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Utadeo obtiene nueva patente por simulador para la enseñanza de angiografía
Miércoles, Diciembre 11, 2019
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El dispositivo cuenta con un componente mecánico y otro de realidad aumentada que permite a los estudiantes de medicina recrear el procedimiento, disminuyendo así el riesgo en pacientes y evitando que los practicante entren en contacto con la radiación ionizante proveniente del líquido de contraste que se emplea para las angiografías.
Por: Emanuel Enciso Camacho – Fotografías: Archivo investigadores y Alejandra Zapata – Oficina de Comunicación

Aunque el riesgo de muerte asociado a un cateterismo, procedimiento médico que consiste en la inserción, en una vena o en una arteria, de un catéter que se desplaza por los vasos sanguíneos hasta llegar al corazón, es cercano al 0,11%, lo cierto es que un mal procedimiento, ya sea por una punción mal hecha o demasiada presión de la aguja sobre la vena, puede ocasionar la ruptura de uno de estos conductos sanguíneos, y por ende, ocasionar una pérdida irremediable de sangre. El riesgo puede aumentar notablemente cuando el procedimiento es desarrollado por un estudiante en prácticas médicas, al tiempo que los practicantes tienen una mayor exposición a radiación ionizante por el líquido de contraste usado en estas pruebas que, en últimas, para personas con cierta predisposición a la sustancia, podría desencadenar en enfermedades a largo plazo como el cáncer.

Luis Carlos Forero, Germán Benavides y Alejandro Guzmán fueron algunos de los integrantes del equipo interdisciplinar que desarrolló el dispositivo 

Con el fin de disminuir estos impactos negativos en la práctica de enseñanza médica, un grupo de profesores y estudiantes de los programas de Diseño Gráfico y de Ingeniería en Automatización de Utadeo, conformado por Jesús Alejandro Guzmán, Germán Benavides, Juan Felipe Arango, Ian Suárez y Luis Carlos Forero, y en coautoría con Carlos Eduardo Martínez, del programa tecnológico en Radiología de la Universidad del Área Andina sede Pereira, desarrollaron un sistema de simulación para la enseñanza de angiografía coronaria, el cual, el pasado 25 de noviembre, obtuvo la patente de invención por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) por un periodo de veinte años, hasta el 25 de julio de 2037, mediante la Resolución No. 66449. Este proceso contó con el apoyo, de manera articulada, de la Dirección de Investigación, Creación y Extensión (DICE) y de la Dirección Jurídica de la Universidad.

La realidad aumentada brinda información visual sobre el trayecto del catéter en el simulador de vena

El sistema está dotado por dos componentes. El primero es mecánico tradicional, a partir de una sección de torso de un maniquí con conexión al brazo, el cual es portable. El segundo tiene que ver con una aplicación de realidad aumentada desarrollada en Unity que brinda la información visual del procedimiento y hace seguimiento a las trayectorias del catéter, simulando así las condiciones del líquido de contraste.

Aquí, la realidad aumentada juega un papel preponderante, pues, a través de librerías digitales y gráficos 3D, acompañados de sensores eléctricos (herbos), se logra la respuesta háptica (táctil), permitiendo recrear diferentes escenarios y problemas de los pacientes, entre ellos niveles de obstrucción o tortuosidad arterial, con lo cual el estudiante debe tomar decisiones sobre continuar o no el procedimiento, pues un error podría ser fatal.

De este modo, la práctica inicia con la vena abierta, lista para insertar el catéter. El dispositivo cuenta con un sistema cerrado que emula la trayectoria de la vena que se va a tomar, mientras que un sensor permite identificar la dimensión y la cantidad del catéter que se ha introducido en la vena, con el fin de determinar la distancia del recorrido. La visualización puede hacerse con unas gafas de realidad virtual, aunque se trabaja para que también la simulación pueda hacerse desde un dispositivo móvil.

El dispositivo elimina el riesgo de práctica de este procedimiento con pacientes vivos

El simulador de las vena, por su parte, es configurado a través de unos herbos, los cuales determinan su forma, así como la cantidad de obstrucción que va a tener. Por el otro lado, se dispone de un hemosustituto, un líquido que tiene un flujo constante y unas condiciones físicas similares a la sangre humana, que permite que el estudiante tenga una experiencia sensorial mucho más cercana frente al procedimiento.

Con el propósito de hacer portable este dispositivo, sin que pierda alguna de sus capacidades funcionales, el corazón fue reemplazado por una bomba mecánica que cuenta con todas las distancias y medidas de los ventrículos y aurículas de un corazón humano.

Aunque el dispositivo aún es un prototipo de laboratorio, ya se hizo un testeo en el Laboratorio de Simulación de la Universidad del Área Andina en Pereira, aplicando diferentes pruebas de acuerdo con los perfiles de presión y obstrucción de la vena, así como los grados de experticia de los profesionales que desarrollan estos procedimientos: novato, intermedio y experto, con quienes se trabajó la evaluación del diseño de interfaz de usuario. “Tuvimos una buena retroalimentación, especialmente con los profesionales expertos, pues decían que la experiencia sensorial era muy cercana al procedimiento”, señala Guzmán.

Gracias a este testeo, ahora se está trabajando en la búsqueda de materiales que se acerquen más a la resistencia de una vena, a partir de la presión que le impone el catéter. También les sirvió para depurar la tecnología de cara a su serialización, futuras alianzas y comercialización.

Alejandro Guzmán, de la Escuela de Diseño, Fotografía y Realización Audiovisual de Utadeo, lideró este proyecto

Pero el dispositivo no solo supone una revolución a la hora de hacer prácticas médicas, también lo es en términos económicos, pues actualmente, en el mercado un equipo de última generación con estas características puede costar alrededor de 300 millones de pesos, lo que hace que muy pocas instituciones educativas lo adquieran y opten por explicar el procedimiento solo desde lo teórico. El dispositivo desarrollado por los tadeístas, en una etapa de desarrollo final, puede tener un costo de 60 a 80 millones de pesos.

Otra de las ventajas de este equipo tiene que ver con su versatilidad, pues los maniquís médicos tradicionales solo permiten el desarrollo de unos procedimientos predeterminados, mientras que con este podrían modificarse diferentes variables de aplicación de la angiografía con tan solo actualizar los directorios y las librerías 3D de la realidad aumentada, las cuales cambian la presión y posición de los herbos. Actualmente la librería permite tres procedimientos básicos relacionados con la presión de diferentes movimientos del catéter.

“Este es un logro enorme, uno no se da cuenta de lo complejo que es montar una patente hasta que entra en este proceso. Lo difícil que es tener algo que sea innovador, con unas variables externas de evaluación […] Con esto demostramos que el diseño es un agente movilizador de problemáticas y posibilidades”, señala Guzmán, quien lideró el desarrollo del dispositivo.

Para una tercera fase de investigación se tiene planteado identificar los escenarios de escalamiento de la tecnología, así como mejorar la interfaz visual de la realidad aumentada, con el fin de volver más estética la presentación de la morfología del cuerpo humano. También se buscará hacer mucho más portable el dispositivo, mediante su transporte en caja o maleta.