La columna de José Fernando Isaza, publicada el 27 de mayo en el diario El Espectador, rinde un tributo a las genialidades de John Nash, quien falleció el pasado 23 de mayo. El matemático nacido en Bluefield (Virginia Occidental) fue Premio Nobel de Economía, famoso por la Teoría de los juegos, una de las herramientas estratégicas más utilizadas en el mundo de los negocios, en la cual se busca maximizar las ganancias y minimizar las perdidas, de acuerdo con las conductas particulares que presenta cada uno de los jugadores.
El ex rector de Utadeo y actual consejero del claustro, recordó que la tesis de doctorado de Nash titulada “Juegos no cooperativos” se convirtió en un paradigma para las ciencias económicas y políticas, pues a partir de su postura se han gestado nuevas teorías como los “juegos de suma cero”, la “suma positiva” e incluso, estrategias armamentistas creadas desde la corporación RAND (Laboratorio de ideas desarrollado por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos).
Como lo comenta Isaza, el legado de Nash ha sido caracterizado en el cine, a través de películas como “Una mente brillante” de Ron Howard y “Pi o el orden del caos” de Aronofsky. De acuerdo con el columnista, sus aportes a las diversas áreas de la matemática pura fueron entorpecidos por una grave enfermedad psiquiátrica denominada esquizofrenia paranoica. Sin embargo, como lo sugiere Isaza, de haber profundizado en dichas investigaciones, se habría podido resolver la problemática sobre “las condiciones de existencia y continuidad de las ecuaciones de movimiento de fluidos”.