En la clase de Tai Chi y Chi Kung, organizada por el Centro de Arte y Cultura como una de las estrategias diferenciales en apoyo al manejo de las emociones en la comunidad tadeísta y dictada por la profesora Carmen Huertas, muchos de sus estudiantes asistieron a esta práctica para disfrutar de un espacio de relajación mediante la respiración y una serie de movimientos corporales que les ayudaron al fortalecimiento del cuerpo y a mejorar las posturas. Una de ellas fue la del árbol en la cual consistía en mantener una posición del cuerpo sana sin afectar la columna.