Cumbre Ambiental Colombiana: el cuidado de los bienes colectivos
“Estamos ante un tremendo fracaso del ambientalismo”, afirmó durante el acto inaugural de la Cumbre, Manuel Becerra, quien fue el primer ministro de Medio Ambiente de Colombia. Con un detallado informe de la situación actual de los ecosistemas y de las consecuencias del cambio climático en nuestro país y en el mundo, Becerra sentenció que vivimos una crisis climática que hasta el momento, los mismos ambientalistas no han logrado detener.
Por este motivo, y con un auditorio a rebosar, cientos de jóvenes, adultos, y ancianos, viajaron desde todas las regiones del país para conversar, en un gran encuentro nacional, sobre los problemas ambientales que nos aquejan y sus posibles soluciones. Porque, aunque somos un solo país, Colombia está compuesto de diferentes ecosistemas y formas de entender y vivir el territorio.
Juan Alfredo Pinto, exembajador de Colombia en Turquía e India, aprovechó la ocasión para recordar que la acumulación y la riqueza no lo resuelven todo. Es necesario pensar lo ambiental desde múltiples perspectivas, entre ellas, brindar una mirada global y entender las relaciones entre los países.
Pinto sentenció que “el problema ambiental es mucho más complejo que echarle la culpa a algunos dirigentes”, e invitó a todos los colombianos a hacer que lo inconcebible se vuelva concebible.
Durante el primer día de la Cumbre, los participantes se reunieron en diferentes paneles para hacer un balance de los retos actuales que enfrenta el país en temas ambientales. Algunos de los diagnósticos fueron: para el caso ecosturismo, la ausencia de una mirada comunitaria a esta labor económica. Es necesario que se reconozca la visión y la cosmogonía de las comunidades.
En el panel de cambio climático, los integrantes recordaron que este problema no es solo del gobierno, los científicos y las universidades sino que compete a todos los ciudadanos. En el caso del panel de alimentación y salud, los miembros concluyeron que desde la semilla hasta el plato hay una gran contaminación que nos está envenenando. De igual manera, hicieron referencia a que hoy en día no existe una libertad al momento de consumir productos, por el contrario la publicidad y los medios dictan lo que se debe comer.
Una invitación a la indisciplina
Julio Carrizosa se encargó de abrir el panel central del segundo día y presentó una mirada sobre y desde el futuro. Resaltó que la coyuntura actual es tan fuerte que olvidamos pensar en el país que queremos y que solo desde ese ejercicio de distanciarnos de nuestra propia realidad, es posible vislumbrar el horizonte.
Así mismo, resaltó que las decisiones ambientales que se han tomado hasta hoy en día en Colombia son importadas de otras latitudes y se han aplicado de manera disciplinada sin cuestionarlas. Es por lo anterior, que llamó a la indisciplina, a no ser subordinados y reflexionar en torno a las reglas de comportamiento y al orden. Hay que pensar y meditar colectivamente, mirar las posibilidades, antes de ir a la acción.
El panel contó también con la presencia de Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, quien resaltó la importancia de sentar a todos los sectores de la sociedad a dialogar. “No podemos seguir conversándolo a través de twitter, eso le hace mucho daño al país.”
Baptiste exhortó a inventar y construir naturalezas, a volcar la mirada y los pies sobre el territorio, a mantenerse en él. Esta invención parte de redescubrir y darle sentido a lo que nos rodea, como hace siglos hicieron los miembros de la expedición botánica con el territorio americano.
Para pensar en lo anterior, la directora presentó 10 escenarios en la transición al mundo que queremos, planteando retos e invitando a proponer soluciones. Estos escenarios incluyen el reconocimiento de los territorios colectivos, de las ciudades, de los paisajes agrícolas, así como los territorios minero-energéticos. Escenarios que no son excluyentes sino que se mezclan a lo largo del territorio colombiano y que nos obliga a imaginar consensos y diálogos entre sectores.
Como cierra de su presentación, Baptiste afirmó que hoy en día es posible transformar los territorios y hacer un uso más sostenible de sus recursos. En el caso de la ganadería, invitó a incluir nuevas formas de tecnología, ya disponibles en nuestro país, para cambiar y mejorar este sector.
Finalmente, el panel culminó con la participación de Camilo Romero, gobernador del Departamento de Nariño, quien urgió a oponerse a las fumigaciones de cultivos de uso ilícito. Según el Gobernador, existen tres grandes razones para prohibir el glifosato. 1. El daño comprobado que causa sobre las personas y el territorio, la poca efectividad que ha tenido para detener la expansión de cultivos y que resulta más costoso que otras prácticas, como la sustitución de cultivos, que además está contemplada dentro de los Acuerdos de Paz con las FARC.
"Es doloroso que sea la delincuencia la que haya reconocido el valor estratégico del Departamento de Nariño y no el Estado y el gobierno", sostuvo Romero, haciendo un llamado a la escuchar a las regiones y a tener en cuenta el pronunciamiento por parte de la Corte Constitucional sobre el uso del glifosato en Colombia.
La urgencia de lo ambiental no da espera y por ello la invitación es a que los ciudadanos de todos los rincones y estratos del país, se comprometan a construir un futuro en paz con la naturaleza. En palabras de Alegría Fonseca, directora de la Fundación Alma, “¿cuánto se demora un árbol en crecer? Muchos años, pero si no lo sembramos hoy, se demorará mucho más.”
