Cuando se verbaliza, el hablante hace un acto de distancia en donde observa su experiencia desde afuera y de cierta manera decodifica su palabra. La decodificación es análisis, reflejo, reflexión y apertura de posibilidades concretas de pasar más allá.
El hablante se encuentra en él y en los otros gracias a los círculos de la palabra, se comparten significados y surge una reflexión colectiva que busca siempre soluciones y conciliación. Se aprende con reciprocidad.
Se considera estrés al mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos.