Un Día Internacional del Trabajo atípico, analizado por Andrés Barrios
Un 1º de mayo atípico en el que ya se cuentan la desaparición de 1,6 millones de empleos, según el Dane, es el panorama a que se enfrentan cientos de personas que en un día como hoy estarían conmemorando el Día Internacional del Trabajo. Hoy, con angustia se mira el futuro, sin saber cómo restablecer la economía nacional y mantener a salvo las vidas de los colombianos.
De este tema trata la columna semanal del profesor Andrés Barrios, publicada en Pulzo. Con cifras en mano, hace un comparativo del desempleo que hace unos meses ya alertaba el incremento de la inactividad en Colombia, en un 12.2 %, y que en marzo tomó vuelo.
“Afectación directa que tendrá sus consecuencias, a corto plazo, en el índice porcentual de ocupación de las 20.5 millones de personas que se encuentran empleadas en el último reporte del DANE”, comenta.
Ante la recesión de contratos, licencias no remuneradas, vacaciones obligatorias, indemnizaciones, reducción salarial, entre otras opciones tomadas por las empresas, esta coyuntura “saca a flote la necesidad de revisar la estructura de la industria colombiana y el cómo se otorgan beneficios por parte del Gobierno para atenuar el déficit que ahora la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, quiere socializar con el Estado y los trabajadores”.
Pese a las muchas propuestas que se escuchan desde diferentes frentes, para el profesor Barrios “es urgente un plan de choque inmediato en la economía que atienda el costo, a corto, mediano y largo plazo, del alto porcentaje de informalidad que acompaña el empleo nacional”.
Aunque es claro que la situación va a empeorar y la sociedad deberá continuar “adaptándose” a los cambios, “no es menos innegable que la esfera gubernamental debe responder con una política económica que sea consecuente con el costo de producción y el gasto salarial que debe atender la industria colombiana”.
En ese sentido, el Gobierno debe priorizar el sector industrial, la construcción y el sector agrícola, pero no olvidar las grandes perdidas en el comercio, el entretenimiento, la educación, el turismo, entre otros, que tendrán su impacto en el empleo.
“No es momento de descontentos sociales, todos están llamados a buscar alternativas a una situación que no tiende a mejorar; la cuarentena ya deja entrever los efectos duros que se vienen para todos en material laboral y de recursos para cumplir con las obligaciones básicas de la familia colombiana”, concluye.