Hablemos de criptografía postcuántica
Escenario uno. ¿Recuerda cuando hace 10 o 15 años realizar una compra o una transacción por internet le causaba pánico? Ingresar los datos de la tarjeta de crédito o consignarle a una persona parecía ser la manera más fácil de botar la plata o dejarse robar; los fraudes en internet eran el pan de cada día, así como los anuncios de “ganaste un millón de dólares” por abrir una página web.
Aunque parece un asunto menor, la seguridad en internet ha sido uno de los grandes campos de desarrollo en la era digital. Seguramente ahora resulta más cómodo no tener dinero en efectivo y realizar todos los pagos desde el celular. Estos avances se los debemos a la criptografía.
Esta disciplina consiste en el conjunto de técnicas que aseguran que los mensajes que se envíen, como chats de whatsapp, archivos secretos de los gobiernos o dinero, lleguen solamente al destinatario, de manera que se asegure la privacidad y la integridad del mensaje. Por eso existen las claves en los correos electrónicos y se ‘cifra’ la información.
El problema es que si el internet nos ha permitido ampliar y mejorar la forma de comunicarnos, también ha planteado nuevos retos e inseguridades. Los hackers y el phishing (usar el engaño y la suplantación para hacerle creer a las personas que visitan un sitio real, cuando no lo es) han obligado a que los criptógrafos ingenien nuevas y más complicadas maneras de encriptar la información.
Esto sucede porque a medida que la computación avanza y se crean dispositivos más potentes, se vuelve más sencillo y rápido descifrar contraseñas, encontrar patrones o interceptar comunicaciones.
Escenario dos. Imagine ahora que existe un computador lo suficientemente avanzado para descifrar todas sus contraseñas. Que puede acceder a sus cuentas bancarias, al registro de sus llamadas o al historial de mensajes. Esa es la computación cuántica.
Previendo el impacto que tendrá esta tecnología en la sociedad y en la manera como se administra y comparte la información, Valérie Gauthier, doctora en matemáticas aplicadas de la Danmarks Tekniske Universite, ha dedicado su vida a desarrollar nuevas formas de encriptación y así estar preparados para la llegada de la computación cuántica.
Gauthier presentó una de las ponencias centrales de la primera Conferencia Internacional en Informática Aplicada (ICAI), llevada a cabo en Utadeo. En su charla, aprovechó para presentar una introducción a la criptología postcuántica y algunos avances que existen hasta el momento.
Uno de ellos, es el propuesto por McEliece en 1973, en el que al momento de enviar mensajes se agregan errores a propósito, de manera que se impida que alguien lo decifre. Solo quien conoce los errores puede desencriptarlo de manera segura.
El problema es que este modelo incluye contraseñas muy pesadas que se hacen difíciles de implementar en los computadores actuales. Un asunto que parece pequeño para cifrar un mensaje, pero que cobra relevancia al trabajar millones o billones de casos.
Por esta razón, los desafíos a los que se enfrenta Gauthier son hacer los procesos de encriptación y decriptación más robustos y más livianos; y pensar en maneras de entregar las claves de forma segura. ¿Tiene ideas?
