La cultura, el poder para transformar vidas en Clemencia y María la Baja

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La cultura, el poder para transformar vidas en Clemencia y María la Baja
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Jueves, Abril 19, 2018
Investigadores
En la presentación del libro "Tecnologías simbólicas y culturas creativas" en la FilBo, sus autores, Germán Molina y David Osorio, dialogaron acerca de cómo la cultura se convierte en eje de desarrollo social, a partir de la experiencia de dos años en Laboratorios Vivos, proyecto ejecutado con recursos del Fondo Nacional de Regalías, en conjunto por Utadeo Caribe, Icultur y la Gobernación de Bolívar.
Fotografías: Alejandra Zapata - Oficina de Comunicación - Video: Laboratorios Vivos y Audiovisuales

Con cerca de tres millones de dólares invertidos y una de las calificaciones más altas de la Dirección Nacional de Planeación concedidas a un proyecto de investigación en el 2017 a nivel nacional, los Laboratorios Vivos no solo transformaron la vida de 515 colombianos de los municipios de Clemencia y María la Baja, sino también cambiaron la forma de pensar la investigación social. Así lo aseguraron Germán Molina, autor principal, y David Osorio, co-autor del libro “Tecnologías simbólicas y culturas creativas”, publicación que fue presentada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el pasado 18 de abril.

La publicación recoge la sistematización de la experiencia de investigación creación en estos municipios de Bolívar, desde las perspectivas de los investigadores, pero también de los pobladores, quienes tuvieron la oportunidad de formarse en torno a las narrativas mediáticas y el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, para luego generar proyectos de emprendimiento en los que sus expresiones culturales se convirtieron en la principal fuente de riqueza: “La comunidades se saben representar muy bien a ellas mismas. Solo necesitan herramientas para contarse”, destacó Molina (Lea más sobre este proyecto en Revista Expeditio). 

"Los Dulces de Amelia" fue uno de los quince emprendimientos culturales apoyados por Laboratorios Vivos

Así, las casas de la cultura de ambos municipios fueron dotadas con laboratorios de cine, sonido e informática, donde sus pobladores dieron rienda suelta a la creatividad al tiempo que mostraban su esencia cultural, sin caer en el exotismo o los estereotipos: “El equipo de científicos sociales –agregó Molina- nos dispusimos para que las comunidades tomaran las herramientas para contar sus historias en un lenguaje sencillo”, convirtiendo de este modo a la cultura en un motor de desarrollo, en lugares donde el 32% de su población trataba de sobrevivir con menos de un salario mínimo mensual y el 40% de los habitantes se consideraban víctimas del conflicto armado.

Un caso particular es el de Óscar Cardozi, “El sobrecallo de Colombia”, quien con su “Deo sobao” pasó de ser una víctima del desplazamiento armado a ser un artista revelación de María la Baja y de la champeta en la región Caribe.

Canción "Deo sobao" del "Sobrecallo de Colombia", producida en el marco de Laboratorios Vivos

En ese sentido, los Laboratorios Vivos se constituyeron en escenarios de paz y de diálogo entre la academia, representada por Utadeo Caribe; el Estado, en cabeza de la Gobernación de Bolívar y el Instituto de Cultura y Turismo de ese departamento (Icultur); y las comunidades.

En octubre de 2017 finalizó la ejecución del proyecto. Ahora, como manifiestan los autores, el reto está en la sostenibilidad en el tiempo de Laboratorios Vivos en las casas de la cultura de los dos municipios, pero para eso, señalan, se requiere de la voluntad política de las alcaldías. Adicional, ven necesario el monitoreo y el control científico de la política cultural con miras a que el esfuerzo de dos años no quede en el olvido, pues como argumenta Germán, “la cultura es un derecho y es un recurso”.

Reviva aquí la charla de presentación de la publicación

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