«¡No es necesario que el bailarín muera para que nazca el maestro!» Semblanza del Maestro Astergio Pinto, atravesada por su cuerpo y su palabra

Entrevista
«¡No es necesario que el bailarín muera para que nazca el maestro!» Semblanza del Maestro Astergio Pinto, atravesada por su cuerpo y su palabra
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Martes, Noviembre 2, 2021
Pinto es una persona que ha recorrido múltiples caminos de la mano de la danza y esos trayectos lo han llevado a la expansión de sus perspectivas y prácticas tanto pedagógicas como creativas en diversas áreas entre las que se destaca la investigación-creación, en cuyo contexto ha sido una persona reconocida a nivel nacional e internacional.

«(…) gran parte de las obras que se crean en danza contemporánea, son posibles gracias a esa inspiración que ocurre en las relaciones expandidas que se dan con Los Elementales». 

«Pertenecer a una región como La Guajira me dio la posibilidad de habitar en territorios demasiado hostiles y, en ese sentido, la creación ha sido algo que nos ha permitido vivir (…)». Astergio Pinto

Este año se llevará a cabo el Festival Universitario de Danza Contemporánea; Astergio Pinto es el director del grupo de danza que la Universidad Antonio Nariño ha consolidado en esta expresión artística y participará en este evento.

Pinto es una persona que ha recorrido múltiples caminos de la mano de la danza y esos trayectos lo han llevado a la expansión de sus perspectivas y prácticas tanto pedagógicas como creativas en diversas áreas entre las que se destaca la investigación-creación, en cuyo contexto ha sido una persona reconocida a nivel nacional e internacional.

Su talento innato para la escena se consolidó en los programas de Artes Escénicas con énfasis en Danza Contemporánea de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Artes, ASAB y en la Maestría en Educación Artística de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá; en este último programa obtuvo Mención Meritoria con su trabajo de grado titulado Danzar dentro del Mangle, tributo a sus orígenes, a sus raíces ancestrales Wayuu, que es la comunidad ancestral más grande del país. De esta conexión espiritual y física afirma sentirse orgulloso y siempre busca dejar en alto a aquella nación que pareciera haber sido olvidada por el Estado. 

El arte, en un contexto de procedencia marcado por las dificultades y las carencias, pero también por las fuertes conexiones ancestrales y la fortaleza identitaria, ha sido su compañía fundamental; por ello afirma: “(…) la creación ha sido, para mí, una forma de sobrevivir, dadas las duras condiciones del territorio en el cual tuve la suerte de nacer”… Justamente a partir de sus vivencias en La Guajira, en el seno de la comunidad Wayuu y de su fuerte conexión con Los Elementales surgirán sus inquietudes iniciales por la danza.

Las conexiones ancestrales, los espacios abiertos por la danza –particularmente por la danza contemporánea–, la escena artística y la enseñanza en los ámbitos formales y no formales, han permitido a Astergio Pinto la conjugación de dos mundos diferentes: el de su Comunidad Ancestral Wayuu y el de Occidente; en este contexto él considera que hay dos elementos importantes que han marcado sus relaciones con la danza y el arte en general; el primero, la interculturalidad y, en segundo término –pero no menos importante–, los diálogos que emergen de estas ricas y enriquecedoras relaciones interculturales. Ambos elementos integrados al universo dancístico, generan configuraciones que juegan con los tiempos y los espacios, aportándole una dimensión metafísica a las prácticas artísticas y a las estéticas que de ellas se derivan, permitiendo su movilización y ensanchando sus posibilidades de expresión y comprensión.

De su pasado y su amplia experiencia en la danza, el artista destaca una de sus primeras obras como creador, a la cual denominó Tierra mágica, selección natural (2011), pieza con la que buscó contribuir, desde la danza, a la reparación de las víctimas de la violencia en territorio colombiano y a denunciar la impunidad. La obra, fruto de un proceso de investigación realizado con el Centro Nacional de Memoria Histórica, hizo parte del repertorio del Festival Universitario de Danza Contemporánea y recrea los trágicos sucesos ocurridos el 18 de abril de 2004 en Bahía Portete, Alta Guajira que desembocaron en la masacre de seis personas, cuatro de ellas mujeres, tras la incursión más de cuarenta paramilitares –que perpetraron los asesinatos con lista en mano– apenas algunos días después de haberse realizado las negociaciones entre los pobladores y el Gobierno Nacional. A esta denuncia, encarnada en la danza, se sumaron las voces de los artistas que participaban en el Festival Universitario, quienes proclamaron en una sola voz que ¡A las Mujeres no se les Toca!  

