Para algunos estudiantes del Programa de Diseño Gráfico de Utadeo, “los cambios, además de necesarios son parte de la dinámica implacable de la vida”, “son una vaina insondable y profundamente atractiva”. Por esta razón, decidieron vencer el “mareo” que este tema produce y se aventuraron a interpretarlo y a convertirlo en palabras y en imágenes, en un proyecto titulado “El Corrientazo Newspaper”.
Este periódico, que, tal como ellos afirman, es “más o menos periódico”, consiste en el primer producto editorial del Semillero de Investigación en Ilustración y es resultado de seis meses de trabajo, de los cerca de dos años de vida que tiene el semillero.
En 2015, Julián Velásquez, docente de la Escuela de Diseño, Fotografía y Realización Audiovisual, dictaba su clase de ilustración cuando Paula Sarmiento, en compañía de Juan Camilo Espitia, se acercaron porque consideraban que la imagen ilustrada merecía pensarse más allá de una clase. Hablaron de un semillero de investigación, aunque no estaba claro si lo suyo sería propiamente investigar: ¿qué es un semillero de investigación? ¿Qué lo diferencia de una clase? Y ¿qué espacio tiene la creación en este contexto?
“De ilustración sabemos mucho y nada. Quizá por ello, decidir hacer una investigación en ilustración puede complicarse. Requiere, por ejemplo, de lectura contradictoria que permita inmersión, lo que de entrada puede frenar a muchos. Por otro lado está la técnica, que como camino para desarrollar imágenes gráficas con cierto rigor y método, resulta muy atractiva para los chicos”, comenta Velásquez acerca de su experiencia como coordinador del Semillero de Ilustración. Articulando esta perspectiva, en la dinámica que plantean, converge la interpretación de textos a través de la lectura, el análisis grupal y la aproximación a técnicas gráficas de representación y de dibujo.
Uno de los grandes retos del semillero fue el cambio: variar la dinámica con respecto a una clase y entender que los roles son diferentes, más horizontales: no hay espacio para ser profesores o estudiantes, sino colegas. Este fue el punto de partida del semillero, reconocer que el otro tiene vivencias tan válidas como las propias, que entre todos se “trabaja por consenso y gusto” y que no es posible imponer el interés de alguien por encima del de todos.
A pesar que el semillero se plantea como un espacio libre, de asistencia voluntaria y en el que cada uno va trabajando a su ritmo, han logrado conciliar el trabajo relajado con la necesidad de cumplir con un proyecto.
Resultado de lo anterior es “El Corrientazo”, en el que todos los estudiantes trabajaron en conjunto y lograron articular sus intereses y productos.
A partir de sus vivencias, los integrantes del semillero se dieron a la tarea de trabajar con álbumes familiares, anécdotas personales e imágenes de orígenes locales. Hicieron una exploración de los referentes gráficos que compartían y que los diferenciaban. Así decidieron plasmar sus resultados en “El Corrientazo”, un ejercicio que piensa lo cotidiano: el barrio, las personas que en él habitan y aquello que siempre está ahí, como una forma de comprender el miedo a lo desconocido, al cambio.
Conozca “El Corrientazo” …y su anexo: “Huevo por Sopa”
Juan Burbano, estudiante del programa de Diseño Gráfico, es el actual monitor del semillero, que agrupa a cerca de veinticinco chicos y chicas, la mayoría estudiantes activos de Utadeo, y algunos ex estudiantes de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional, la Universidad Libertadores, la Facultad de Artes ASAB y asistentes esporádicos. El Semillero de Ilustración se reúne todos los viernes a las tres de la tarde, en el segundo piso de la Biblioteca de Utadeo. Recuerde que no es necesario hacer parte del programa de Diseño Gráfico o tener nociones de ilustración, basta tener las ganas y estar dispuesto a trabajar mucho.
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