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Las criptomonedas, el futuro de la economía mundial
Viernes, Febrero 2, 2018
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Un carro autónomo que compra su propio combustible empleando el Internet de las Cosas o una bolsa de valores alternativa donde cualquier ciudadano puede ser accionista y cualquier negocio puede vender acciones. Todo es posible en el mundo de las criptomonedas. El profesor tadeísta Edgar Jiménez se ha convertido en uno de los primeros colombianos en investigar sobre el tema. Uno de sus últimos trabajos fue elegido como ganador a mejor ponencia oral en el Encuentro Internacional de Investigadores en Administración.
Por: Emanuel Enciso Camacho - Fotografía: Alejandra Zapata - Oficina de Comunicación

¿Ha imaginado la posibilidad de que una panadería, una miscelánea o cualquier otra pequeña y mediana empresa ingresen a la bolsa de valores, de tal forma que puedan venderse acciones de estas? Una investigación adelantada por el profesor del Departamento de Economía, Comercio Internacional y Política Social de Utadeo, Edgar Jiménez, ve esta posibilidad más cercana de lo que se cree, a partir de la creación de un mercado bursátil alternativo en Colombia, usando el Blockchain como plataforma transaccional.

Esta tecnología, conocida también como cadena de bloques, es una serie de base de datos, construida de manera colaborativa y sin intermediación, que hace imposible su modificación o desciframiento luego que el dato ha sido publicado, generando con ello que los movimientos de dinero sean más económicos, ágiles y seguros. Precisamente, esta plataforma es el ‘terreno’ en el que floreció el Bitcoin, una de las criptomonedas o monedas digitales más conocidas en el mundo entero.

El profesor Edgar Jiménez es uno de los primeros investigadores colombianos que propone un mercado búrsatil alternativo basado en criptomonedas.

Así, al crearse una bolsa de valores alternativa empleando esta criptomoneda, los costos de comisión se reducirían cerca del 50%, en relación con la bolsa de valores tradicional, al tiempo que cualquier ciudadano podría convertirse en un pequeño accionista de Pymes, pudiendo invertir pequeños montos de dinero. Esto, por supuesto, le brindaría liquidez a las microempresas, mientras que el inversionista, haciendo uso de las plataformas tecnológicas, entraría al mercado bursátil.

Esto, por supuesto, también abre un nuevo campo para economistas y financieros, en la medida que habrán nuevos roles asociados al análisis de acciones de criptomonedas. Así, comenta Jiménez, estos temas comenzarán a hacer parte de los talleres en el curso en Administración Financiera que actualmente dicta, donde los estudiantes pueden acercarse a la divisa virtual como mecanismo de pago pero también como posibilidad de inversión.

Recientemente, en el marco del Encuentro Internacional de Investigadores en Administración celebrado en la Universidad Externado de Colombia, esta propuesta fue presentada por el tadeísta ante investigadores y representantes del sector financiero, siendo seleccionada como la ganadora en la categoría de ponencia oral, especialmente porque el tema aún no ha sido explorado en Colombia. Jiménez, insiste además, que estas primeras pesquisas pueden conducir a la formación de redes y líneas de investigación en torno al tema en nuestro país.

En la Sala Bloomberg, ubicada en la Biblioteca de Utadeo, los estudiantes simulan las condiciones de un corredor de bolsa en el mercado de acciones.

Las próximas fases de investigación por parte de Jiménez se centran en analizar las nuevas tendencias en criptomonedas, entre ellas Tangle, la moneda digital de Internet de las Cosas (IoT), plataforma que reemplazará al Blockchain.

Actualmente, el profesor asesora un emprendimiento basado en cajeros automáticos que cambian criptomonedas a pesos colombianos. Se espera que, para mediados de este año, Bogotá cuente con al menos diez de estos dispositivos, ubicados en zonas estratégicas.

