El diario La Opinión, el noticiero Vocero del Café y la Revista Semana, en sus ediciones digitales, realizaron un recuento de la vida, obra y muerte de Francisco José de Caldas, Camilo Torres y Jorge Tadeo Lozano, en el marco de la conmemoración de los 200 años del fusilamiento de estos mártires.
En el noticiero Vocero del Café, la historiadora y magíster en Escrituras Creativas, Paola Viviana Londoño retrata los principales hitos históricos de Jorge Tadeo Lozano, a través del artículo “Jorge Tadeo Lozano, entre el patriotismo, el periodismo y la ciencia”.
La historiadora recuerda que el prócer es considerado uno de los intelectuales colombianos más influyentes del siglo XIX al fundar el primer semanario político y económico del país: “El Correo curioso, erudito, económico y mercantil de la ciudad de Santafé de Bogotá circuló regularmente durante 1801 y se publicaron 46 números. Como lo afirmaron Lozano y Azuola en la presentación del prospecto, su objetivo no era enseñarle a ignorantes o trabajar en la destrucción del imperio, sino mostrar el estado actual de Bogotá”, destacó la autora.
Según el artículo, Lozano fue uno de los principales promotores de la revolución iniciada el 20 de julio de 1810. Un año después fue el autor de un proyecto constituyente y nombrado vicerregente y presidente del Estado, cargo en el que buscó establecer una federación de las provincias granadinas y logró firmar una alianza con Venezuela.
Tras salir del gobierno, debido a un mitin político orquestado por Antonio Nariño, Jorge Tadeo Lozano se dedicó a la investigación científica, interés que había manifestado desde los once años de edad, cuando inició sus estudios de literatura, filosofía y medicina. Su pasión por las ciencias naturales lo llevó a ser regente de la Cátedra de Química en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, así como a ser miembro de la Sociedad Patriótica y la Expedición Botánica.
El 6 de julio de 1816 Tadeo Lozano fue ejecutado por Pablo Morillo en la Huerta de Jaime (hoy Plaza de los Mártires), acusado de producir varios papeles considerados sediciosos, así como impulsar las revueltas que depusieron la autoridad española.
Por su parte, en el artículo “El vainazo de aquel 20 de julio”, escrito por Gustavo Gómez para el diario La Opinión, resalta el plan acordado por Camilo Torres, José Miguel Pey, Jorge Tadeo Lozano Francisco José de Caldas, Acevedo y Gómez, que finalmente generó el grito de independencia.
Gómez relata que estos líderes aprovecharon el viernes 20, que era día de mercado, así como el hecho que Acevedo y Gómez se repartieran entre la muchedumbre para incitar la revolución. Al respecto, el autor manifiesta que: “Cuando los hermanos Morales vieran que el viejo José González Llorente, español, ricachón, de malas pulgas, había entrado a su almacén de la esquina, darían una señal con el sombrero, lo que indicaba que el plan comenzaba. Francisco José de Caldas estaría atento desde su oficina en el Observatorio Astronómico, por lo que pudiera presentarse.
El autor finalmente se pregunta si en las coyunturas actuales se hace necesario otro 20 de julio como el de 1810: “En lo de Grito no cabe ninguna duda, pues hubo no uno, sino muchos gritos. En lo que hay muchas reservas es en lo de la independencia pues los indios, los trabajadores, los campesinos, los vendedores y las revendedoras no han visto mejora alguna en su situación”.
En tercer lugar, Revista Semana en el artículo ¿Por qué mataron a Caldas y a Torres? resalta el papel sobresaliente que jugó Jorge Tadeo Lozano, junto con José María Carbonell y Salvador Rizo en la Expedición botánica liderada por José Celestino Mutis y El Semanario del Nuevo Reino de Granada, un órgano de difusión del pensamiento científico y cultural de la época, en el que Caldas hacía las veces de editor.
El artículo, citando a la historiadora Margarita Garrido, concluye que se perdió una generación que pensó e imaginó de manera científica e ilustrada el país, pese a las circunstancias que vivió la Nueva Granada entre 1810 y 1819: “El tiempo demostró que a diferencia de lo que sostuvo Morillo, tanto España como América Latina sí necesitaban de sabios. De hecho, una de las grandes frustraciones de Colombia es no haber contado desde sus orígenes con suficientes intelectuales que construyeran el país desde las artes, la ciencia y la ilustración. Tal vez así, se habrían evitado dos siglos de confrontación armada”.
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Revise el artículo completo en el diario La Opinión, en el siguiente vínculo.
Lea el artículo publicado por la Revista Semana, haciendo clic en el enlace.
Revise el artículo completo en el Diario El Nuevo Liberal aquí.
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