Se debe mantener un horario diario para las comidas, nunca se debe realizar un esfuerzo físico sin haber brindado al cuerpo energía suficiente por medio de los alimentos.
La selección de alimentos para consumir puede ser algo sencillo o más complicado dependiendo del tiempo que tengas para hacer digestión del mismo, de la intensidad de la rutina a realizar o del momento del día.
Si el ejercicio se va a realizar antes del desayuno, en caso que la actividad sea de intensidad baja debes comer algo liviano, como una fruta (porción de papaya o melón, o banano, o ciruela) o una porción de carbohidrato (avena en hojuelas, galleta de sal, pancake); si la intensidad de la rutina es alta agrega una proteína como por ejemplo: un sánduche de queso, o un yogur. Si la rutina es muy fuerte lo ideal es que siempre desayunes completo y dejes el tiempo prudencial de hora y media para realizar la digestión.
Debes tener en cuenta que alimentos tales como: mantequilla, crema de leche, salsas, frituras, cortes de carne y lácteos ricos en grasa, embutidos y alimentos elaborados con mantequilla como panes, tortas, galletas, son de difícil digestión y tardan mucho para absorberse por lo que se deben evitar antes de hacer ejercicio. Tienen mucho gas y pueden producir malestar: batidos con leche, gaseosas y malteadas.
Nunca realices una práctica deportiva inmediatamente después de almorzar o cenar, debido a que el organismo no alcanza a digerir los alimentos sintiendo pesadez y llenura afectando tu rendimiento. Luego de una comida abundante siempre deja al menos dos horas de reposo antes de hacer deporte.
Recuerda “Come bien, vive bien y disfruta las olimpiadas”.
Jacquelin Villalobos F.
Nutricionista dietista
Bienestar Deportes Utadeo
