La juventud, el corazón de la exposición 'Ilustradores Españoles. El color del optimismo'
La fuerza de una nueva generación de artistas se manifiesta a través de más de 70 obras. Recorre la exposición y revive la entrevista con el comisario Mario Suárez.
Con la exposición Ilustradores españoles. El color del optimismo queda clara, una vez más, la importancia del diseño gráfico y las nuevas tendencias artísticas dentro del paisaje ruidoso de las prácticas contemporáneas. La ilustración ha ganado fuerza los últimos años por su manufactura económica, su diversificación de técnicas y su carácter libertario, que no se ata a la tradición académica ni juega con ser una versión "artística" de algo.
Esto lo entienden y los apropian los 28 jóvenes que componen la muestra. Sus obras dialogan en el espacio, hilando un sentido que se vuelve, como diría su curador Mario Suárez: "Un reflejo y un espejo de una generación que empezó trabajando muy autónoma dentro de un periodo de crisis económica en España, y que a partir de ahí, de un trabajo sencillo en una tableta, o de un pincel y un lápiz, han llegado a todo el mundo".
Gabriel Moreno trabajó con grafito y bolígrafo para crear estas dos piezas: ‘Love me’ y ‘Hold me’. Su trabajo ha sido publicado en Wall Street Journal, Los Angeles Times Magazine, Esquire (Reino Unido), GQ (Estados Unidos), El País Semanal, entre otros medios.
Moreno define su estilo como “la fuerza de la línea, la expresividad y la sensualidad, con una actualización de las técnicas tradicionales, el negro por encima de todo con un tratamiento del color contundente, pero muy simple”.
El trabajo de estas 11 mujeres y 16 hombres parte de la autogestión y la resistencia, de encontrar una manufactura económica pero cuidada y de aprovechar los espacios digitales para difundir su obra; a partir de lo digital es que entendemos la viralidad de sus ilustraciones.
"El público lo entiende -afirma Mario Suarez-, y la muestra está en que muchos de estos artistas tienen cientos de miles de seguidores, porque ven que realmente trabajan desde sus estudios para comunicar sus ideas a partir de un pincel, de un trazo, de un color. Esta exposición habla de todos ellos como generación única de la ilustración en España, que realmente tiene muchas cosas que decir en el mundo”.
Al quebrarse la institucionalidad y evitar los vicios de la academia, los ilustradores manejan una mayor libertad dentro de su obra. La ilustración se consolida, entonces, como una práctica artística influyente y un espacio en donde artistas jóvenes y el público general intercambian conocimientos y configuran nuevos lugares de construcción y aprendizaje.
Esta pieza de Iván Solbes, presentada como 'La Tierra Media en su interminable lucha por la posesión del preciado anillo', es una sátira a la España de las autoridades autónimas. Reinterpreta a la España actual como la Tierra Media del Señor de los Anillos, según la idiosincracia de cada región.
Aitor Saraiba trabaja la ilustración más allá del papel, en este caso utiliza 'La Tela' y llama esta pieza por el mismo nombre. Este artista es un personaje de la cultura española, conocido por su historia biográfica en la que comparte abiertamente su homosexualidad y las discusiones que tuvo con su padre, un prestigioso militar.
Desde la tela hasta el papel, todo material es práctico y toda intención de plasmar algo es válida. La exposición la atraviesa el color de la obra de Paula Bonet, las líneas que no se ocultan tras el deseo de lo pulido sino que se muestran como raíces de una estructura más honda, pasando por la ternura de los personajes infantiles de Marta Altés; conversando de a pocos con los pictogramas que recuerdan a los mayas de la obra de Cesar Fernández Arias, hasta estrellarse en los ojos de los retratos de Littleisdrawing.
Cada una de las piezas explora diversos temas, desde la individualidad de un personaje -a partir de un género del arte clásico, como es el retrato- hasta los mundos fantásticos de la cultura popular, las exploraciones zoomorfas de personajes imaginados y cuerpos que se debaten entre la representación y la iconografía. El formato muta, pasa de técnicas digitales a lo análogo en un corpus representativo de una manifestación cultural clara, que emerge de entre las cenizas de una crisis como el musgo que atraviesa las rocas.
La ilustración digital también hace parte de la muestra. Esta es la obra 'El eterno femenino' de Óscar Giménez.
Algo interesante es la receptibilidad del público joven frente a estas propuestas. Mencionado por Mario Suarez y latente dentro de la exposición, existe una fuerte conexión entre la gráfica y la música. "Están muy relacionados con la música, y la música está relacionada con un público en concreto, es por eso que sí, es verdad que el público joven entiende el lenguaje de ellos, la manera de comunicar y la manera en que manejan sus perfiles de redes sociales, de manera que el círculo se cierra, es perfecto".
Hay movimiento y hay melodía. Muchas imágenes recuerdan esa sonoridad de las tonadas hípsters e indie del mundo actual, fortaleciendo la experiencia estética del espectador y llevándolo a otro tipo de reflexiones que marcan de manera fuerte al momento de visitar la exposición. Es un empujón para los estudiantes de diseño gráfico y los ilustradores, pues sirve de base para la inspiración y la confianza.
Ilustración: 'Puzzel humano'. Paco Rocca ganó en 2012 el premio Goya al Mejor Guión Adaptado por la adaptación al cine de su novela gráfica Arrugas, que también ganó el mismo galardón en la categoría de Mejor Película de Animación.
Al preguntarle a Mario Suarez cuál es el corazón de la exposición, respondió: “es el amor que tiene cada uno de ellos por su trabajo, cómo lo comunican a través de sus propias ventanas, la verdad con la que trabajan, que además es esencial para cualquier artista; trabajar desde la verdad, desde lo auténtico”.
Por: Jorge Llanos y María Alejandra Navarrete
Fotografía: Alejandra Zapata
Oficina de Comunicación Utadeo
