La llegada de Trump a la Casa Blanca ha endurecido las políticas migratorias del país, en especial, en cuanto al ingreso de personas provenientes de países latinoamericanos. De igual manera, la lucha contra los ilegales se ha recrudecido en los últimos meses aumentando el número de deportaciones y las persecuciones dentro de su territorio.
Para Jeanne Kelly Ruíz, profesora del Departamento de Economía, Comercio Internacional y Política Social de Utadeo, la relación de Estados Unidos con sus migrantes ha cambiado a lo largo del tiempo. Con una población de 320 millones de personas, de los cuales cerca de un 15 % son extranjeros con residencia permanente, se estima que más de 11 millones sean migrantes ilegales.
Como afirma Ruíz, gran parte de estos migrantes ingresan de manera legal, práctica que se conoce como “overstay”, que consiste en quedarse más tiempo del permitido por las visas temporales.
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