En su columna de opinión en el diario El Espectador, el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, destaca lo que podría ser, en algunos años, un “revolcón” en el sistema político colombiano, a partir de los resultados obtenidos en la primera vuelta presidencial, lo cual podría llegar a ser amenaza para los sistemas clientelares que han estado rampantes en nuestro país. Según Kalmanovitz, sumando los votantes de Petro, Fajardo y de la Calle, el bloque de centro e izquierda obtuvo un 50,9% de las votaciones, mientras que la extrema derecha y el clientelismo, liderada por Duque y Vargas Lleras, tan solo llegó al 46,4% de los votos.
Sin embargo, considera que es poco factible unificar el voto ciudadano para la segunda vuelta presidencial: “Álvaro Uribe volvió a ser la última esperanza de los políticos que son financiados por los contratistas o por el crimen organizado para acceder a las posiciones del Estado, desde las cuales malversan los recursos públicos o se los quedan”, sugiere el profesor emérito.
Por su parte, como lo indica el columnista, las más recientes adhesiones de partidos como Cambio Radical, la U, Liberal y Conservador pueden hacer perder apoyo a Duque, pues se resta credibilidad frente a su promesa de combatir la corrupción, así como las aseveraciones en las que decía que en su eventual gobierno no se repartirían favores políticos.
Es por ello que, indica Kalmanovitz, ante un gobierno de la extrema derecha se buscará aprovechar la mayoría legislativa para establecer la reelección indefinida del presidente, así como aprobar normas que corten el surgimiento de corrientes políticas alternativas.
Adhiriéndose a la postura de Claudia López, Kalmanovitz recuerda que ninguna de las dos candidaturas son óptimas para el país, pero tampoco son lo mismo, pues el uribismo está marcado por un pasado de abuso, corrupción y falsos positivos, mientras que los planteamiento de Petro son coherentes con la búsqueda de la paz y el respeto a las instituciones del país.