Después de este importante trabajo que se sumaba en 2011 a una trayectoria que ya venía en curso con la creación de otras obras dancísticas, y dada la gran acogida que tuvo, el Maestro Astergio Pinto continúa realizando a través de la danza, este tipo de denuncias sociales, cuyo fin es dejar de manifiesto las dificultades e injusticias y la violencia que han sumido siempre en el olvido y la precariedad al territorio de La Guajira. 

De su trabajo, el maestro Pinto resalta la importancia de dar luz a sus raíces; en palabras suyas expone ideas claves como esta: “(…) Visibilizo a la comunidad, no sólo a partir de mis propuestas artísticas, sino también a través de mis movilizaciones pedagógicas, que están muy conectadas con el arraigo de la tradición, la ancestralidad y de la riqueza colombiana”.

Estas palabras encuentran materialización escénica en obras como Danzar dentro del Mangle, aludida al comienzo del presente artículo, que conjuga en retrospectiva buena parte del trabajo de Astergio Pinto como productor, realizador, bailarín, investigador y docente de danza contemporánea. La creación de esta obra plasma, desde los inicios, sus inquietudes y recorridos por los senderos de la danza, así como las motivaciones que han movilizado sus procesos de investigación-creación.

A propósito de las trayectorias y de lo que a ellas subyacen, el Maestro Pinto cita y toma como propio el conmovedor mensaje de reconocimiento que la coreógrafa, bailarina y maestra cubana Marianela Boán pronuncia durante la celebración del Día Internacional de la Danza en 2018, el cual considera todo un manifiesto, no sólo dirigido a los bailarines, sino a todas las personas: “(…) tu cuerpo empieza antes que tú mismo y es el lugar de todos los rituales que te pertenecen. Cuando escuchas a tu cuerpo a través de la danza, escuchas también los cuerpos y los bailes de seducción y celebración de tus antepasados y de tu especie... A cada desplazado, refugiado y exiliado del mundo, le digo: tienes un país que va contigo y que nada ni nadie podrá arrebatarte; el país de tu cuerpo”.

A partir de las relaciones internacionales que comienza a tejer, surgen para Astergio Pinto nuevas oportunidades para expandir un ejercicio creativo, atravesado siempre por las preguntas que, con el paso del tiempo, ha procurado responder a través de la creación. En el contexto de estas reflexiones y del recuento de la experiencia del artista, emerge una esas inquietantes preguntas: ¿Es necesario que desaparezca el bailarín para que nazca el maestro? A este interrogante, que se ha formulado y ha ido respondiéndose a lo largo de los años, Pinto responde, aludiendo a sus trayectos: “Para ser un buen pedagogo, tuve que experimentar la danza que atraviesa por el cuerpo… Por ejemplo, durante los años en que realicé el trabajo de grado en investigación-creación para la Maestría en la Universidad Nacional de Colombia, no paré de bailar. Es mi gozo, a través de la danza, el que me permite, entonces, dar esa experiencia a otros cuerpos, compartirla…” 

Como parte fundamental en su proceso de enseñanza, el Maestro Astergio Pinto considera muy importante ofrecer a cada estudiante la posibilidad de buscar, a partir de un diálogo profundo, su naturaleza más humana, a partir del reconocimiento del contexto de cada individuo, como un cuerpo particular, que se alimenta a su vez del discurso y las movilizaciones de los cuerpos que lo rodean. Él denomina a su apuesta “Trabajar en Conjunto”, y de ella resalta de un modo interesante y aludiendo al contexto nacional que: “(…) es por esa suerte de convivencia dura de vivir en un país como Colombia, el hecho de que aquí se aprenda a trabajar en red”. Y es de este modo como resume su apuesta pedagógica, sintetizada en una serie de preguntas que llevan a quien lo escuchan, a interesarse, en mayor medida, por lo que inquieta al cuerpo que danza: ¿Usted qué siente escuchando eso?... ¿Cómo se conecta con esa historia?... ¿Qué siente conectándose con las historias de los otros? 

¡No es necesario que el bailarín muera para que nazca el maestro! Porque, afirma Astergio Pinto: “El maestro se hace más bailarín cuando experimenta esos intercambios con otros cuerpos y cuando se enfrenta al movimiento en cada sesión de danza que ofrece”.

 

Andrés David Castañeda Cardona
Estudiante Comunicación Social y Periodismo UTadeo
casta2795@gmail.com

 

 

 

 

 

 

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