Hace tres años, un embarazo de seis meses no fue impedimento para que la bióloga marina tadeísta María Camila Rosso continuara su valiosa labor de monitoreo y conservación de delfines en las costas del caribe colombiano. La periodista María Paula Rubiano, de la sección Bibo del Espectador, escribió un perfil sobre esta tadeísta que considera al mar como su hogar.
Según lo destaca el medio, Rosso actualmente trabaja en su tesis doctoral sobre dos especies de delfines del golfo de Urabá: el delfín gris y el delfín botella, un estudio sin precedentes en la historia de nuestro país: “el problema de estudiar estos delfines es que están en aguas profundas, en mar abierto. Estudiar su presencia en Urabá es apropiarnos de su entorno marino y conocer el estado de salud de este golfo, donde además hemos visto manatíes y nutrias”, resaltó el también biólogo marino tadeísta Fernando Trujillo, quien es asesor de la tesis.
Para comprender como estos delfines intervienen en el ecosistema, la bióloga ha decidido internarse, junto con su hijo, en el Complejo Estuarino de Paranaguá, en Brasil, durante tres meses. Para la tadeísta, uno de los grandes problemas que enfrenta Colombia en cuanto a investigación de este tipo de especies, es que nunca se ha considerado como un país de mar: “No tenemos grandes leyendas, ni relatos del mar. De las aguas dulces, los ríos, estamos llenos”.
Y es que antes del 2015, al igual que muchos otros colombianos, Rosso no conocía esta región del país. Una ballena atascada en la desembocadura del río León, en el Golfo de Urabá, le permitió conocer este ecosistema, al que hoy considera como propio y en el que se encuentra desarrollando su tesis: “Fuimos Fernando Trujillo, Alexandra Gartner y yo a dictar un curso sobre mamíferos acuáticos. La región me atrapó. Para un biólogo es un mosaico de ecosistemas increíbles”, resaltó al medio.
