Un pintoresco episodio de la historia política colombiana, ocurrido en el año de 1884, cuando el Senado acusó al entonces presidente de la República, José Eusebio Otálora, de malversar fondos, tras comprar un coche de dos caballos normandos para el transporte de invitados ilustres, así como el arreglo de las aceras de la Catedral de Bogotá, fue el tema que abordó en su más reciente columna de opinión en El Nuevo Siglo, el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón.
Para Pinzón, este caso en particular llama la atención en un momento donde la formación de carteles, la adjudicación de contratos y la comisión de delitos de alto nivel proliferan en el país. A pesar de que Otálora fue absuelto de este delito, la justicia obró tarde con este funcionario ejemplar, pues el fallo se dio luego de su muerte, ocurrida ese mismo año.
El columnista resalta que Otálora siempre fue un político preocupado por la educación y la salud, así como por la infraestructura vial del país, pues creía en el potencial de Colombia en materia de tierras, agua, carbón y hierro: “En el planeta las ideologías desaparecen, privan los mercados, los titulares de los medios muestran si ellos amanecen “preocupados” o “deprimidos.” La Democracia se ve con óptica nueva. El e-mail reemplaza al telegrama. El inadmisible vocabulario del presidente de los Estados Unidos y el tratamiento dispensado a países de Latinoamérica dan grima. Landó nadie usa, aun cuando muchos avispados malvivientes van en coche en este 2018”, finalizó Pinzón.