Las formas o estructuras que le brindamos a los objetos, cosas y demás elementos que rodean nuestra vida se encuentran atados no solo a la función que cumplen en su cotidianidad, sino que somos los seres humanos los que le imprimimos una identidad ligada a nuestra cultura y formas de ver el mundo. La morfología, como se le conoce al estudio de estas formas, une a todas las ramas del diseño desde sus bases, entre ellas a la Arquitectura y el Diseño Gráfico.
Una muestra de ello es el Arquilab de Utadeo Caribe, un laboratorio de investigación y creación donde estudiantes de ambos programas y los profesores Joel Samper y Rubén Egea trabajan de manera colaborativa y horizontal: “este es un experimento en donde se pensó cómo brindarles materiales y referentes de diseño a los estudiantes y se une a las morfologías como áreas transversales al diseño, independiente de que el producto final sea distinto. Decidimos unirnos porque los programas de Arquitectura y de Diseño Gráfico son los más afines en la seccional Caribe”, comenta Samper.
El Arquilab nace en el marco del Semillero de Morfología de los 17 nombres, espacio que lleva este título precisamente porque su primera cohorte estuvo conformada por quince estudiantes y dos profesores. Allí, los estudiantes, tal como lo sostiene Joel, se enfrentan a uno de sus principales temores: explorar, lo cual, en últimas, hace que estos se sientan más libres a la hora de experimentar con labores que no son propias de su profesión.
Allí, sin tener jerarquías ni imposiciones del saber, a modo de un taller vertical, estudiantes y profesores crean soluciones desde la gráfica y los espacios arquitectónicos, valiéndose de las estéticas y la cultura Caribe, en lo que el profesor Egea denomina como un espacio libre, abierto y tranquilo que, ante todo, es sostenible y amigable con el medio ambiente, pues sus principales materiales, entre ellos tapas, palitos de madera, papel de todas las clases y colores, provienen del reciclaje de elementos que los mismos tadeístas utilizan para sus proyectos de asignaturas: “Nos dimos cuenta que los estudiantes desperdician mucho material, entonces comenzamos a buscar en las oficinas y en los salones esos materiales para poder transformarlos y darles un valor agregado”, afirma Joel Samper.
Así pues, en la primera cohorte, los tadeístas trabajaron en torno a la intervención de la Universidad en un centro comercial de la capital de Bolívar, a partir de una tarima que ponía en escena la morfología de las plantas presentes en el campus. El resultado fue un espacio de arquitectura efímera dotado por cerca de 3.600 hojas de papel cortadas en laser y dobladas por los integrantes del taller, cuyas figuras evocaban flores, hojas y tallos, así como una serie de sillas armadas en cartón.
Por su parte, la segunda cohorte trabaja en torno a la indumentaria y el ritual de los llamados “Locos de barrio”, un arquetipo común en el Caribe colombiano cuyas identidades se tejen entre la indigencia y al orate (persona con trastornos mentales). A partir de estos personajes que despiertan cierto cariño entre la población, los tadeístas pretenden crear una serie de disfraces festivos.
El Arquilab de Utadeo Caribe es tan solo uno de los espacios en los que los tadeístas de esta sede crean, innovan y tienden puentes interdisciplinares, laboratorios entre los que también se destacan el CrossMediaLab del programa de Comunicación Social – Periodismo, la In House del programa de Publicidad y los estudios de video y fotografía.