Este miércoles en Utadeo se presenta "Testigo de China" de Enrique Posada

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Este miércoles en Utadeo se presenta "Testigo de China" de Enrique Posada
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Miércoles, Noviembre 5, 2014
El libro describe al gigante asiático en un recorrido contado por su protagonista en conversación con el periodista Héctor Mora. Asista el 5 de noviembre al Hemiciclo de la Biblioteca a las 5 p.m.

El Nueva York de hoy se llama Beijing, el primer producto interno bruto del mundo ya no lo ostenta Estados Unidos sino China, cuyo promedio de crecimiento en las últimas cuatro décadas es del 9%. El primer ministro chino acaba de ofrecer seis mil becas para estudiantes latinoamericanos, y los Institutos Confucio operan en 106 países y contarán con un millón y medio de alumnos extranjeros de mandarín en 2015. El Instituto Confucio de la Universidad Tadeo Lozano, con menos de dos años de fundado, ha enviado ya 29 de sus estudiantes a campamentos en China.

Algunos de esos temas serán abordados por Enrique Posada Cano en su conversación con el periodista Héctor Mora al presentarse en la Tadeo, su nuevo libro titulado “Testigo de China”, publicado por la Editorial de la Universidad de Antioquia. Son 250 páginas de crónicas, entrevistas y textos narrativos a través de los cuales el autor nos muestra el proceso de construcción del gigante asiático, y sobre todo, el estado primario desde el cual arrancó.

Posada, actual director del Instituto Confucio y del Observatorio Asia Pacífico de la Tadeo, afirma que, desde su primer viaje a China en 1965, con  esposa y dos niños, fue como si presintiera que su nombre había sido inscrito, en el zodíaco, de entre los colombianos, para vivir entre los chinos largo tiempo y penetrar en su forma de vivir, pensar y sentir.

Iban los dos a trabajar en el Instituto de Relaciones Internacionales de Beijing y hasta quince días después de llegar, no sabían cuánto ganarían, ni en qué idioma estudiarían sus hijos en una China bloqueada por todos los lados. No obstante, desde ese pasado de cientos de millones que calzaban zapatos de tela y abonaban la tierra con detritus humanos, China mostraba ya una vocación de potencia, prueba de lo cual era su Radio Central, que emitía programas en veinticinco idiomas, entre ellos quechua y guaraní.

Posada cuenta cómo, sin restablecerse aún del trastrueque horario, hasta el ‘Hotel de la Amistad’, donde vivía, le llegó el estruendo de los gongs y batintines de las multitudes: había estallado la revolución cultural.

De cómo fueron rebautizados los hijos del autor, con nombres chinos significantes de Fortaleza de Pino y dar Cara al sol, es uno de los capítulos de ‘Testigo de China’, y en otras páginas, se relata cómo, ya iniciada esa revolución, el hijo menor se introduce, junto con otros hijos de cooperantes extranjeros, en los túneles del ‘Hotel de la Amistad’, revelando de este modo, para el mundo y por primera vez, la existencia de refugios antiaéreos construidos en previsión de una guerra con el ‘tigre de papel’: Estados Unidos.

Iban a quedarse dos años y permanecieron 17, tiempo durante el cual el autor fue testigo, además de la referida tormenta social, de un terremoto que dejó cientos de miles de muertos, del fallecimiento de Mao y el encarcelamiento de la llamada ‘banda de los cuatro’, la desmaoización de China y el despliegue de las reformas y la apertura.

Hay en el libro episodios escritos en estilo narrativo en los cuales Posada describe la prohibición de las obras de Beethoven por parte de la viuda de Mao y la ira que esto desató en un cooperante español, que se declaró en huelga de hambre; la cámara que los guardias rojos le decomisaron a un poeta colombiano que tomó escenas de ‘monstruos’ (excapitalistas y exterratenientes) en un desfile de escarmiento en plena Plaza Tian Anmen; el poeta y líder anticolonialista de Angola que fue declarado contrarrevolucionario y mandado a vivir a un suburbio de Pekín luego de que rompió contra el suelo una estatuilla en yeso de Mao.

‘China cambia al mundo’ es una frase que se ha hecho corriente hoy por hoy. ¿Suena a hegemonismo? No, se desprende de la realidad, pues si la población china representa una sexta parte de la humanidad ¿cómo lo que ocurre en ese país no va a modificar las cosas en el resto del planeta? No hay tema, sin embargo, en torno al cual las potencias occidentales no confronten al gigante asiático, como el de la difusión de la cultura y el idioma de China a través de los Institutos Confucio, que con frecuencia son señalados por la prensa y el gobierno de Estados Unidos, donde existen varias decenas de ellos, como una amenaza para la cultura occidental. Sabemos, sin embargo, que ese componente del llamado ‘poder blando’ lo ejercen todas aquellas naciones dueñas de una tradición cultural y de recursos financieros para ello.

De todo lo arriba mencionado y más, trata ‘Testigo de China’, que será protagonista en el evento de su lanzamiento en el Hemiciclo de la Biblioteca de la Universidad Jorge Tadeo Lozano el miércoles 5 de noviembre a las 5 p.m.

Allí, y con el reconocido periodista Héctor Mora, Enrique Posada conversará  también sobre otras obras narrativas suyas, tales como la novela “Tarde llega el alba” de reciente aparición.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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