Defender la moral pública e incorporar en la administración y la política a personas con manos limpias, es el pedido que hace el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón López, en su más reciente columna de opinión publicada en El Nuevo Siglo el pasado 29 de marzo, bajo el título de “Manos limpias”, término que acuñó el entonces presidente de la República Eduardo Santos, en uno de sus discursos en julio de 1925:
“Esta debe ser la hora de las manos limpias, si se quiere salvar el prestigio y el bienestar de la Nación. En todos los países se registran graves escándalos administrativos; ellos no son síntomas de irremediables males, sino lamentable efecto de la triste condición humana. Lo que si constituiría síntoma de corrupción general y de intensa degeneración, sería que no se hiciese un supremo esfuerzo por descubrir esos escándalos, o, todavía peor, que descubiertos no se les aplicase el cauterio enérgico de un castigo ejemplar”, cita Pinzón.
El columnista menciona que en medio de la corrupción, el detrimento patrimonial del Estado, las confesiones contradictorias y los sobornos en el desempeño de los cargos públicos, es importante pensar en personas idóneas en el marco de la campaña electoral que se avecina: “Es notorio que los partidos olvidan su misión, el afán no reside en la concepción del poder como instrumento de servicio a la ciudadanía, sino de herramienta para el enriquecimiento ilícito. El daño causado es enorme. Que los jóvenes ocupen su lugar es invitación imprescindible, los hay preparados, pueden participar en la actividad pública, existen profesionales probos con calidades que, sin embargo, no lo hacen por temor, forman parte de la alternativa de las manos limpias, merecen respaldo si deciden lanzarse a la actividad pública”, destaca Pinzón.
Frente a la reciente renuncia de Germán Vargas Lleras como vicepresidente con el fin de aspirar a la Presidencia de la República, Pinzón asegura que el candidato deberá rodearse bien, conformar cuadros con manos limpias, asegurarse que no se muevan intereses privados buscando lucro indebido, especialmente en un momento donde sus gestiones como vicepresidente en materia de infraestructura, construcción de autopistas y vivienda lo ubican como un buen ejecutor.