Persiguiendo la nieve

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Persiguiendo la nieve
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Fotos: Tomás Ramírez

Pocos días después de conocer la noticia de que había sido uno de los seleccionados para participar en el primer campamento de invierno del Instituto Confucio Utadeo en 2013 (primero y único ya que los posteriores han sido de verano) me preguntaron por las expectativas del viaje. Contesté de manera similar a los demás seleccionados: conocer más de cerca la cultura, entrar en contacto directo con el idioma, etc. Para mis adentros pensé que también era una oportunidad para conocer la nieve.

Acostumbrado al clima de Bogotá, mi querida ciudad natal, nunca estaba pendiente del clima salvo a veces por lo que decían en radio o televisión, pues los cambios son mínimos durante cada mes del año por la ubicación geográfica cercana a la línea del Ecuador. Ahora viajaba a la ciudad de 天津 (Tianjin), al norte de La República Popular China -a 33 minutos en tren bala de la capital Beijing-donde las estaciones marcan no solo la temperatura sino el ritmo de vida de las personas y de la ciudad misma. En este orden de ideas, descargue y probé cuanta aplicación pude para el celular, y así monitorear el clima de mi próxima ciudad de destino.

Aunque en ninguno de los pronósticos veía nevadas nunca perdí la esperanza de ver el suelo lleno de nieven para poder hacer angelitos, iniciar una batalla con bolas de nieve y todas aquellas fantasías alimentadas por películas, series y dibujos animados. Tampoco perdí la esperanza, ya estando en 天津, luego de que varias estudiantes chinas me dijeran que la nieve normalmente caía hasta mediados de enero (nuestro campamento estuvo en China la última semana de noviembre, hasta mediados de diciembre). Cada día me convencía a mí mismo de que ese sería el día. Y finalmente nevó.

¡Nevó mientras volábamos de regreso a Colombia! Al hacer escala de 5 horas en París, algunos revisaron sus correos electrónicos y en ellos estaban los mensajes de nuevos amigos y conocidos residentes en 天津 con fotos de una espectacular nevada durante la noche-madrugada en que partimos. ¡Así es! No lo logré, por un pelito, por unas horitas más… pero no pudo ser.

De vuelta en Colombia seguí con mis estudios del idioma pensando en regresar, pero ya no solamente por la nieve sino por la universidad y por el intercambio, no solo con chinos sino con estudiantes de más de 20 países distintos. Era una gran oportunidad para mi profesión de Internacionalista. Al comprender que mi futuro estaba en la天津外国语大学 (Universidad de estudios extranjeros de Tianjin) no perdí el tiempo y empecé a hacer todo lo necesario para volver a China, esta vez con la ayuda de mis papás.

En 2014 regresé a Tianjin y con el cambio de estación a invierno volví a mi costumbre de revisar la aplicación del clima para ver cuándo llegaría la nieve. Hasta que un día, como me he dado cuenta que llegan algunas de las mejores y más bonitas cosas de la vida, sin estarlas esperando vi algo extraño por la ventana, algo que jamás había visto. Eran pasadas las 11 de la noche del 9 de diciembre del 2014 mientras disfrutaba un té caliente en compañía de mi novia, le pregunté a ella si lo que veía era lo que yo tanto esperaba… y si ¡Nieve, en pequeños copos pero nieve! El té se quedó en veremos por la alegría y la emoción que me invadió. Corrí al dormitorio por algo de abrigo para salir y le dije a ella que me acompañara en este momento histórico de mi vida. Salí, sin prestar atención a lo que me decía el vigilante del edificio –se me olvidó el poco chino que sabía de la emoción- y allí, entre las escaleras del hotel para estudiantes extranjeros y una estatua reciente de Confucio, ocurrió el tan esperado encuentro. La alegría y la emoción fueron mermadas por el frío, pero la sonrisa detrás de mí bigote se hice más notoria y evidente la mañana siguiente al ver un paisaje mayormente blanco: calles, jardines, canchas, carros, todos cubiertos de nieve. Casi un cuarto de siglo de vida y dos viajes de más de 10.000 kilómetros cada uno persiguiendo la nieve.

 

Tomás Felipe Ramírez González 龚恒毅, Tianjin (China).

Estudiante de Idioma chino en la TJFSU.

Estudiante del Instituto Confucio Utadeo 2014.

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