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Un SOS para los archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y San Bernardo
Miércoles, Abril 3, 2019
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En 2012, Utadeo y el Incoder desarrollaron un proyecto de investigación que buscaba generar un plan de acción para la administración sostenible de las islas, y así, reducir los impactos negativos de la ocupación humana, fomentando la participación de los actores del territorio.
Por: Emanuel Enciso Camacho - Fotografías: Observatorio para el Desarrollo Sostenible de los Archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo

Ubicadas en el Caribe colombiano, los archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo son un conjunto de aproximadamente 38 islas con una extensión aproximada de 214 kilómetros y cerca de 2600 habitantes. Algunas de ellas, hasta el año de 1981 eran lugares baldíos que, rápidamente, comenzaron a ser habitados por comunidades, en su mayoría de pescadores y cuidadores de las casas de recreo que allí existían. Uno de los casos más preocupantes de esta ocupación es la de Santa Cruz del Islote, pues en tan solo una hectárea de extensión alberga a más de 500 personas, lo que equivale a una densidad de 125.000 habitantes por km2.

Vista satelital de las islas San Bernardo

En estos últimos años, las problemáticas no se han hecho esperar. A principios de esta década, reportes del Invemar y Utadeo alertaron a las autoridades, entre ellas al Incoder (hoy Agencia Nacional de Tierras) acerca de la disminución de la cobertura de los ecosistemas de coral en la zona, sumada a la deforestación de manglar y bosque seco y las deficiencias en la calidad del agua. De esta manera, la acción popular instaurada en 2003 contra el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Incoder, Cardique, Dimar y la Alcaldía Distrital de Cartagena, por “no cumplir con el deber de conservar y preservar los recursos naturales de los archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo”, fue concedida en noviembre de 2011, cuando el Consejo de Estado ordenó, mediante recurso de apelación, “frenar el deterioro de los recursos naturales de estos archipiélagos, la tala de manglares y bosques secos, la descarga de sedimentos al agua, el turismo masivo y la pesca indiscriminada”, entre otros factores.

Una de las problemáticas identificada por los investigadores fue la deforestación de las zonas de manglar y bosque seco

Ante ello, se hacía necesario pensar en un proyecto de gestión ambiental sostenible para estos archipiélagos, en el que se desarrollaran armónicamente los sistemas sociales y ecológicos de las islas. Fue así como nuestra Universidad, en un convenio con el Incoder, firmado en 2011 y ejecutado en 2012, trabajó en el desarrollo de un Plan de Acción Integral como estrategia de administración de estos territorios.

A partir del trabajo desarrollado de manera interdisciplinar, se definieron seis líneas de acción encaminadas a la evaluación del estado de salud de los ecosistemas terrestre y acuáticos, la conservación y la calidad ambiental, el impacto social y la educación ambiental, el ordenamiento territorial, la gobernabilidad y el desarrollo.

Vista satelital de islas de Nuestra Señora del Rosario

Así, por ejemplo, en el marco de la conservación de la calidad ambiental, los investigadores midieron la salud del agua y del ecosistema, al tiempo que establecieron los elementos problemáticos del lugar, entre los que se caracterizaron el mal manejo de las aguas residuales, sumado a la saturación de sedimentos, especialmente en las lagunas costeras de las islas.

La educación ambiental fue uno de los ejes propuestos en el plan de acción para las islas

Una de las problemáticas que mayor inquietud despertó en los investigadores fue lo concerniente al ordenamiento territorial, pues como lo afirma Luisa Marina Niño, quien fue la directora del proyecto, existían inconsistencias en la adjudicación de los territorios, habían dudas sobre la titulación colectiva por parte de las comunidades negras, y, desde Parques Naturales, no se encontraba definida la asignación de las áreas protegidas, teniendo en cuenta que el lecho submarino de estas islas es considerado un Parque Nacional Natural.

En el plano del desarrollo, el proyecto, en conjunto con expertos de la Universidad de Gran Canarias (España), realizó una valoración de los recursos de la isla, a partir de las fuentes de ingreso de recursos económicos, entre ellos el turismo y el arrendamiento de las tierras.

Otro de los aspectos, en temas de gobernabilidad, fue el establecimiento de estrategias relacionadas con el trabajo articulado entre las instituciones del orden local, nacional y regional que tenían incidencia en las islas. Lo que se encontró inicialmente es que en la zona existían muchas autoridades, cuyo poder, en ocasiones, generaba superposiciones y cruces en las funciones y competencias, entrando de esta manera en conflictos de intereses.

 

La propuesta

Como lo destaca Niño, a partir de un diseño de investigación basado en la IAP (Investigación Acción Participación), “lo que se hizo fue un diagnóstico con las comunidades, instituciones y expertos, así como un conjunto de propuestas para resolver los problemas, y a partir de allí, fue como se formuló el plan”.

Precisamente, en el marco de este, se diseñó un programa de restauración de los ecosistemas de manglar y bosque seco tropical en Isla Grande (Islas del Rosario). También, se formuló un programa de señalización, seguimiento y control para permitir el uso y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales en ambos archipiélagos.

Consultas previas del plan de acción con las comunidades

El plan de acción fue sometido a consultas previas con las comunidades. Sin embargo, problemas con algunas de estas organizaciones, entre ellas las de los habitantes de Orika, uno de los principales poblados de Islas del Rosario, llevaron a que no se acogiera el acuerdo, razón por la que lo trabajado en la propuesta académica se convirtió en el primer Simposio Internacional sobre Administración Integral para las Islas de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo.

Las comunidades de pescadores conforman, en gran medida, la población de estas islas

“Uno de los retos más grandes era resolver una situación crítica como lo era la muerte de los corales y la pérdida del manglar, pues lo que queríamos era mejorar la calidad de los archipiélagos, entendiendo que estas islas son un patrimonio de los colombiano y que, infortunadamente pierden su riqueza natural, en gran medida por aspectos antrópicos o la actividad del hombre”.

En todo caso, fruto del trabajo realizado, se logró crear el Observatorio para el Desarrollo Sostenible de los Archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo, el cual tiene como propósito ser un escenario de reflexión y participación de los diferentes actores institucionales, sociales y económicos, con el de facilitar la toma de decisiones y así tener incidencia directa en el desarrollo sostenible de la zona. Este observatorio actualmente es administrado por las comunidades, las cuales fueron capacitadas para mantener actualizado este sistema de información, así como para continuar los trabajos de monitoreo en las islas.  

Conoce los proyectos de consultoría de Utadeo, como parte de la revista Econet Marino

Accede al Observatorio para el Desarrollo Sostenible de los Archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo

Luisa Marina Niño (izquierda) fue la directora del proyecto