¿Sabes qué pasa con la salud de nuestro Cabo?

En octubre pasado, mientras daba uno de sus paseos por la universidad, nuestro querido Cabo sufrió una fuerte caída. No es para menos: a sus 14 años, que es la edad que se calcula que tiene, para él es difícil mantener el equilibrio.

Tal y como ha sido desde que fue adoptado por la Universidad, Cabo recibió toda la atención médica necesaria, entre medicamentos y visitas veterinarias periódicas, pero la capacidad de recuperación de su cuerpo no es la misma de antes. Además, la ciudad se hace cada vez más fría para un perrito de su edad, y como a él le gusta mucho caminar, fue difícil evitar resbalones y nuevas caídas.  

Desde hace cuatro años Cabo ha estado bajo los cuidados de la doctora Johana Suárez. Ella se ha ocupado de cumplir con todos los procedimientos de rutina, como desparasitación y baño, así como de atender sus complicaciones de salud.

“Tan pronto recibí a Cabo como paciente -explica la doctora Suárez- le diagnosticamos una afección en la columna vertebral. Esto ha generado una debilidad de sus paticas traseras, por eso siempre, no solo últimamente, se ha caído mucho. Esta compresión en la médula ósea ha ido empeorando con los años y fue la causa por la cual se cayó en octubre”.

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Cuando Cabo sufrió esta reciente caída, se detectó también que tenía un agudo dolor abdominal. Tras practicarle varias ecografías, la doctora descubrió que tiene tumores en el hígado, en la próstata y en un testículo. Según la doctora Suárez, en este momento “se están juntando los tumores y su afección en la columna. Cabo está pasando por su última etapa, y a pesar de que lo estamos tratando con todos los medicamentos, el paso del tiempo no lo podemos detener”.

El martes 16 de enero Cabo fue hospitalizado. El cuerpo médico le proporcionó analgésicos, fluidos y vitaminas para que tomara fuerzas. El miércoles fue dado de alta y desde entonces se encuentra en la casa de la doctora Suárez, recibiendo la atención que necesita.

“La ventaja es que allí no va a tener que subir y bajar escaleras; está comiendo bien, pero la debilidad de las patas traseras es muy marcada. La universidad ya no puede prestarle a Cabo los cuidados que precisa, es un viejito de 95 años que requiere ayuda para muchas cosas”, aseguró la doctora.

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Pensando en el bienestar de nuestro perrito, Cabo permanecerá en la casa de la doctora Suárez para transitar dignamente por la última etapa de su vida.

Todos los tadeístas vamos a extrañarlo mucho, pero como abanderados de la adopción responsable, y respetando el honor que implica ser los ‘humanos’ de Cabo, sabemos que es una prueba de fuerza y amor que debemos hacer por él.

Desde esta, su casa, acompañaremos a Cabo en su última gran aventura.

#TeAmamosCabo