Empieza el mes de julio y eso significa una cosa en el Instituto Confucio: Club de Conversación. Como ya es tradición, el primer lunes de cada mes el Instituto abre sus puertas para crear un espacio lleno del idioma chino, en el que estudiantes y entusiastas de la cultura y del mandarín pueden compartir, acompañados de nuestras profesoras, sus historias.
En esta ocasión la profesora Gu Xingchen llegó cargada de energía, lista para hacer volar la imaginación de todos los asistentes al Club. Con el apoyo algunas imágenes y caricaturas, la profesora pidió a los estudiantes que construyeran una historia. El inicio fue sencillo, los personajes del primer cuento eran un hijo- érzi (儿子), su mamá- māmā (妈妈) y la niñera- bǎomǔ (保姆). De acuerdo a la narración del grupo debemos decir que el niño fue muy atento al servirle café- kāfēi (咖啡) a su mamá y una bebida fría a su niñera.
Subió el nivel en vocabulario con la segunda historia, protagonizada por un oso panda – xióngmāo (熊猫), su pelota – qiú (球) y un mono- hóuzi (猴子). Definitivamente fue buen material para un cuento, pero la profesora Gu guardó lo mejor para el final. Nadie se esperaba lo que venía: un aeropuerto, un pasajero y un equipaje que incluía ¿leche?. Así es, el protagonista del último cuento intentaba subir un galón de leche- niúnǎi (牛奶) a un avión y, de acuerdo a nuestros invitados, prefirió “llevársela puesta” a botar el delicioso líquido, bebiéndola toda en menos de un minuto.
Luego de muchas risas el Club finalizó con una sesión de jiànzi (毽子) y, rompiendo un poco la tradición, los participantes invitaron a nuestra profesora a probar unas deliciosas arepas boyacenses.
Por: María Paula Torres E.