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Los nanomateriales están de moda: Foro sobre materiales inteligentes
Jueves, Noviembre 3, 2016
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¿Se ha imaginado alguna vez un vestido que elimine las manchas tan solo con usar la luz del sol? Esta es una de las tendencias que se presentaron en el foro "Materiales inteligentes de última tecnología en el sector textil".
Fotografías: Natalia Cano y Jeimy Morales - Oficina de Comunicación

¿Se ha imaginado alguna vez un vestido que elimine las manchas tan solo con usar la luz del sol o un corsé cuyo principal insumo es el caucho de las llantas de auto? Estos y otros tipos de innovaciones fueron presentados el pasado 31 de octubre, en el marco del foro “Materiales inteligentes de última tecnología en el sector textil”, organizado por los programas de Diseño y Gestión de la Moda e Ingeniería Química de Utadeo.

La apertura de la jornada académica estuvo a cargo del decano de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingenierías, Isaac Dyner, y la directora de los programas de Diseño y Gestión de la Moda, Realización de Audiovisuales y Multimedia y Producción de Imagen Fotográfica, Pastora Correa.  Dyner aseguró que en este tipo de charlas se establece una conexión entre la ciencia, el arte y la sostenibilidad. Así mismo instó a que estos escenarios de dialogo interdisciplinar se conviertan en una constante en el mundo académico. Por su parte, Correa mencionó que el objetivo del diálogo con otras disciplinas consiste en formar profesionales para satisfacer las necesidades de un público cada vez más responsable con el medio ambiente. Del mismo modo, exaltó las calidades éticas y profesionales de los panelistas, a quienes calificó de apasionados y rigurosos.

 

Diseño e ingeniería: La fórmula para la sostenibilidad

Una verdadera “vuelta de tuerca a la industria de la moda”, como el propio diseñador Jorge Duque lo calificó, fue su conferencia sobre el uso de materiales no convencionales en sus colecciones de vestuario femenino. En este escenario compartió con los asistentes como ha sido su experiencia en el taller, al conjugar el diseño con la experimentación científica de materiales poco usuales en la industria, como cables de cobre, acero inoxidable, corchos o plástico de botellas: “No todo lo ecológico es sostenible. La industria ha creado una especie de sofisma que nos hace creer que somos millonarios si tenemos $20.000 para comprar ropa y desecharla rápidamente”, sostuvo este manizalita que ha encontrado un diálogo entre su mayor pasión, la moda,  y su profesión, la Fisioterapia, al momento de dotar de ergonomía y anatomía a sus prendas.

Vestidos de novia fabricados con cascara de huevo, fibras de acero inoxidable combinadas con seda o vestidos cuyos diseños se modifican a manera de vídeo, gracias al uso de finos cristales de policarbonato, así como la aplicación de la resina odontológica para desarrollar moldes 3D, son algunas de las invenciones de Duque, quien de manera artesanal fusiona estos materiales a partir de técnicas que provienen de la química: “Es muy extraño ver microondas y hornos de fundición al lado de las maquinas de coser. Sin embargo, eso es lo que encontrarán si van a mi taller”, destacó el conferencista, quien ha desafiado los cánones del diseño con su variación de cortes basados en la moldería protésica.

Y es que para Duque “la moda es moda cuando alguien lo puede usar”, y bajo esta premisa ha sometido cada uno de los materiales al proceso cotidiano de uso y lavado. La exploración continua y la investigación son para él los pilares del éxito que han tenido sus vestidos, razón por la cual hizo un llamado a quienes se están formando para que generen conocimiento más allá de lo que ofrecen los referentes teóricos estudiados.

Por su parte, la segunda conferencia de la jornada estuvo a cargo del diseñador Miguel Meza, quien compartió el proceso de investigación y conceptualización de su colección Altiplano, inspirada en las cosmogonías y los rituales de los pueblos ancestrales que habitaron esa región del país. Para Meza, a través de la investigación se genera el estilo de la confección, con el fin de hallar las relaciones de forma entre los materiales, al tiempo que permite dejar a un lado los caprichos del diseñador para encontrar el sentido a sus diseños: “El propósito de nosotros los diseñadores es ser una lupa y un filtro”, resaltó el expositor.

De igual manera, el profesor tadeísta David Cabra hizo un recorrido por la experiencia académica en el marco de la construcción de su proyecto de grado para el máster que realizó en el London College of Fashion. El ganador del Premio Lápiz de Acero 2016 destacó que en la interdisciplinariedad “No podemos pensar que los diseñadores y los ingenieros son mundos diferentes, sino que más bien nos debemos unir para crear conceptos realmente novedosos”.

En su intervención, Cabra relató como inicialmente su proceso creativo se basó en la relación entre accesorios y prendas, especialmente en la moda masculina, inspirado en parte por el vestuario de los astronautas. Posteriormente, la visión del artista sueco Michael Johansson, basada en hacer objetos conformados por otros objetos, lo llevó a conformar prendas formadas por otras prendas, donde se cambia el sentido del patronaje desde el concepto de costuras por el de pliegues, y de esta manera, dota a la prenda de un efecto tridimensional: “Las ideas se conectan, se retroalimentan, no funcionan individualmente”, puntualizó el profesor tadeísta, quien finalizó recordando que actualmente en la industria de la moda se pueden elaborar diferentes piezas reutilizando materiales.

Finalmente, Alis Pataquiva, desde una visión de la Ingeniería Química, presentó los principales resultados del proyecto interdisciplinar sobre nanoestructuración de las fibras amazónicas de yute, yanchama blanca, yanchama colorada y chambiera. La investigadora resaltó que los ingenieros químicos deberían ser tenidos en cuenta por la industria de la moda antes de iniciar el ciclo contaminante, al tiempo que invitó a reflexionar sobre el uso que se le da al agua, cuya función de hidratación ha sido reemplazada por otras actividades que no corresponden a su propia naturaleza, como lo es lavar la loza o soltar la cisterna. Ante este panorama, Pataquiva instó a buscar nuevos mecanismos de sostenibilidad del preciado líquido: “Después del petróleo, la industria de la moda es la que más contamina el planeta. ¿Qué se hace con la ropa después de usarse? El algodón es de los cultivos menos sostenibles en el planeta, pues su procesamiento requiere miles de litros de agua, así como una gran cantidad de nutrientes y pesticidas”, destacó Pataquiva.

Precisamente, el espíritu de este proyecto sobre materiales inteligentes, producto de las propuestas de tesis formuladas por siete estudiantes del programa de Ingeniería Química, y que fue financiado por la convocatoria interna de la Universidad, brinda una respuesta a esta problemática, dado que entre los principales hallazgos se encuentran las propiedades antibacteriales, autolimpiantes, catalizadores de contaminantes y retardantes de llamas que poseen las fibras y nanomateriales trabajados, características que no son solo un plus para el usuario final sino que también representan un avance en sostenibilidad, en la medida que dichas prendas no requerirían químicos y agua para procesos como el de lavado.

Así pues, la investigadora relató que, a partir de fibras como la de yanchama blanca, un árbol que se puede reforestar rápidamente, se pueden fabricar zapatos, obteniendo como resultado un calzado suave con propiedades antibacteriales. Del mismo modo, a partir de la fibra de yute, en conjunto con nanoparticulas de dióxido de titanio, se pueden confeccionar vestidos antibacteriales y autolimpiadores, los cuales sin usar el agua degradan las substancias orgánicas en 42 horas, empleando únicamente la luz del sol y absorbiendo de esta forma las manchas: “Hemos encontrado fibras sostenibles y renovables que nadie más está utilizando”, finalizó la investigadora. 

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