Utadeo vivió una noche de versos inusitados provenientes de China
Busco unas etiquetas para nombrar lo que pienso y siento
No es un proceso sencillo
Consulto el diccionario, me sumerjo en mil lecturas
La búsqueda es lenta e insoportable
Soy huérfana de esa madre que es la lengua
(Fragmento de ‘Etiqueta’, de Isolda Morillo)
Con su particular musicalidad, vitalidad en su tono y vigor en el acento, la poesía contemporánea en China refleja una multiplicidad de facetas que transitan por el sentido de la corporalidad misma, lo contestatario ante el contexto socio político, pero ante todo, una mirada sensible a la cotidianidad que se vive en la ciudad. Estas tres miradas colmaron el ambiente que se vivió en el Museo Casa Lleras de Utadeo, en el marco del evento “La Poesía China del Siglo XXI”, que organizaron en conjunto el Instituto Confucio de nuestra Universidad y el Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina (Crical), con el apoyo de Hanban.
Los invitados en esta oportunidad fueron los poetas chinos Li Suo y Shen Haobo y la periodista y poeta peruana Isolda Morillo, quienes declamaron, en el idioma de Confucio, algunos de sus versos.
Recuerdo las hojas de una planta abiertas como la palma de una mano
Nueve dedos en cada una de ellas
Intenté recordar su nombre
Casi perdí la cabeza en el esfuerzo
De pronto vino a mi su nombre que dije en voz alta:
“Tártago, tártago”
(Fragmento de ‘Tartago’, de Li Suo)
La primera en hacerlo fue Li Suo, considerada como una de las poetas más relevantes en su país de la generación de los post-80. Su particular estilo enfocado en la poesía erótica, que se plasma en obras como “Tártago”, “Un miércoles un barco de perlas”, “Kashgar”, “La urna” y “Puercoespín”, llevó a los asistentes a comprender las relaciones del cuerpo con su entorno, así como los cambios que experimentamos en nuestro ciclo biológico.
Mi mujer quiere otro
Yo me niego
Mi mujer dice piénsalo un poco
Si tenemos una hija
Te querrá más a ti
Yo me niego
Mi mujer dice vamos tengamos otro
A fin de cuentas no tendrás que cargarlo
Ni te supondrá gran molestia
Yo me niego
(Fragmento de ‘Mi mujer quiere otro’, de Shen Haobo)
El siguiente turno fue para Shen Haobo, quien a finales de los noventa lideró un movimiento artístico contestatario llamado “Partes Bajas” que marcó un nuevo estilo poético al usar lenguajes y temas cercanos a lo ‘terrenal’, que en muchas ocasiones se encuentra en los límites con la censura en su país, palabras que se ocultan bajo la escritura de un asterisco (*). Haobo se caracteriza por una tonalidad muy marcada y una intensidad en la voz que, en la mayoría de los casos, transgrede las reglas tradicionales de la rima, para convertirse en versos inusitados que narran historias de romance, relatos sobre el ímpetu de los suicidas o las miradas de un padre que teme ante la decisión de tener un nuevo hijo, tópicos que, precisamente, se hicieron presentes en sus poemas “Las estrellas del cielo patrio”, El teléfono móvil se ha extraviado”, “República”, “Romance de Mary”, “La cuestión de la muerte allí donde nosotros” y “Mi mujer quiere otro”.
Para Shen, lo más importante de su poesía es contar con su propio lenguaje, sin olvidar las raíces provenientes de la poesía modernista y post-modernista, con ciertos toques de la clásica: “soy heredero de la visión poética de mi país. Mi poesía tiene una rima interna que se expresa en versos en su superficie. No adopto formas externas sino que los sentimientos se expresan naturalmente en la entonación”. Además, señaló que la poesía es libertad y resistencia y que esta debe nacer de nuestra vida y crecer de nuestro cuerpo: “la poética y la divinidad están en las personas, no en el cielo”.
Mi cuerpo no tiene memoria del dolor
El dolor se transforma en imágenes
Me acechan en los sueños
Donde aparezco fuera de foco
Borrosa y cambiante
(Fragmento de ‘Negación’, de Isolda Morillo)
Finalmente, Isolda Morillo, quien vivió durante quince años en Pekín en calidad de reportera de la Associated Press y la cadena de televisión española TVE, encontró en el chino el idioma en el cual expresar sus emociones y dar a conocer sus imaginerías. Sus poemas, enfocados en el contexto de lo que vio mientras era periodista en la capital china, evocan temas tan vitales como efímeros, entre ellos la renovación arquitectónica de la ciudad, el idílico proceso de orfandad vivido en su calidad de políglota, la polución que se vive por los procesos urbanísticos y la voluntad del gobierno de cerrar las fábricas para evitar la contaminación cuando hay eventos, y finalmente, la crisis del cuerpo y la memoria que generan el desprendimiento del lugar de origen y la permanencia en diferentes lugares, a modo de desmemoria: “los lugares donde he vivido, las personas que conozco y mi paso por China hicieron que mi cosmovisión del mundo cambiará para siempre”, agregó la peruana.
Durante más de tres años, el Instituto Confucio de Utadeo, en conjunto con Crical y Hanban, han dado la bienvenida a la literatura y a la poesía china en nuestro país. Actualmente, se aúnan esfuerzos para consolidar la oferta cultural del país oriental, en aras de la difusión de su riqueza artística en Colombia.