría y doctorado, donde se analizará la descripción de las comunidades.

Como concluyó Franco en su conferencia, en las Ciencias Marinas la investigación no tiene límites geopolíticos ni geográficos. Lo que sucede en la Antártida responde a procesos de escala global, razón por la cual el expedicionario invitó a los académicos a formar biólogos marinos con una visión amplia. De igual forma, llamó la atención a los estudiantes para que participen en las convocatorias que realiza la Comisión Colombiana del Océano, a través de proyectos de investigación, y así aplicarlos en campo.

 

Reviva la conferencia: "La Antártida, la biblioteca oceánica del mundo", con Andrés Franco 

 

Colombia y la Antártida: distantes geográficamente, unidos biológicamente

La tercera Expedición se encuentra enmarcada en el Programa Antártico Colombiano, que busca a futuro tener una base temporal o permanente de nuestro país en esas latitudes, así como la tienen actualmente Argentina, Chile o Ecuador, entre otros países.  En este oportunidad se desarrollaron 33 investigaciones, 12 de las cuales se ejecutaron con investigadores encargados a bordo, mientras 7 más fueron aplicadas con el apoyo de diferentes investigadores, y 14 obedecían a proyectos de cooperación internacional. Las áreas de investigación fueron diversas, pasando por las ciencias marinas, la hidrografía y la ingeniería, hasta llegar a la medicina y estudios sobre la fisionomía humana.

¿Pero por qué los científicos colombianos deben fijar su mirada en el continente más allá del fin del mundo? En la conferencia, el director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo recordó que la Antártida es el punto del planeta que siente y responde al cambio climático antes que el resto del mundo. Prueba de ellos son algunas grietas de gran tamaño en los sistemas de hielos evidenciadas durante la expedición, que si bien obedecen a las condiciones de verano por las que atravesaba el continente en ese momento, también abren interrogantes sobre posibles huellas del cambio climático.

Esto por supuesto, se debe a que el Continente Blanco es además regulador del clima mundial, en la medida que el sol se refleja y evita que el calor se acumule en el planeta y en su atmósfera. Pero si desapareciera esa superficie blanca podría haber mayor absorción de la temperatura, afectando el clima mundial.

En tercer lugar, la Antártida es un regulador del nivel del mar, al tiempo que por allí pasan las aguas provenientes de todos los océanos del mundo, y si hay cambios en ellas a causa de la contaminación, estas marcas se conservarán en este líquido.

El continente presenta un sistema de hielo de más de 20000 kilómetros cuadrados, el cual presenta una fractura de 26 kilómetros que ha empezado a desprenderse, generando la entrada de agua dulce al océano, que en últimas afecta corrientes marinas como las de Humboldt, que tiene incidencia en la industria pesquera de nuestro país: “Al menos los estudios preliminares que hizo la Dirección Marítima en profundidad para analizar masas de agua, mostraron que las aguas intermedias antárticas, que llegan al Caribe colombiano, al parecer están presentando un incremento en temperatura”, relata Franco acerca de las consecuencias sociales y económicas que podrían traer para nuestro país, por ejemplo, cambios en las migraciones de las ballenas jorobadas.

La conferencia también fue el momento propicio para hacer un recorrido visual por la biodiversidad de la Antártida, compuesta por innumerables especies de aves y pingüinos, entre ellos el barbijo y el papúa, así como las ballenas. Las fotografías también permitieron comprender adaptaciones a condiciones extremas presentadas por las estaciones permanentes en el glacial, entre ellas antenas parabólicas protegidas contra el congelamiento, que transmiten en tiempo real información sísmica sobre el lugar a algunas universidades españolas. 

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