Si bien a nivel global ha mejorado el acceso a la educación, diversos factores como la desigualdad de género, la baja participación de los inmigrantes en la educación, el desempleo, la inflexibilidad laboral y el incremento de las brechas salariales han restringido la movilidad social de la población.

Esto es lo que plantea la Asociación Nacional de Instituciones Financieras en el Comentario Económico del 2 de febrero, pues, según explican, “la movilidad educativa no se ha acompañado de una mayor movilidad laboral ni tampoco social”.

Los expertos plantean que “Tras el nuevo fenómeno de las pos-verdades del 2016 (el Brexit y el triunfo de Trump, ambos anti-establecimiento y anti-TLCs)” se han empezado a reevaluar “las hipótesis del supuesto éxito de las expansiones de la clase media, a medida que el “sueño Americano” se ha vuelto una “pesadilla” institucional”.

Es por esto que la movilidad social se presenta como un “factor muy importante para el progreso social y la equidad, el cual depende crucialmente de la movilidad educacional y laboral que logre la población”. Es decir, la movilidad social podría verse como un antídoto para el post-Brexit-Trump.

¿Cuáles son los retos que esto plantea para el futuro? ¿Cuál es el panorama de la movilidad educativa y laboral en Colombia?