El plan de Peñalosa

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El plan de Peñalosa
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Lunes 23 de Mayo 2016
Tomado de http://www.las2orillas.co/que-dice-el-plan-de-desarrollo-de-penalosa-sobre-el-medio-ambiente/

El Peñalosa de 2016 se parece al alcalde modelo 2000, pero lo que cambió radicalmente fue la capital, algo que no acaba de entender.

El Transmilenio se tornó disfuncional porque corre por vías interrumpidas por semáforos y cruces, pero, además, porque no puede abastecer físicamente la demanda por el servicio; sin embargo, el alcalde insiste en que siga siendo el medio fundamental de transporte de los bogotanos. Ha mostrado improvisación y desgano frente al metro, que es el verdadero medio de transporte de masas.

Peñalosa desea contar con enormes prerrogativas sin controles ni balances por parte de un Concejo cuyas mayorías se identifican con su orientación conservadora. Sin embargo, no lo han acompañado en imponer una sobretasa a los parqueaderos ni en cobrar peajes sobre vías existentes para financiar las nuevas. Parecen dispuestos a respaldar su proyecto de urbanizar la Reserva Forestal van der Hammen (cuando la economía nacional estará creciendo poco, al igual que la demanda por vivienda) y la venta de la ETB, aunque algunos concejales han expresado reservas sobre la oportunidad de subastarla tan rápidamente.

La ETB tiene problemas serios: sus ingresos se han reducido en los últimos cinco años, a pesar de inversiones por más de $2 billones en fibra óptica, internet y televisión por cable, y ha obtenido pérdidas en los dos últimos años. Venderla en estos momentos es mera impaciencia: no se espera a que madure la inversión del pasado, que requiere una gran expansión del número de sus clientes. Esta plusvalía latente será capturada por el comprador, que pagará menos de su valor, dado por los deficientes indicadores financieros de los últimos años.

Según Rafael Orduz, quien fuera gerente de la ETB entre 2004 y 2008, “el planteamiento simplista de venderla para contribuir a financiar el Plan de Desarrollo 2016-2020, insinuando precios bajos (como lo ha hecho el alcalde Peñalosa), es un despropósito que también la devalúa. Si se va a vender un activo, hay que ponerlo por las nubes, mejorando su rentabilidad operacional, reduciendo gastos y afilando la estrategia comercial”.

Lo más sensato es vender una parte de las acciones que tiene el Distrito en la empresa, otorgándole la mayoría y la administración a un jugador con músculo financiero y tecnológico que realice su gran potencial, y asegurar unos dividendos altos hacia futuro con que financiar otras inversiones. Así se hizo con la Empresa de Energía en los años noventa y hoy provee a la capital con más de US$300 millones de utilidades por año.

El burgomaestre saca ideas a la topa tolondra, como subastar permisos para escapar al Pico y Placa, medida que derrotaría el objetivo de racionar el uso del automóvil: saldrían a circular en grandes cantidades los vehículos de la gente que puede pagar por el privilegio. Si se vende la calcomanía por $4 millones, surgirán emprendedores que la falsificarán por $100.000. Otra posición caradura del alcalde es la cancelación del proyecto de una gran cinemateca y ente cultural en el centro de Bogotá, para lo cual existen los estudios, planos y recursos, lo que ayudaría a su renovación, hoy asfixiada por edificios de altura.

Lo que se le puede defender a Peñalosa es poner en listas públicas a los morosos del Distrito, limitando la práctica de que tumbar al Estado no tiene costo; además, el de ponerles Pico y Placa a los carros blancos que pagan impuestos en otros municipios pero trabajan en Bogotá.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

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El Espectador