 

Un carro que compra combustible a través del Internet de las Cosas

Según Jiménez, la emergencia de las criptomonedas han cambiado y continuarán cambiando el modelo económico mundial, a tal punto que han puesto en entredicho el papel que cumplen las entidades financieras, dada su esencia descentralizada. Un caso particularmente interesante, relata, es lo que podría suceder con las casas de cambio, pues, de no ofrecer en su portafolio estas monedas virtuales, podrían desaparecer con las nuevas lógicas del mercado, de análoga manera como sucedió con las casas de alquiler de películas con el auge del cine digital y los servicios de televisión por streaming.

Aunque el precio del Bitcoin inició el año con una caída del 50%, similar a la que experimentaron las demás criptomonedas, y se prevé que siga cayendo hasta el mes de marzo, Jiménez explica que es un buen momento para invertir en ellas, debido a que este fenómeno es muestra de su madurez en el mercado.

La tendencias indican que estas monedas van a especializarse según el segmento al que vayan dirigidas. Así, por ejemplo, se utilizarán monedas virtuales para hacer apuestas, adquirir servicios odontológicos, o incluso, para que los nuevos dispositivos inteligentes, como los vehículos autónomos, adquieran los productos necesarios para su funcionamiento.

El Bitcoin es tan solo una de las más de 200 criptomonedas que existen en el mercado. Fuente: BBC.

Pero las proyecciones no paran allí. El especialista considera que dentro de unos cinco años el mundo incorporará las criptomonedas a sus transacciones cotidianas. Hoy, por ejemplo, con bitcoins se pueden adquirir algunos bienes tecnológicos.

Así, mientras el 2018 será el año de la consolidación del Bitcoin, el próximo año será el auge de las demás criptomonedas, como el Tangle y el Ripple, que hasta el momento se venden a un costo muy bajo, pero que seguirán subiendo, dejando una buena utilidad para quien desde ahora decida comprarlas.

 

Hacia una regulación de las criptomonedas

Recientemente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declaró que el Bitcoin debía ser objeto de regulación, puesto que su naturaleza de código abierto facilitaba la comisión de delitos financieros, entre ellos el lavado de activos. Para Jiménez, si bien esta afirmación podría llegar a ser cierta, no puede estigmatizarse a las criptomonedas, en la medida que otros sistemas de pago también se encuentran permeados por actos ilegales.

Sin embargo, insiste en que son los mismos operadores de las monedas virtuales quienes deben regularlas, funcionando de manera análoga a los bancos, donde se identifica a los usuarios, se diligencian formatos de transacciones y se genera el respectivo informe ante las autoridades comerciales y tributarias de los países. Del mismo modo, el ciudadano que posea criptomonedas debería contabilizarlas y declararlas ante los organismos competentes.

 

Educar a la ciudadanía en criptomonedas

Con el paper wallet, el Bitcoin pasa a ser una moneda virtual a una moneda física cambiable, que puede ser almacenada o ahorrada al igual que los billetes que usamos diariamente. Fuente: Cryptocompare.com

Entrar a las lógicas del Bitcoin es como explorar un barrio que no se conoce. Al principio se siente temor ante los riesgos que podría conllevar su inversión, pero finalmente nos adaptamos al cambio.

Esto, por supuesto, requiere educar a los colombianos acerca de los avances tecnológicos del mercado. Un primer paso es documentarse sobre el funcionamiento de las criptomonedas en países como Japón, cuyo desarrollo es mucho más avanzado que en América y Europa, así como usar demos de inversión y hacer pequeñas inversiones para conocer su funcionamiento.

Para suadquisición, el experto aconseja comprarlos en las plataformas de mayor uso y reputación, no sin antes investigar acerca de la empresa que los opera, así como la comunidad de inversionistas que conforman la criptomoneda.

En cuanto a seguridad en su almacenamiento, es importante guardar muy bien las llaves privadas de acceso a estas, ya sea en dispositivos de confianza como computadores personales o paper wallets, una especie de monedero de papel para bitcoins. Sin embargo, con estos métodos hay que tener mucho cuidado, pues al igual que los cheques al portador o los billetes que usamos diariamente, pueden ser cobrados o cambiados por cualquier persona que conozca la moneda.