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La cultura, una alternativa de vida en Clemencia y María la Baja
Martes, Mayo 23, 2017
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Gracias al proyecto de investigación-creación de Laboratorios Vivos, cerca de 600 habitantes de estos municipios de Bolívar se han convertido en creadores y gestores culturales.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Laboratorios Vivos - Utadeo Caribe

Charid Paternina tiene 20 años, vive en el municipio de Clemencia (Bolívar), es una apasionada por las letras, y busca transformar la vida de las adolescentes de su municipio, a partir de una red virtual que brinde ayuda a quienes se encuentren en riesgo de embarazo a temprana edad. Por su parte, Maira Ramos tiene 34 años, es habitante de María la Baja y crea replicas de flores autóctonas de su municipio haciendo uso de una combinación entre material reciclable y fibras naturales.

Estas historias de vida, al igual que las de otros 600 habitantes de estos municipios, han sido transformadas a partir del arte, la comunicación y la cultura desde el año 2015, a través del proyecto de investigación en ciencia y tecnología: Laboratorios Vivos de Innovación y Cultura, que se ejecuta con los recursos del Sistema General de Regalías. El objetivo principal es la implementación de una estrategia para el uso y apropiación de la cultura como generadora de conocimiento e innovación social, donde se fomenta la investigación y se empodera a los pobladores en el uso de tecnologías, como las cámaras fotográficas y de vídeo, los micrófonos, computadores y equipos de edición que antes consideraban inaccesibles: “El reto principal es poder entregar estos contenidos, conocimientos y saberes desde un lenguaje muy sencillo. Es bajar todo el lenguaje académico a un plano de fácil comprensión para generar diálogos, a partir de dinámicas de co-creación”, comenta César Augusto Prieto, coordinador del Área de Inclusión Productiva de Laboratorios Vivos.

 

Los aprendices (niños de 6 a 11 años) se han empoderado de herramientas tecnológicas como las cámaras de vídeo, para producir sus propias narraciones sobre lo que sucede en sus municipios. 

 

El proyecto, ejecutado en conjunto entre Utadeo Caribe, el Instituto de Cultura y Turismo (Icultur), y la Gobernación de Bolívar, ha logrado que los habitantes de estos municipios se conviertan en gestores y productores culturales, gracias a la adecuación de las casas de la cultura de Clemencia y María la Baja, que han sido dotadas con modernas salas de sistemas, de audio y vídeo, así como con equipos de alta tecnología y al proceso de formación realizado en estos ambientes. 

Estos espacios son laboratorios para la creatividad y el emprendimiento social, pero también son un lugar donde los participantes se sienten escuchados como en una gran familia: “Laboratorios Vivos se ha convertido en un alivio para las vidas de los participantes. Han encontrado personas que los quieren y están pendientes de ellos. Además, hemos hecho acompañamiento psicosocial a poblaciones víctimas del desplazamiento y el conflicto armado. Allí han encontrado una forma de sanar sus traumas, con las actividades culturales, donde explotan sus conocimientos empíricos”, añade Prieto.

El gran reto inicialmente fue ganar la confianza de las comunidades, debido a que otras organizaciones y programas habían incumplido sus promesas. Sin embargo, como sugiere Prieto, la presencia de Utadeo como garante de respaldo académico en el proyecto, les dio la seguridad necesaria: “En el proyecto se han dado procesos de transformación humana que no estaban contemplados inicialmente, como personas de la tercera edad que no sabían utilizar un computador, o aquellos que usan los talleres de locución y de vídeo para expresar sus talentos. Además, se aprovecha el tiempo libre de los niños, previniendo conductas como el pandillismo o embarazos a corta edad, convirtiendo a la cultura en su alternativa de vida”, indica César Augusto.

 

Diez de los microdocumentales realizados por formadores y aprendices fueron exhibidos en el FICCI 

 

Formando a formadores: verdaderos agentes del cambio social

Gracias al componente de formación del proyecto, a través de los módulos: Uso y apropiación de la cultura, Investigación-creación, Gestión y emprendimiento, TIC y Producción audiovisual y Formación, cultura y generación de conocimiento, se realizaron ocho actividades de popularización y dos muestras audiovisuales que contaron con cuarenta documentales, producidos por los participantes sobre problemáticas sociales, tradiciones y costumbres, actividades deportivas y folclóricas y riqueza natural, entre otros temas. 

