¿Y cómo va el maizal?

Opinión
¿Y cómo va el maizal?
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Martes, Noviembre 7, 2017
Entrevista con el director del grupo institucional de teatro de la Utadeo, Yair Callejas Guerrero sobre su obra ‘Fiesta en el maizal’ y su presentación en el emblemático Teatro la Mama.

En el teatro La Mama, la emoción y los nervios se sienten en el ambiente, los asistentes de a poco van llegando para disfrutar de la última función de ‘Fiesta en el maizal’. En el escenario, se encuentran los chicos que hacen parte del grupo institucional de teatro tadeísta practicando, ansiosos por lo que pasará a continuación. Saben qué deben hacer, lo han estudiado, trabajado, pero aún así pueden sentir su corazón latir con fuerza, arreglan todo para la presentación y se sonríen entre ellos en muestra de apoyo.

Desde el balcón, donde se ubica los controles del teatro, son observados por quien los ha venido guiando, su director Yair Callejas Guerrero, quien revisa los últimos ajustes para tener todo a la perfección, dejando ver un brillo en su mirada que demuestra orgullo por sus estudiantes.

Se acomoda en el reducido lugar, mostrando la tranquilidad que solo se obtiene con la práctica y la seguridad de haber dado lo mejor de sí. ComunicANDO habló con él y nos dijo:

CMDO: ¿Cómo se llega al título ‘Fiesta en un maizal’?

Yair Callejas Guerrero: Es una frase displicente de un amigo mío, que vive en el extranjero. Cuando partió de Colombia prometió no regresar y en las ocasiones en las que hemos hablado siempre dice “¿Cómo va el maizal?” Es su forma de describir a Colombia.

CMDO: ¿De qué trata la obra?

YCG: ‘Fiesta en el maizal’ es una obra de teatro experimental en donde el grupo quiso, un poco, generar en el público la reflexión acerca de la manera en la que nosotros, como colombianos, vivimos la violencia y las distintas manifestaciones de esta que hay en nuestro contexto. Entonces, la reflexión es que ya estamos tan acostumbrados a los hechos violentos que podemos ver un noticiero y escuchar sobre esto una hora y no pasa nada.

La obra trata de eso, un contraste de las formas en las que vivimos la fiesta, la fiesta de cumpleaños, la fiesta de pueblo, la fiesta navideña, todas estas festividades típicas colombianas y las contrastamos con acciones de violencia, la obra tiene este lema de como nosotros bailamos sobre nuestros muertos, de como para nosotros es más relevante estar de fiesta, todo parte de ahí.

CMDO: ¿De dónde nace la idea de realizar esta obra?

YCG: Bueno, esto es el segundo ejercicio, de tres que tenemos. El primero se llamaba ‘El Enemigo’, que hablaba un poco de la guerra y lo que queríamos hacer era visibilizar a las víctimas, ponerles voz a las víctimas del conflicto y el tercero es ‘Una flor para el invierno’. ‘Fiesta en el maizal’ es como la continuación de ‘El Enemigo’, porque nos surgía después la reflexión de: bueno, las víctimas tienen voz, están hablando. Nosotros le estamos llevando ese mensaje al público, pero ¿qué más hay? Entonces decíamos: y cuando a nosotros nos llegan esas noticias ¿qué pasa?

Y nos encontramos, tristemente, que en muchas ocasiones no pasa nada porque somos indiferentes a eso. Entonces, decidimos que el segundo ejercicio tenía que hablar de eso, de la forma tan chabacana en la que nosotros simple y sencillamente, vemos que algo malo pasa y ya cada vez nos afecta menos. De ahí surge la idea, de preocuparnos de esa indiferencia.

CMDO: ¿Cuál es la raíz de estos ejercicios, de la particular manera en la que se maneja la violencia desde su óptica?

YCG: Todo empezó hace dos años, nosotros terminábamos de hacer una comedia, una adaptación de El fantasma de Canterville, era una obra chistosita, muy ligera y hubo un momento en el que el grupo se sentó y dijo “Pues chévere que en nuestro próximo montaje podamos decir algo, a pesar de que estamos haciendo teatro recreativo”.
Entonces, comenzamos pensando sobre que queríamos hablar y decidimos hacerlo sobre lo que está pasando, de toda esta historia colombiana y arrancamos leyendo varias tragedias griegas y nos encontramos que realmente podíamos hacer una serie de traspolaciones de las tragedias a nuestro contexto.

 

 

 

CMDO: ¿Con qué obra iniciaron?

YCG: Arrancamos con Las Troyanas, que son las voces de estas mujeres que quedan siendo víctimas de la guerra de Troya y de ahí trabajos un poco con el tema de las víctimas, pues al final de la guerra, quien la gana queda en la historia, quien muere es olvidado, pero ¿quién se fija en las victimas? Todo esto nos dio pie para iniciar.

CMDO: ¿Cómo ha sido para los chicos trabajar en una obra con tanta carga emocional?

YCG: Hay una cosa muy interesante de esto y es que nos ha permitido cuestionarnos, nos ha puesto a pensar en lo que está pasando y en que estamos haciendo nosotros y eso ha sido como lo más importante. Hemos hablado mucho, pues la obra en un momento funciona como teatro foro e interactuamos con el público a cerca de qué veía, de qué sentía y esas retroalimentaciones nos permitieron llegar otro tipo de reflexiones a su vez.
Eso es como lo más interesante, ¿no?, de cómo, desde la universidad, desde un grupo de teatro universitario, quienes lo integran puedan hacerse preguntas de sobre como están viviendo su entorno, que están aportando para la construcción de paz y como lo podemos hacer, en este caso, desde el teatro.

CMDO: ¿Cuáles han sido los desafíos que han tenido que superar?

YCG: Partimos de hacer teatro de texto, de hacer teatro de repertorio o en su defecto de hacer adaptaciones a hacer teatro experimental y entender un poco su dinámica y comprender que es muy distinta a la del teatro convencional, del manejo del espacio para estar en relación con el público y empezar un poco a hilar. Los primeros ejercicios fueron bastante complejos porque queríamos hacer un teatro en espacio no convencional, pero manteníamos la noción de espacio a la italiana, entonces, romper un poco eso fue uno de los retos más difíciles e importantes del grupo.

Hoy en día, el reto que tiene el grupo es mantenerse. Afortunadamente nos ha ido bien en las obras, hemos rodado por muchos lugares, teatros, festivales, bibliotecas y plazas públicas. Nos ha ido muy bien y el reto es mantener el discurso, mantener ya como esta postura artística desde lo político, que es muy importante que un grupo universitario lo tenga.

CMDO: ¿Cuál es el mensaje para todo aquel que vea la obra o lea sobre ella?

YCG: El mensaje es que para esto está el arte, que es una máquina de transformación y nosotros con estas obras lo estamos logrando. Cuando vean ‘Fiesta en el maizal’, se van a dar cuenta un poco de que es un espejo y a veces es duro verse en él y reconocer quien está frente a ese espejo. La obra pretende ser un reflejo, no para cuestionar, sino para reflexionar sobre como estamos siendo constructores de paz.

 

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¿Y cómo va el maizal? Grupo institucional de teatro Utadeo

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