Estamos ya en las últimas semanas del semestre, lo cual significa que existe una carga excesiva de proyectos finales, tareas y exámenes; quisiéramos que los días tuvieran más horas, además de que para algunos es su último semestre, lo que además implica hacer tesis, prepararse para el examen profesional y todo lo que el grado conlleva.
Muchas veces dejas de frecuentar amistades y las personas cercanas lo recienten por que no puedes compartir con ellas tu tiempo. En una semana de finales, los días se vuelven muy pesados, ya que debes dedicarlo a la realización de tareas y sucede que el lunes y martes tienes examen, el miércoles entregas avance de tu tesis o la tesis con correcciones; pero al siguiente día tienes que entregar un proyecto… y llegas al fin de semana con el único deseo de descansar y prepararte para lo que te espera la siguiente semana.
Es agotador y estresante cada fin semestre, pero a su vez es muy gratificante al final, cuando tienes en tus manos una buena nota o los buenos comentarios de tus maestros. Es ahí cuando ves atrás y sabes que tus desveladas y horas en la biblioteca han tenido frutos.
Evaluando un poco la situación, creo que esto forma parte de las experiencias que nos preparan para la vida profesional; la forma que en clases nos enseñan a manejar el estrés, a trabajar en equipo con personas con las que no siempre congeniamos y cuando aprendes a arreglártelas con los recursos que tienes a la mano eficientemente y en tiempo récord, es algo que enfrentaremos en el ambiente laboral.
El fin de semestre es la prueba de fuego que nos ayuda a crecer como personas y estudiantes, y nos prepara para enfrentarnos a nuevos retos ya sea de los semestres avanzados o de la vida profesional que nos espera a la vuelta de la esquina.
¡Por eso: ánimo, que tus esfuerzos se verán recompensados!