Diez de estas piezas fueron presentadas en la más reciente versión del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), en la franja cine en los barrios. Este material fílmico, realizado en su mayoría por educadores, instructores y niños de 6 a 11 años, también serán exhibidos en otros espacios como el canal regional de televisión Tele Caribe.

Así mismo, en el marco de los festivales culturales “Vive Bolívar”, realizados en mayo pasado, como cierre del ciclo de formación, 397 participantes del programa de formación de ambos municipios fueron certificados, al tiempo que los habitantes de los municipios intervenidos disfrutaron jornadas de integración cultural con conciertos en los que sus artistas locales alternaron con la reconocida agrupación musical Bazurto All Stars.

En tales actividades de socialización, los participantes del programa de formación mostraron a sus comunidades lo que desarrollaron durante el proceso, impactando con ello a más de 4.000 personas que han asistido a los diferentes eventos en cada municipio.

Adicionalmente, el proyecto le dejará a la comunidad y a Icultur una serie de cartillas de enseñanza por cada perfil de formación y con el modelo del programa de formación implementado, para que muchos más puedan tener esta experiencia formativa.

Entre los resultados fruto de este proyecto, en Clemencia se creó un colectivo de comunicación que busca impactar a la comunidad a través de un periódico y un programa radial, en el que ‘Yuliana la que tal’ habla sobre la cultura de la champeta, rompiendo así los estigmas que se tienen frente a este género propio de la región. 

 

 

Por supuesto, los Laboratorios Vivos también han sido un espacio para el emprendimiento. Allí, personas de la comunidad que tienen algún tipo de oficio cultural diseñaron sus ideas de negocios, con el fin de presentarlos a la convocatoria de estímulos al emprendimiento por parte de Icultur y a través de la estrategia de inclusión productiva.

En total, participaron 120 personas en los talleres de innovación social, estrategias comerciales y proyecto de vida, los cuales tenían como propósito generar modelos de negocio sostenibles. Fruto de estas capacitaciones, se presentaron 34 propuestas, de las cuales fueron seleccionadas 15, que recibirán estímulos en especie hasta por diez millones de pesos, luego que formalicen su plan de negocio. Los proyectos seleccionados participarán en una rueda de negocios donde estarán presentes inversionistas, en el marco del Simposio Internacional sobre Ambientes Tecnológicos, Cultura e Innovación Social, a realizarse en Cartagena, en el mes de septiembre.

 

Así se ha vivido la experiencia de Laboratorios Vivos 

 

Un lugar para pensar la investigación con impacto social

Laboratorios Vivos cuenta actualmente con un equipo de treinta personas, nueve de ellos son investigadores provenientes de diferentes disciplinas sociales y administrativas, que a partir de metodologías etnográficas generan conocimiento sobre la experiencia con los habitantes de estos municipios del norte de Bolívar, resultados que se plasman en doce artículos de investigación científica y cuatro artículos adicionales; dos sobre ambientes culturales, comunicación y patrimonio, y por último, dos sobre comunicación para el desarrollo. 

En sintonía con lo anterior, los investigadores narran a través de un libro los resultados de investigación del proyecto y en un documental audiovisual que reúne seis historias de vida de participantes seleccionados en los dos municipios. Así mismo, publican periódicamente en la página web del proyecto boletines científicos e informativos, como también los contenidos digitales, con los resultados de los procesos de investigación del proyecto. 

Como producto final, se entregará la sistematización de la experiencia de la implementación del proyecto, que reúne las lecciones aprendidas y permitirá su réplica en otros municipios del departamento de Bolívar, o del país.

En cuanto al eje de comunicación y cultura, este ha sido transversal a todos los componentes del proyecto, y responsable de la identidad visual del mismo. Entre los productos a cargo de esta área se incluyen el diseño y la implementación de la estrategia comunicacional, la producción de un documental sobre los resultados del proyecto, cinco ediciones del periódico cultural Noticias Vivas, y un libro que compila desde la perspectiva comunicacional el proceso de transformación de estas comunidades del departamento de Bolívar, bajo el enfoque de desarrollo desde la cultura. Entre los resultados alcanzados en la proyección de las actividades realizadas, se destaca el impacto logrado con las transmisiones e informes a través de redes sociales de los más recientes festivales culturales en Clemencia y María la Baja, que llegaron a 83.000 personas en Colombia y en diferentes países.

Por todo lo anterior, los municipios de María la Baja y Clemencia son escenarios de la realidad que va en sintonía con los vientos que impulsan al país a una nueva era de paz, de transformación y de construcción de desarrollo, en este caso desde la perspectiva cultural.

 

Las historias de vida 

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