Perú solicitó formalmente su ingreso en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) durante la visita a China del presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski, en septiembre pasado.
No está claro cuándo ni cómo lo hizo Venezuela.
El BAII fue planteado en 2014 por el presidente chino, Xi Jinping, en un intento del país de ganar presencia en el orden financiero global, dominado por Estados Unidos.
Su creación fue considerada como una victoria diplomática para Pekín porque logró arrastrar a países como Australia, Corea del Sur, el Reino Unido o Alemania, aliados tradicionales de Washington.
La entidad anunció la incorporación de 13 nuevos miembros: además de Perú y Venezuela, se unen Afganistán, Armenia, Fiyi, Hong Kong, Timor Oriental, Bélgica, Canadá, Etiopía, Hungría, Irlanda y Sudán.
Estos nuevos integrantes deberán ahora ratificar los estatutos del organismo en sus respectivos países para formalizar la admisión.
Entre los fundadores de la entidad están también España y Brasil, aunque aún tienen pendiente completar su proceso de adhesión y depositar en el banco la primera cuota de fondos que les corresponde.