Desde hace trece años, Colombia, a través de la Superintendencia Financiera, adoptó el Código de Mejores Prácticas Corporativas, denominado Código País, con el ánimo de fortalecer los gobiernos corporativos de las empresas. De acuerdo con Andrés Fernando Mejía Amaya, profesor de la Escuela de Administración, Contaduría y Mercadeo de Utadeo, este conjunto de mecanismos voluntarios se relacionan con la gestión de la administración, direccionamiento y relaciones que tienen las compañías con sus accionistas y otros actores cercanos a ellas, como los proveedores, el gobierno y las comunidades.
El profesor tadeísta estudió de cerca cómo estos mecanismos de Gobierno Corporativo, entre los que se encuentran la transparencia de la información financiera y no financiera y la conformación de juntas directivas especializadas e independientes, inciden directamente en el desempeño financiero de las organizaciones. Estos análisis ya se han desarrollado ampliamente en Estados Unidos, Europa y Asia, pero muy poco en países con economías emergentes como el nuestro.
El investigador sostiene que, en Colombia, se han mejorado notablemente las maneras como las empresas llevan a cabo su Gobierno Corporativo, especialmente en las sesenta compañías que actualmente cotizan en bolsa de valores, de las cuales solo 22 cuentan con una alta liquidez, en cuanto a venta de acciones e ingreso de capital, y adicionalmente, forman parte del índice COLCAP de la Bolsa de Valores de Colombia.
Precisamente, Mejía analizó la información financiera de estas veintidós compañías, desde el 2016 hasta el 2019, proveniente de fuentes primarias y secundarias, entre ellas los datos reportados a los entes reguladores, como las superintendencias de Sociedades y Financiera, y lo publicado en sus páginas web.
“Uno de los pilares del gobierno corporativo es la transparencia –destaca Mejía-. La mayor cantidad de información que sea pública y conocida es un indicador de cuán profundizado está el Gobierno Corporativo en una empresa, pues estos datos le sirven a la gente para tomar decisiones”, siempre y cuando estos sean útiles y comprensibles para los usuarios. Sin embargo, explica el investigador, aún la mayoría de empresas colombianas mantienen esta información privada, pues consideran que, entre más oculta se encuentre, más los puede llegar a beneficiar en términos, por ejemplo, de seguridad, al no revelar los salarios o los cálculos mediante los cuales se remunera a la alta gerencia.
Andrés Fernando Mejía, investigador de la Escuela de Administración, Contaduría y Mercadeo de Utadeo
“Encontramos que el Gobierno corporativo mejora el desempeño financiero, en cuanto a cotización y precio de las acciones en bolsa. Las empresas que tienen mejores prácticas han tenido un mejor desempeño desde lo financiero, y además, les permite acceder a mercados de capitales”, argumenta Mejía. En ese sentido, las conclusiones son similares a las lógicas que registran las compañías de algunos mercados desarrollados y otros de economías emergentes.
En un segundo momento del estudio, el investigador evaluó cuáles son las medidas de Gobierno Corporativo que son diferenciales a la hora de tener un mejor desempeño, dado que las empresas analizadas tienen unas prácticas similares entre sí. Según el estudio, estas acciones se relacionan con la especialización de la junta directiva, es decir, contar con miembros con formación profesional y técnica dedicados a supervisar y acompañar aspectos puntuales de las empresas.
Otro de los diferenciales, dice Mejía, tiene que ver con la conformación de un comité de gobierno corporativo. Sin embargo, uno de los aspectos más críticos se relaciona con la transparencia, pues tan solo dos de las empresas analizadas se acogen a cabalidad a esta característica: “vimos que las empresas que publican sus esquemas de remuneración son percibidas como más transparentes, siendo esta característica directamente proporcional al índice de rotación o cantidad de veces que las acciones son tranzadas en el mercado”.
En todo caso, enfatiza Mejía, la transparencia tiene que ver no solo con suministrar la información sino también con establecer mecanismos que faciliten el acceso a ella, de manera ágil y oportuna, por parte de los actores implicados.
Afirma además que las grandes empresas no solo están llamadas a incorporar estas medidas voluntarias, pues las pequeñas y medianas empresas también pueden incluirlas proporcionalmente, por ejemplo, adoptando una junta directiva profesional con miembros que no tengan relación con los dueños o familiares de la empresa y aceptar sus recomendaciones.
Las siguientes fases de la investigación se centrarán en ampliar el análisis de Gobierno Corporativo a partir de la comparación entre las empresas colombianas y algunas de países emergentes, Estados Unidos y Europa.
También se pretende crear indicadores acumulativos que se ajusten más a las mediciones de las diferentes variables de Gobierno Corporativo, más allá de las escalas binarias que existen actualmente como metodologías. Allí uno de los comportamientos que se han detectado, por el momento, tiene que ver con una mala práctica empresarial en torno a mantener al presidente de la junta directiva y al gerente en un solo cargo, funciones que, desde hace tres décadas, se ha recomendado sean separadas, en la medida que la primera supervisa a la segunda y concentrar el poder podría generar intereses encontrados
Finalmente, profesores de la Escuela de Administración, Contaduría y Mercadeo aúnan esfuerzos en torno a crear un grupo de estudios en Sostenibilidad, en el que no solo se evalúe el impacto financiero de las prácticas de Gobierno Corporativo, sino además las que tienen que ver con lo social y medioambiental.